Interpretación del proteinograma
El espectro electroforético (EEF) de las proteínas sanguíneas es una exploración de laboratorio solicitada frecuentemente por el médico de familia. En la actualidad, la técnica disponible para realizar el proteinograma es la electroforesis capilar, donde la muestra se hace pasar por un capilar y las proteínas se separan debido a un fuerte voltaje electroosmótico. La introducción de esta tecnología ha permitido aumentar la calidad del proteinograma y una mayor rapidez, comodidad y precisión. En este post se analiza la interpretación del EEF.
Su indicación más corriente es el estudio de un aumento de la velocidad de sedimentación globular o un aumento o disminución de la proteinemia. Permite confirmar estados inflamatorios o infecciosos, sospechar tumores y orienta los estudios posteriores. También es una exploración que resulta indispensable para el diagnostico y seguimiento de las gammapatías monoclonales.
La concentración media de proteínas séricas es de 65-80 g/l en el adulto y toda proteinemia inferior a 60 g/l o superior a 85 g/l debe explorarse mediante el EEF.
La movilidad de cada proteína en el proteinograma está vinculada a su carga eléctrica, distinguiéndose cinco fracciones:
- Albúmina: es la más importante de las proteínas séricas;
- Cuatro grupos de globulinas de migración α1, α2, β y ϒ que agrupan proteínas de funciones muy diferentes.
La electroforesis normal se representa en la figura 1 y sus valores normales se muestran en la tabla 1.
Figura 1.- Espectro electroforético con hipergammaglobulinemia policlonal.
Tabla 1.- Valores normales del proteinograma.
Normalidad
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%
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g/l
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Albumina
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57-65
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37-42
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α 1
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2-4
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1-3
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α 2
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6-10
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4-7
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β
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8-12
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5 -8
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ϒ
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12-19
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8-12
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Las principales α1-globulinas son: la α1-antitripsina (α1-AT) (2-4 g/l), la α-1-Glucoproteína ácida u orosomucoide (0,4-0,9 g/l) y la α 1-antiquimotripsina (0,3-0,6 g/l). Las principales α 2-globulinas son: la α 2-macroglobulina (2-3,5 g/l), la haptoglobina (0,6-1,8 g/l), la ceruloplasmina (0,25-0,43 g/l) y la α -lipoproteína. Las principales β-globulinas son: la transferrina (2-4 g/l), el complemento C3 (1-1,3 g/l) y la β-lipoproteína. Las principales ϒ-globulina son : IgG (8-18 g/l), IgA (0,9-4,5 g/l), IgM (0,6-2,5 g/l), IgD e IgE.
Hiperalbuminemia
Hipoalbuminemia
- Mutación genética sin consecuencias patológicas.
- Tratamiento con b-lactamina que se fija a la albúmina y modifica su migración.
- Fístula pancreática: lisis intracavitaria de la albúmina por los enzimas pancreáticos.
- Insuficiencia hepatocelular: cirrosis, hepatitis grave, inflamación.
- Desnutrición crónica grave.
- Urinaria: síndrome nefrótico.
- Digestiva: enteropatía exudativa.
- Cutánea: quemaduras.
Aumento de la α 1-globulinas
Las concentraciones séricas de α-1-Glucoproteína ácida varían con el sexo y la edad.Se ha observado un aumento de los niveles durante los procesos inflamatorios agudos y crónicos.Los niveles aumentan tras el infarto de miocardio, neoplasias, enfermedades autoinmunitarias, quemaduras traumatismos, anomalías hematológicas, obesidad, insuficiencia renal y tras la administración de ciertos fármacos inductores de enzimas.
La α-fetoproteína es una proteína que normalmente sólo se produce en el feto durante su desarrollo. Cuando aparece en adultos, puede servir como un marcador tumoral. Si aparecen niveles elevados de α-fetoproteínaAFP en el líquido amniótico puede ser una indicación de un defecto en el desarrollo del feto (defectos del tubo neural, onfalocele, teratoma sacrococcígeo, etc.), debiéndose ofrecer consejo genético.
