EPIDEMIOLOGÍA Y ETIOLOGÍA
El linfoma de Hodgkin (LH) es una neoplasia maligna
linfoproliferativa de linfocitos B relativamente infrecuente. Supone el 10% de
todos los linfomas, estimándose una incidencia anual de 2,5 a 3 casos por cada
100.000 habitantes. En España se estima
que cada año se producen unos 1.400 casos nuevos. Se presenta más comúnmente en
dos grupos de edad: de 15 a 40 años (con más frecuencia entre 25 y 30) y en
mayores de 55 años en adelante. En los países occidentales es muy infrecuente
la enfermedad en niños pequeños o ancianos, de manera que aproximadamente sólo
el 5% de los casos tiene lugar en personas menores de 15 años y otro 5% en
mayores de 70 años. La enfermedad es algo más frecuente en hombres que en
mujeres. No existe una clara relación entre factores socioeconómicos y el LH;
sin embargo, en el caso de los adolescentes de países occidentales el LH afecta
más frecuentemente a individuos que pertenecen a familias de mayor nivel
socioeconómico.
La etiología del LH permanece desconocida, sin embargo, existen
ciertos factores involucrados:
Genéticos:
·
El
riesgo de desarrollar un LH es cinco veces mayor entre los familiares de primer
grado de pacientes con LH y los gemelos monocigóticos de una persona con LH
tienen una probabilidad casi 100 veces mayor de padecer la enfermedad. Sin
embargo, esto no quiere decir que el LH sea una enfermedad hereditaria, habiéndose
observado que la probabilidad de una agregación familiar hereditaria (LH
familiar) es menor del 5%. (Goldin LR, 2009).
·
El
riesgo de desarrollar LH es mayor en pacientes con ciertos haplotipos HLA,
particularmente HLA-A1.
Etnia / raza:
La mayor incidencia de LH se encuentra entre las personas blancas, seguidas por
las personas negras y las hispanas, con una menor incidencia (aproximadamente
la mitad de la tasa de personas blancas y negras) en las personas asiáticas.
Enfermedades infecciosas: El riesgo de padecer un LH es 3
veces mayor en pacientes con antecedentes de mononucleosis infecciosa causada
por el virus de Epstein-Barr (VEB), estando presente el virus en las células
tumorales en hasta la mitad de los casos, aunque hasta el momento no se ha
podido establecer una relación causal definitiva.
Inmunosupresión / enfermedades autoinmunes: El riesgo de LH
es mayor en pacientes con antecedentes personales o familiares de enfermedades
autoinmune, como artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y
sarcoidosis y en pacientes con inmunosupresión (por ejemplo, debido al virus
de la inmunodeficiencia humana (VIH), tratamiento de pacientes trasplantados o
en terapia inmunosupresora para la enfermedad autoinmune).
Factores laborales o ambientales: El LH no parece que esté
relacionado con la exposición laboral a radiación, ni se ha encontrado un
aumento de riesgo en las personas que trabajan con productos químicos o
compuestos biocidas.
CLASIFIACIÓN
Siguiendo la clasificación de la OMS dE 2016 el LH comprende
dos entidades clínico-patológicas diferentes: linfoma de Hodgkin clásico (LHc),
en el que por su frecuencia se centra preferentemente este post y linfoma de
Hodgkin con predominio linfocítico nodular (LH-PLN).
Linfoma de Hodgkin clásico (LHc): Representa
aproximadamente el 95% de los casos. Se caracteriza por la presencia de células
gigantes con varios núcleos celulares, células de Reed-Sternberg (CRS) y células
de Hodgkin (variante de la CRS), que representan un 1-2% de la celularidad
total, mientras que el resto de la celularidad está constituida por un infiltrado
inflamatorio de tipo reactivo y policlonal (histiocitos, eosinófilos,
neutrófilos, mastocitos y linfocitos T).
El LHc se dividido en 4 subtipos:
·
Esclerosis nodular: forma más frecuente (50-60%
de los casos), con predominio en mujeres jóvenes y frecuente afectación
mediastínica.
·
Celularidad mixta: 16% de los casos y con
frecuencia asociado al VEB.
·
Rico en linfocitos (10% de los casos)
·
Depleción de linfocitos (1% de los casos),
asociado a inmunodepresión previa y/o VIH.