Como con todos los marcadores tumorales, la presencia de α-fetoproteína por sí misma no es un diagnóstico de nada, sin embargo es ciertamente recomendable el poder descartar las enfermedades que pueden incrementar sus niveles, siendo las causas más importantes que provocan un incremento de la α-fetoproteína en un adulto el carcinoma de células hepáticas (hepatocarcinoma), el carcinoma de células germinales del testículo y el cáncer de ovario, También se observan concentraciones elevadas de α-fetoproteína en otros cánceres (estómago, colon, pulmón, mama, linfoma). y en otros procesos como la cirrosis hepática, y la hepatitis activa, determinadas substancias tóxicas (drogas), pacientes afectados por ataxia telangiectasia,
La α-fetoproteína se utiliza fundamentalmente con finalidades de monitorización o seguimiento, la disminución de sus niveles indica una respuesta al tratamiento. Si las concentraciones después del tratamiento del cáncer no disminuyen de manera significativa (normalmente hasta niveles normales o próximos a la normalidad), puede pensarse que no se ha conseguido eliminar todas las células cancerosas.
Disminución de la α 1-globulinas
- Insuficiencia hepatocelular.
- Fuga proteica, asociada a disminución de la albúmina, de las α2 y β-globulina.
- Déficit de α 1-antitripsina (α1-AT): El déficit de α1-AT, proteasa sintetizada por el hígado, es una enfermedad genética. Cuando la electroforesis de las proteínas sanguíneas evidencia una disminución de α1-AT, es conveniente medir la concentración sérica de α1-AT mediante dosificación inmunoquímica y caracterizar el fenotipo. Existen varios fenotipos con forma heterocigótica PiMZ (2-4% de la población) y forma homocigótica PiZZ (0,02- 0,06% de la población). La forma heterocigótica se acompaña de una concentración sérica de α1-AT del 60% de la normalidad y la forma homocigótica, de una concentración sérica del 10% de la normalidad. Sólo los individuos homocigóticos pueden desarrollar sintomatología. La manifestación más frecuente son el enfisema del adulto joven, cirrosis, afectación pancreática y osteoporosis.
- Síndrome inflamatorio
- Síndrome nefrótico: por aumento de la α 2-macroglobulina
- Síndrome nefrótico: híper α2-globulinemia asociada a hipoalbuminemia por fuga urinaria, híper β-globulinemia por aumento de las β-lipoproteínas e hipo ϒ-globulinemia, en particular en la nefrosis lipídica
- Haptoglobina de fenotipo diferente, sin significado patológico: desdoblamiento.
- Insuficiencia hepatocelular
- Perdidas de proteinas
- Desnutrición
- Hemólisis: descenso de la haptoglobina
- La zona β aumentada en su conjunto y asociada a un bloque β- ϒ- globulinas traduce el aumento policlonal de las IgA observado en la cirrosis etílica.
- Hipertransferrinemia de las anemias ferropénicas.
- Aumento de la β-lipoproteína (ApoB).
- Gammapatía por IgA o IgM
- Cadenas ligeras de inmunoglobulinas del mieloma o de la amilosis (pico pequeño.)
- Insuficiencia hepatocelular.
- Desnutrición
- Perdida de proteinas
- Hipocomplementemia C3 por consumo
Hipergammaglobulinemia monoclonal o pico de ϒ -globulina
La inmunoglobulina monoclonal se sintetiza por un clon de células B hiperestimulado en el curso de una gammapatía monoclonal de significado incierto (GMSI) o de un síndrome linfoproliferativo maligno. La etiología se distribuye de la siguiente forma:
- GMSI 65%.
- Mieloma 15%.
- Amilosis primaria 6%.
- Linfoma maligno no Hodgkin 6%.
- Leucemia linfoide crónica 3%.
- Enfermedad de Waldenström 3%.
- Plasmocitoma solitario 2%.
Tabla 2.- Principales características que orientan hacia un mieloma o una gammapatía monoclonal se significado incierto
Gammapatía monoclonal
De significado inciertpo
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Mieloma
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Concentración Ig
monoclonal
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IgG < 20 g/l
IgA < 10 g/l
IgM < 5 g/l
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IgG > 20 g/l
IgA > 10 g/l
IgM > 5 g/l
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Concentración Ig
normales
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Normal
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Disminuida
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Cadenas ligeras en la orina
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Ausente o < 300 mg/24 h
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>1 g/24 h
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Plasmocitosis medular
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<10%, sin anomalía nuclear
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>15%, distróficas
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Anemia
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Ausente
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Frecuente
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Hipercalcemia
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Ausente
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Posible
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Lesiones óseas
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Ausente
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Frecuentes
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En la tabla 3 se resumen las exploraciones que deben solicitarse ante un paciente con un pico monoclonal.