El diagnóstico de LHc se realiza mediante el estudio anatomopatológico,
no siendo los estudios inmunofenotípicos absolutamente necesarios en los casos típicos,
aunque forman parte de la práctica diagnóstica habitual.
Linfoma de Hodgkin con predominio linfocítico nodular (LH-PLN): Representa aproximadamente el 5% de los LH y se caracteriza por la ausencia de CRS y la presencia de células predominantemente linfocitarias conocidas como células de palomitas de maíz.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Linfoma de Hodgkin clásico
La manifestación más frecuente del LHc es la presencia de
una adenopatía supradiafragmática (90% de los casos), siendo las localizaciones
más habituales la cervical y la supraclavicular seguida de la axilar. Son menos frecuentes las adenopatías retroperitoneales
e inguinales A medida que la enfermedad progresa los síntomas y signos se resumen
en la tabla 1.
Tabla 1.- Síntomas y signos del linfoma de Hodgkin
·
Linfadenopatía indolora: más comúnmente
afectando a ganglios cervicales o supraclaviculares. La linfadenopatía puede
ser un hallazgo incidental durante el examen físico o detectarse en una
radiografía de tórax que se realizó para otra indicación. Con menos
frecuencia, se pueden encontrar ganglios epitrocleares, una masa testicular o
afectación del anillo de Waldeyer (amígdalas, base de la lengua y
nasofaringe). ·
Síntomas constitucionales (conocidos como
síntomas B): son una parte importante para estadificar el linfoma de Hodgkin y
determinar el pronóstico. o
Sudores nocturnos. o
Fiebre inexplicada superior a 38° C. o
Pérdida de peso inexplicable de más del 10%
del peso corporal en 6 meses. ·
Síntomas generales (no específicos) o
Prurito generalizado o
Astenia o
Anorexia o
El consumo de una cantidad moderada de alcohol
precipita dolor en los ganglios linfáticos afectados en una minoría de
pacientes (signo de Oster), clásicamente considerado patognómico para la
enfermedad. ·
Esplenomegalia y / o hepatomegalia. ·
Afectación de ganglios linfáticos torácicos: Tos,
disnea o dolor torácico. ·
Raramente se presenta con otros síntomas
asociados por afectación de órganos o síndromes paraneoplásicos neurológicos
o endocrinos. |
El LH-PLN tiene un comportamiento muy poco agresivo,
pudiendo el paciente vivir muchos años con la enfermedad sin que ésta suponga
una amenaza para su vida y se caracteriza por responder muy bien a los
tratamientos. Sin embargo, puede presentar recaídas varios años después del
tratamiento inicial que, en general, responden también muy bien a los sucesivos
tratamientos.
DIAGNÓSTIO
El diagnóstico de LH se basa en la historia, los hallazgos de
la exploración física y el examen histopatológico del ganglio linfático
extirpado, realizándose pruebas complementarias adicionales para evaluar el
estadio y determinar la presencia de factores de riesgo que determinan el pronóstico
y el tratamiento.
El diagnóstico de LH debe establecerse siempre tras una
biopsia de alguno de los ganglios linfáticos aumentados de tamaño. La baja
proporción de células neoplásicas (CRS y célula de Hodgkin), dificulta un
correcto diagnóstico mediante punción aspirativa con aguja fina (PAAF) o aguja
gruesa (PAAG), siendo esta meramente orientativa, pero no suficiente para
iniciar el tratamiento, por lo que el diagnóstico anatomopatológico de LH debe
ser realizado sobre material histológico suficiente de un ganglio entero
(adenectomía), permitiendo ese enfoque un diagnóstico más fiable. Cuando no
existen ganglios externos aumentados de tamaño (en cuello, axilas o ingles) el
paciente deberá ser sometido a una intervención quirúrgica más importante
(mediastinoscopia para obtener ganglios torácicos o laparotomía para obtener
ganglios abdominales).
Las exploraciones complementarias recomendadas al diagnóstico
se muestran en la Tabla 2.
Tabla 2.- Exploraciones complementarias recomendadas al
diagnóstico del linfoma de Hodgkin.
·
Hemograma y VSG. ·
Bioquímica general con perfil renal, hepático,
LDH, albúmina, TSH y PCR. ·
Estudio de coagulación básica. ·
Sistemático de orina. ·
Serologías de VEB, VHB, VHC, VIH, CMV IgG,
sífilis. ·
Radiografía de tórax PA y lateral. ·
Electrocardiograma. ·
Pruebas funcionales respiratorias con DLCO (sólo
en pacientes mayores de 60 años o con factores de riesgo, fumadores o con
patología respiratoria) ·
Ecocardiograma con FEVI (sólo en pacientes
mayores de 60 años o con factores de riesgo) ·
Test de embarazo (a todas las mujeres en edad
fértil una semana previa a la quimioterapia). |
VEB: Virus de
Epstein Barr, VHB: Virus hepatitis B, VHC: Virus de hepatitis C, VIH: Virus de
la inmunodeficiencia humana, CMV: Citomglovirus
Tomografía axial computarizada (TAC): La TAC de tórax,
abdomen y pelvis permite conocer si existen ganglios linfáticos internos
aumentados de tamaño y si están afectados el bazo, el hígado o el pulmón.
Tomografía por emisión de positrones con fusión de imágenes
con TAC (PET/TAC): Todos los grupos cooperativos internacionales europeos y
americanos y guías de consenso españolas recomiendan la utilización de la
PET-TAC en el estudio de extensión basal del LH. La utilización de esta técnica,
por su alta sensibilidad (87-100%) y especificidad (86-100%), puede suponer, con
respecto al TAC, un cambio de estadiaje en un 10-30% de pacientes y nos permite
también el diagnóstico de la afectación ósea.
Carga tumoral: la utilidad de otras pruebas al diagnóstico,
como el volumen metabólico tumoral (VMT) o la tasa de glicolisis como subrogados
de la carga tumoral son aún objeto de investigación y no se utilizan
habitualmente.
Biopsia ósea: En la actualidad las guías internacionales y españolas
consideran que la biopsia ósea en el estadiaje inicial del LH no está indicada
de forma generalizada, salvo casos individualizados, como presencia de
captación de la medula ósea focal o difusa en PET-TAC, sintomatología B, pacientes
con citopenias en el hemograma, o en caso de no disponibilidad de PET-TAC. Sin embargo,
sigue siendo importante para los pacientes en recaída que pueden necesitar un trasplante
autólogo de médula ósea.
ESTADIO Y PRONÓSTICO
El sistema de estadiaje de Lugano, modificado del sistema de
estadificación de Ann Arbor, subdivide los linfomas en cuatro estadios (Tabla 3).
Tabla 3. Clasificación de Lugano para la estadificación
de linfomas derivada de la estadificación de Ann Arbor.
Estadio |
Descripción |
I |
Afectación de
una sola región ganglionar (I). |
II |
Afectación de
≥ 2 regiones ganglionares al mismo lado con respecto al diafragma. Los
ganglios hiliares deben considerarse "lateralizados" y, cuando
están involucrados en ambos lados, constituyen la enfermedad en estadio II.
Con el propósito de definir el número de regiones anatómicas, todas las
enfermedades ganglionares dentro del mediastino se consideran una sola región
de ganglios linfáticos, y la afectación hilar constituye un sitio adicional
de afectación. El número de regiones anatómicas debe indicarse mediante un
subíndice (por ejemplo, II-3). |
III |
Afectación de
regiones ganglionares a ambos lados del diafragma. Esto puede subdividirse en
estadio III-1 o III-2: el estadio III-1 se usa para pacientes con afectación
del bazo o hilar esplénico, celíaco o ganglios portal; y el estadio III-2 se
usa para pacientes con afectación de los ganglios paraaórtico, ilíaco,
inguinal o mesentérico. |
IV |
Afectación
difusa o diseminada de 1 o más órganos o tejidos extraganglionares más allá
de la designada "E", con o sin afectación ganglionar asociada. |
Características
de modificación: Se le agrega la letra “B” cuando el paciente presenta fiebre,
sudoración excesiva o pérdida de más del 10% de su peso habitual. La letra "E"
se refiere a la extensión contigua extranodal (es decir, enfermedad extranodal
proximal o contigua) que puede incluirse dentro de un campo de irradiación
apropiado para la enfermedad ganglionar contigua. La enfermedad extranodal más
extensa corresponde al estadio IV. La letra “S” se agrega en caso de afectación
del bazo. La letra “X” e agrega cuando existe un ganglio cuyo tamaño supera los
10 cm.