Tabla 3.- Exploraciones que deben realizarse ante un pico de gammaglobulina monoclonal.
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La presencia de IgG o de IgA debe llevar a descartar sobre todo un mieloma; la presencia de IgM orienta más bien hacia la enfermedad de Waldenström o el linfoma; entonces se debe completar el estudio mediante tomografía computarizad abdominal en busca de adenopatías o de esplenomegalia.
Tabla 4.- Afecciones asociadas a una gammapatía monoclonal de significado incierto.
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Si bien algunas GMSI son transitorias (especialmente en las infecciones), la mayoría pueden evolucionar hacia un síndrome linfoproliferativo: un 10% de transformación maligna a los 5 años y un 22% a los 20 años. Resulta pues indispensable el seguimiento regular permanente, 3 meses después del descubrimiento y luego cada 6 meses. Se basa en la exploración física y en estudios de laboratorio (electroforesis de las proteínas, hemograma, creatininemia, calcemia, proteinuria), que se completarán con un mielograma y radiografías óseas si existe signo de indicio.
- La enfermedad de cadenas pesadas α : la más frecuente, afecta a los individuos jóvenes. La infiltración linfoplasmocítica difusa del intestino delgado y de los ganglios mesentéricos es responsable de un síndrome de malabsorción grave. Su evolución es a veces favorable con antibióticos, pero no es raro que se presente un linfoma maligno inmunoblástico.
- La enfermedad de cadenas pesadas ϒ : afecta esencialmente a los individuos de edad avanzada. Su cuadro polimorfo es parecido al de la enfermedad de Waldenström.
- La enfermedad de cadenas pesadas µ: es la más rara. Su cuadro hace pensar en una leucemia linfoide crónica, pero el mielograma encuentra plasmocitos vacuolados.
Tabla 5.- Etiología hipergammaglobulinemia policlonal.
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Hipogammaglobulinemia
Tabla 6.- Etiologia Hipogammaglobulinemia
Causas iatrogénicas
Corticoterapia
Inmunodepresores
Quimioterapia
Radioterapia
Hemopatías linfoides
Mielomas de cadenas ligeras o no excretores
Leucemia linfoide crónica
Linfoma
Perdida de inmunoglobulinas
Renal: síndrome nefrótica
Digestiva: enteropatía exudativa, hemorragia digestiva
Déficit congénito de la inmunidad humoral
Déficit de IgA: el más frecuente, 1 individuo de cada 700 en Europa
Agammaglobulinemia ligada al sexo: enfermedad de Bruton
Hipogammaglobulinemia de expresión variable
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En el mieloma de cadenas ligeras, el exceso de cadenas ligeras Ϗ o λ puede producir a veces un pequeño pico en β o ϒ -globulinas pero, por lo general, la electroforesis de las proteínas sólo muestra hipogammaglobulinemia en relación con la represión de síntesis de las inmunoglobulinas normales. La inmunoelectroforesis o la inmunofijación encuentran la cadena ligera en la sangre, incluso en la orina. Mucho más infrecuentemente, puede tratarse de un mieloma no excretor. El diagnóstico se establecerá entonces mediante el estudio con inmunofluorescencia de los plasmocitos medulares.
Finalmente, hay que tener en cuenta que existen hipogammaglobulinemias transitorias en determinadas afecciones como virasis, neumopatías bacterianas y septicemias, y diabetes mellitus desequilibrada.
1. Amara S, Debuze BJ, Cooley T, Pantanowitz L, Aboulafia DM. HIVassociated monoclonal gammapathy: a retrospective analysis of 25 patients. Clin Infect Des 2006;43:1198-205.
Los artículos del Dr. Ricardo Ruíz de Adana Pérez son siempre magníficos, absolutamente didácticos, informativos y ilustrativos. Muchas gracias!!
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