La estratificación pronóstica de LH se establece en función
del estadio clínico: Localizados (I y II) o avanzados (III y IV) y de la
presencia o no de factores de riesgo que condicionan el pronóstico (masa
mediastínica >1/3 del diámetro torácico, ≥3 áreas ganglionares, afectación
por continuidad de órganos no linfáticos, síntomas B, VSG ≥50 sin síntomas B o
≥30 con síntomas B, edad ≥50 años), permitiendo clasificar a los pacientes en 3
grupos: (A) Estadios localizados de pronóstico favorable; (B) Estadios localizados
de pronóstico desfavorable; (C) Estadios avanzados.
Aunque en la actualidad no existe consenso entre los
principales grupos de estudio del LHc (European Organization for the Research
and Treatment of Cancer, German Hodgkin´s Study Group, National Cancer Institut
of Canada, y National Coomprehensive Cancer Network) sobre los criterios de
estratificación de riesgo del LHc en estadios localizados, se resume la estratificación
pronóstica más ampliamente aceptada (Tabla 4):
Tabla 4: Estratificación pronóstica linfoma de Hodgkin clásico
según estadios y factores de Riesgo.
|
Estadio |
|||
Factores de
riesgo |
IA, IB, 2A |
II B |
III A, III B |
IVA, IV B |
No |
Estadios localizados de
pronóstico favorable |
Estadios avanzados |
||
≥3 áreas
ganglionares. |
||||
VSG ≥50 sin síntomas
B o ≥30 con síntomas |
||||
Édad ≥50 años. |
|
|
||
|
|
|||
Enfermedad extraganglionar por continuidad. |
|
·
Estadios localizados de pronóstico favorable: Pertenecen
a este grupo todos los pacientes con estadios I y II que no presentan ninguno
de los factores de riesgo. Representan un 15-20% de los casos. La probabilidad
de curación de este grupo está en torno al 95%.
·
Estadios localizados de pronóstico desfavorable:
Pertenecen a este grupo los pacientes con estadios I y II que presentan uno o
más de los factores de riesgo, con excepción de los pacientes en estadio IIB que
presentan masa mediastínica >1/3 del diámetro torácico o enfermedad
extraganglionar por continuidad que muchos autores los incluyen dentro de
estadios avanzados. Este grupo representa la mitad de todos los casos de
linfoma de Hodgkin. La probabilidad de curación se encuentra en torno al 90%.
·
Estadios avanzados: pertenecen a este grupo
todos los pacientes con estadio III, IV y el subgrupo en estadio IIB referido
anteriormente. Suponen un 30-35% de todos los casos y su posibilidad de
curación es cercana al 80%. En los pacientes en estadios avanzados se debe
valorar la presencia o no de: Albúmina en sangre < 4 gr/dl; Hemoglobina <
10,5 gr/dl; Sexo varón; Estadio IV; Edad ≥ 45 años; Recuento de leucocitos ≥
15.000/mm3; Recuento de linfocitos < 600/mm3. Los pacientes que presentan 3
o más de estos factores pueden requerir un tratamiento más intensivo.
Se siguen estudiando nuevos biomarcadores (patrones de
tinción para macrófagos “en cacahuete”, identificación de células mieloides
supresoras, positividad del ARN del VEB, marcadores específicos de CRS, marcadores
relacionados con el microambiente tumoral, ADN libre circulante en plasma, etc.)
que permitan establecer nuevas categorías de riesgo que guíen el tratamiento, sin
embargo, actualmente no existen datos concluyentes sobre su validez.
TRATAMIENTO
Tratamiento inicial
El tratamiento inicial del LHc consiste en varias
combinaciones de quimioterapia y radioterapia en el lugar afectado, según el
estadio en el momento del diagnóstico y la estratificación pronostica (Tabla
5):
Tabla 5.- Tratamiento del linfoma de Hodgkin clásico
Estadios
localizados de pronóstico favorable |
Estadios localizados
de pronóstico desfavorable |
Estadios
avanzados |
No hay acuerdo
sobre la mejor opcion: ●ABVD durante
tres (preferidos) a cuatro ciclos, seguido de radioterapia en las áreas afectadas
con 30 Gy. Este enfoque tiene la tasa de recaída más baja. ●ABVD durante
dos ciclos, seguido de radioterapia en las áreas afectadas con 20 Gy. Este
enfoque tiene menor toxicidad. ●ABVD durante
cuatro a seis ciclos sin radioterapia. Es una opción para pacientes con
riesgo de complicaciones a largo plazo debido a la radioterapia. El control
de la enfermedad con terapia combinada es superior en comparación con la quimioterapia
sola, pero los efectos de la radioterapia son mayores. ●Stanford V.
Es una alternativa a ABVD. Muy utilizado en Estados Unidos, siempre combinado
con radioterapia, aunque los excelentes resultados obtenidos con este esquema
en la Universidad de Stanford no se han confirmado en estudios realizados en
Europa. |
●ABVD durante
cuatro ciclos seguida de irradiación de las áreas ganglionares afectadas. ●ABVD durante
6 ciclos sin radioterapia posterior en los pacientes que alcancen la remisión
completa de la enfermedad tras el segundo ciclo de quimioterapia. Este
tratamiento podría ser algo menos efectivo que el tratamiento combinado
(podrían recaer un 5%-7% más de pacientes) pero evita la aparición de efectos
secundarios tardíos graves secundarios a la radioterapia. Los pacientes que
no logren la remisión completa de la enfermedad tras el segundo ciclo de
quimioterapia deberían recibir radioterapia sobre las áreas ganglionares
afectadas. radioterapia parecen ser adecuados. Puede ser una opción aceptable
para pacientes con enfermedad en estadio temprano no desfavorable y no
voluminosa. |
●ABVD durante
6 ciclos. En los pacientes que se encuentren en remisión completa (evaluada
por PET/TAC) después del segundo ciclo, se puede evitar la administración de
bleomicina en los últimos 4 ciclos de tratamiento. ●BEACOPP
escalado (más toxico que ABVD). Indicado en pacientes que presentan 3 o más
factores de riesgo. Los pacientes en remisión completa tras dos ciclos de
BEACOPP escalado pueden finalizar el tratamiento con 4 ciclos de ABVD o sólo
2 ciclos más de BEACOPP escalado. ● Brentuximab
vedotin junto con quimioterapia (adriamicina, vinblastina y dacarbacina)
administración de seis ciclos. Una alternativa de tratamiento para los
pacientes con estadio IV. ● Los
pacientes que alcanzan la remisión completa tras la quimioterapia no deben
recibir radioterapia. Sólo los pacientes que obtengan una remisión parcial
tras la quimioterapia podrían beneficiarse de una irradiación complementaria
sobre la enfermedad residual. |
|
|
|
ABVD (doxorrubicina,
bleomicina, vinblastina, dacarbazina). Se administra cada 14 días en ciclos de
28 días; dos administraciones se consideran un ciclo. El riesgo de inducir esterilidad o leucemia es
casi nulo. Su principal inconveniente es que puede producir toxicidad pulmonar
aguda grave en un pequeño porcentaje de pacientes.
Stanford V
(adriamicina, vinblastina, mecloretamina, vincristina, bleomicina, etopósido y prednisona):
muy utilizado en Estados Unidos, siempre combinado con radioterapia. Los
excelentes resultados obtenidos con este esquema en la Universidad de Stanford
no se han confirmado en estudios realizados en Europa.
BEACOPP (bleomicina,
etopósido, doxorrubicina, ciclofosfamida, vincristina, procarbazina y
prednisona)
Tratamiento de las recaídas y de la enfermedad
refractaria
Un 20-30% de los pacientes con LHc no responden al
tratamiento inicial (refractariedad o resistencia) o bien recaen tras el mismo
(recaída). Esta falta de respuesta es inferior al 10% en los pacientes con
estadios localizados, llegando al 20-25% de los pacientes con estadios
avanzados tratados con ABVD, frente al 10% cuando se utilizan esquemas más
intensivos como BEACOPP escalado. Sin embargo, el LHc es una neoplasia con una
buena probabilidad de curación tras una recaída. El primer paso ante la
sospecha de resistencia o recaída del LHc es la confirmación histológica.
Existe consenso en la necesidad de realizar una nueva biopsia, siempre que esto
sea factible, así como de un estudio completo de extensión antes de empezar el
tratamiento de segunda línea.
El tratamiento indicado en la mayoría de los pacientes
consiste en la administración de quimioterapia de rescate poco tóxica que permita
la máxima reducción del tumor y faciliten la movilización y recolección de
progenitores hematopoyéticos de sangre periférica seguida de trasplante
autólogo de progenitores hematopoyéticos (TAPH) (GELTAMO,
2019; Canellos GP, 2020). Aunque no existe un esquema estándar de
quimioterapia de rescate, en general, como primera línea de rescate se utilizan
combinaciones de fármacos sin resistencia cruzada, como el platino y la
citarabina, en esquemas como ESHAP (etopósido, metilprednisolona, dosis alta de
citarabina y cisplatino) o DHAP (dexametasona, dosis alta de citarabina y
cisplatino). También se emplean esquemas basados en ifosfamida, como el ICE (ifosfamida,
carboplatino y etopósido), demostrando que son eficaces (tasas de respuestas
hasta del 88%) y buenos movilizadores de células progenitoras hematopoyéticas.
La gemcitabina, bien como agente único o en combinación con ifosfamida,
vinorelbina (IGEV) o platino.
EL TAPH se realiza tras la remisión con quimioterapia, obteniéndose
los progenitores hematopoyéticos de la sangre circulante del paciente mediante
aféresis y congelación posterior. El
esquema de acondicionamiento para el TAPH más ampliamente recomendado es el
BEAM (Carmustina, Etopósido, Citarabina, Melfalán). En general, la supervivencia
general varía entre 50-80% para los pacientes con LHc trasplantados en recaída
y del 30-70% en los pacientes con LHc primariamente resistente.
La radioterapia puede emplearse en pacientes muy
seleccionados con recaída localizada que presenten comorbilidad que
contraindiquen la quimioterapia de rescate y el TAPH. La radioterapia también
es utilizada como tratamiento complementario a la quimioterapia de rescate pre-TAPH
o post-TAPH en pacientes con enfermedad residual localizada.
Brentuximab vedotina se utiliza en pacientes que presentan
una segunda recaída (después del TAPH o después de no haber respondido
adecuadamente a dos tratamientos con quimioterapia). En la mayoría de los
pacientes que se utiliza resulta eficaz y en algunos casos se obtienen remisiones
completas que pueden durar más de 5 años. Para pacientes que no respondan a
Brentuximab Vedotina o que presenten una recaída tras el mismo el nivolumab y
el pembrolizumab pueden ser una alternativa eficaz. Estos fármacos se toleran
mejor que la quimioterapia, aunque ocasionalmente también pueden provocar
efectos secundaros graves de tipo autoinmune.
El alotrasplante de intensidad reducida o el alotrasplante
haploidentico son opciones de tratamiento con intención curativa para pacientes
con recaída post TAPH. Sin embargo, debido a la alta toxicidad de estos
tratamientos los candidatos deben ser cuidadosamente seleccionados.
Tratamiento del linfoma de Hodgkin predominio linfocítico
nodular (LH-PLN)
El tratamiento del LH-PLN es prácticamente idéntico al
recomendado para los casos de LHc salvo algunas diferencias:
En el tratamiento del LH-PLN en estadio localizado sin
factores de riesgo se recomienda exclusivamente la administración de radioterapia
30 G en el campo afectado, ya que la administración de quimioterapia no mejora
los resultados en estos pacientes.
Las células del LH-PLN presenta en su membrana el antígeno
CD-20, que es la diana del anticuerpo monoclonal rituximab, habiéndose
demostrados que este fármaco es muy eficaz en pacientes con LH-PLN en recaída.
PAPEL DEL MÉDICO DE FAMILIA EN EL SEGUIMIENTO DEL LH
Efectos tóxicos tardíos del tratamiento
En la tabla 6 se resumen los efectos tóxicos tardíos del
tratamiento del LH y las recomendaciones de seguimiento según el tipo de
terapia previa: (
Tabla 6.-
Recomendaciones de seguimiento de los efectos tóxicos tardíos del tratamiento
Tratamiento |
Recomendación
de seguimiento |
Radioterapia cervical |
Función tiroidea:
TSH. Detección
precoz cáncer de tiroides. Detección
precoz de enfermedad arterial carotídea. Examen y
limpieza dental. Tratamiento
de soporte (sustitutos de saliva, agentes humectantes) si se precisa. Detección
precoz de cáncer de piel. |
Radioterapia torácica |
Detección
precoz de factores de riesgo cardiovascular. Detección
precoz de cáncer de mama. Detección
precoz de cáncer de pulmón. Detección
precoz de cáncer de piel. |
Radioterapia
esplénica o esplenectomía |
Prevención/tratamiento
de las infecciones: inmunización para neumococo, meningococo y Haemophilus
influenzae. Tratamiento
precoz de los episodios febriles. Detección
precoz de cáncer de piel. |
Radioterapia
abdominal/ pélvica |
Detección
precoz de cáncer colorrectal. Consejo
reproductivo y valorar la posible criopreservación de semen en varones y de
ovocitos en mujeres. Detección
precoz de cáncer de piel. |
Alquilantes |
Consejo
reproductivo y valorar la posible criopreservación de semen en varones y de ovocitos
en mujeres (con el escalado a BEACOPP los agentes alquilantes pueden
ocasionar esterilidad en los hombres y las mujeres). |
Antraciclinas |
Evaluación cardiológica. |
Bleomicina |
Evaluación
neumología. |
Los pacientes con LH deben ser seguidos por oncología o
hematología durante los primeros 5 años para detectar la recurrencia y
controlar los efectos del tratamiento tardío (NCCN, 2019). El seguimiento consistirá
en:
Anamnesis y examen físico cada 3 meses durante 1 a 2 años,
luego cada 6 meses hasta el tercer año, y a partir de entonces anualmente. Las
exploraciones complementarias que se deben realizar incluyen:
·
Hemograma, velocidad de sedimentación (si está
elevada en el momento del diagnóstico), bioquímica completa y sistemático de
orina, y otras pruebas de laboratorio según esté clínicamente indicado; Nivel
de TSH anualmente si el paciente recibió radioterapia en el cuello
·
TAC con contraste de cuello / tórax / abdomen y
pelvis a los 6, 12 y 24 meses después de finalizar la terapia o según esté
clínicamente indicado
·
PET-CT solo si dudas sobre respuesta completa
Después de 5 años el seguimiento para detectar
complicaciones tardías relacionadas con el tratamiento puede ser realizado por
el médico de familia anualmente. Los pacientes que sobreviven a un LH tienen un
mayor riesgo de neoplasias secundarias (leucemias agudas, síndrome
mielodisplásico, LNH y tumores, especialmente dentro de las áreas radiadas, como
cáncer de pulmón, mama, colon y tiroides). También tiene más riesgo de
hipotiroidismo, problemas cardiovasculares, fibrosis pulmonar e infecciones
oportunistas, por lo que se recomienda un programa de vigilancia de por vida consistente
en (Castellino SM 2011; NCCN, 2019):
Historia y examen físico completo, incluyendo consumo de
tabaco, medición de la tensión arterial, exploración de tiroides y examen
dermatológico de los campos irradiados.
Pruebas de laboratorio: hemograma, bioquímica completa
(glucosa colesterol, etc.) sistemático de orina, y TSH si el paciente recibió radioterapia
en el cuello.
Mamografía y RM de mamas anuales comenzando a los 8-10 años postratamiento
o a la edad de 40 años (lo que ocurra antes) en mujeres con historia de radioterapia
torácica entre los 10 y los 30 años.
Colonoscopia cada 5 años, comenzando a los 10 años tras la radioterapia
o a la edad de 35 años (lo que ocurra antes), si la dosis de radioterapia abdominal
y/o pélvica fue ≥30 Gy.
Detección precoz de cáncer de pulmón en pacientes con historia
de tabaquismo >30 paquetes-año: considerar radiografía de tórax anual y TAC
de tórax cada 5 años.
Espirometría al inicio del seguimiento; repetir si clínicamente
indicado en pacientes con resultados anómalos o disfunción pulmonar progresiva.
Control anual de factores de riesgo cardiovascular y
tratamiento agresivo. Considerar prueba de esfuerzo, ecocardiografía y una
ecografía carotídea cada 10 años si el paciente recibió radioterapia en el cuello.
Prevención/tratamiento de las infecciones: vacuna antigripal
anual e inmunización frente a neumococo, meningococo y haemophilus influenzae (con
revacunaciones cada 5 años) en pacientes con antecedentes de irradiación
esplénica o esplenectomía. Tratamiento precoz de los episodios febriles.
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