RESUMEN
La anorexia nerviosa es un
trastorno del comportamiento alimentario caracterizado por un bajo peso
corporal (<85% del peso teórico), una imagen corporal alterada, hábitos
alimentarios para mantener el bajo peso y el temor a aumentar de peso. La
mayoría de las mujeres tienen amenorrea de ≥ 3 meses. Es más frecuente en
mujeres que en hombres, siendo su prevalencia del 0,5-1% en mujeres con edades
comprendidas entre los 15 y 21 años. Su incidencia ha experimentado un aumento
en las últimas décadas.
El diagnostico es clínico,
basándose en los criterios del DSM-IV. Se
distinguen dos subtipos: restrictivo, en el que el paciente limita las calorías y no recurre posteriores purgas, y compulsivo/purgativo, en el que los
pacientes recurren tras "atracones" a posteriores purgas.
El médico de familia juega un importante
papel en su diagnóstico precoz, aprovechando las consultas que por cualquier
otro problema de salud realiza el paciente, y en el tratamiento ambulatorio en colaboracion con el Servicio de Salud Mental.
El tratamiento se basa en la
reeducación de hábitos alimentarios, el control y la recuperación del peso, el
control analítico para vigilar las complicaciones y distintos tipos de psicoterapia.
Para los niños y adolescentes, el tratamiento e implicación de la familia
mediante el método de "Maudsley" es la intervención más eficaz.
Actualmente no se dispone de ningún tratamiento farmacológico que se muestre efectivo. El tratamiento del trastorno
obsesivo compulsivo y la depresión, las morbilidades más frecuentes a las que se asocia, debe
realizarse con psicoterapia conductal y farmacoterapia. Los ISRS, fluoxetina y sertralina y citalopram, son los
fármacos de primera elección en estos casos. Las asociaciones de familiares
donde intercambiar experiencias, conocer mejor la enfermedad, implicarse, etc,
juegan un papel muy relevante en el tratamiento.
En general la mitad de las
personas que siguen el tratamiento logra recuperarse totalmente, un 30%
mejora y un 20% se mantienen crónicamente enfermas. Entre los factores de buen
pronóstico se encuentran el diagnóstico y tratamiento precoz, el reconocimiento
de la existencia de la enfermedad por el paciente, el incremento de peso al
inicio del tratamiento, el apoyo de la
familia y la ausencia de antecedentes familiares de problemas de salud mental.
La anorexia nerviosa tiene una de las tasas de mortalidad más altas entre los
trastornos psiquiátricos, aproximadamente una mortalidad del 10-12%. La tasa de
suicidio en personas con anorexia es también mayor que en la población general
y en algunos estudios es la principal causa de muerte. Otras causas de muerte
son las infecciones, las complicaciones gastrointestinales, y la desnutrición
extrema.
EPIDEMIOLOGÍA Y ETIOLOGÍA
La anorexia nerviosa afecta al 0,5-1%
de las mujeres con edades comprendidas entre los 15 y 21 años y al 0,3% de
los hombres en los países occidentales, de los cuales sólo un tercio de los
casos demandan atención médica. Es casi inexistente en países del tercer mundo.
La edad de inicio de la anorexia nerviosa
se sitúa en la primera adolescencia, en torno a los 12 años, si bien la
población más afectada se encuentra entre los 14 y 18. Es más frecuente en las
clases sociales media y media-alta.
Se estima que 3 de cada 10
pacientes son hombres, pero muchos hombres no consultan por el problema o el
índice de sospecha es menor, y por lo tanto aproximadamente el 90% de los
pacientes diagnosticados son mujeres. La incidencia de homosexualidad entre
los hombres anoréxicos es de 25% a 58%.
La incidencia ha aumentado en las
últimas décadas, siendo el riesgo mayor entre los 15 y 19 años, reduciéndose significativamente
después de los 21 años.
La causa específica de la
anorexia nerviosa en la actualidad permanece desconocida. A pesar de que varios
neurotransmisores han sido implicados en su etiología no se dispone de
resultados concluyentes y pueden ser consecuencias de la enfermedad.
Los factores genéticos parecen
jugar un papel importante, apoyándose esta hipótesis en estudios de
concordancia gemelar y por la presencia del gen 5HT-2A en un gran número de
pacientes. También es frecuente la presencia de casos de alcoholismo y
trastornos psiquiátricos en familiares de primer grado.
Es importante saber que el 25% los pacientes presentan de forma concomitante un trastorno obsesivo convulsivo y un 50-70% un trastorno distímico.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la anorexia
nerviosa debe basarse en algo más que la presencia de
desnutrición y amenorrea. Requiere la realización de una historia clínica al paciente, y entrevistar también por separado a familiares y amigos, para indagar sobre los criterios diagnósticos del DSM IV :
- Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (peso inferior al 85% del esperado, no ganancia del peso esperado en prepúberes).
- Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso.
- Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
- En mujeres pospuberales, presencia de amenorrea (ausencia de al menos tres ciclos consecutivos).
El tratamiento es más eficaz si
la anorexia se detecta precozmente, cuando los síntomas psicológicos y físicos
son sutiles, constituyendo un reto para el médico de Atención Primaria quien
juega un papel crucial en el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos
alimentarios. Pueden usarse algunos cuestionarios de apoyo a la entrevista como
el EAT,
EDI I y II, Abos, COOPER, etc.)
Anamnesis
El paciente no suele demandar
atención médica por la anorexia o la pedida de peso, pero si pude consultar por
síntomas como fatiga, mareos, etc., aunque más frecuentemente son los familiares,
amigos o profesores los que demandan atención médica, preocupados por la pérdida
de peso del paciente.
En la entrevista puede ponerse de
manifiesto el sentimiento de estar gorda/o, con un peso adecuado o incluso menor al teórico, deseo de
seguir adelgazando, importante resistencia a la ganancia de peso, la preocupación por el contenido en calorías
de los alimentos y el comer solo alimentos bajos en calorías, dietas
vegetarianas o muy restrictivas. Es frecuente el habito de trocear en pequeños
fragmentos la comida y esparcirla por el plato,
el evitar comer en compañía de familiares, la utilización de tallas
grandes de ropa, el uso sobre todo de pantalones, desaparecer después de las
comidas, el aislamiento social, o la
práctica de ejercicio físico excesivo.
La amenorrea es común y es necesario
identificar el patrón de ciclo menstrual. Debe tenerse en cuenta si la paciente
está tomando anticonceptivos que estos pueden enmascarar una amenorrea. Algunas mujeres
pueden desarrollar amenorrea en un nivel ligeramente más alto del IMC <85%
del peso corporal teórico o de un IMC ≤ 17,5-18 kg/m2 y otras pacientes continúan teniendo la
menstruación, incluso cuando su peso cae a niveles bajos. La razón no está
clara. Una teoría se basa en el concepto de "disponibilidad de
energía". Según esta teoría cuando el consumo de calorías equivale a las
calorías gastadas disminuye la probabilidad de desarrollar amenorrea.
La anamnesis debe dirigirse a
tratar de identificar el subtipo de anorexia nerviosa: Tipo restrictivo, en
donde el paciente limita las calorías y no recurre a
"atracones" y posteriores “purgas” (vómitos inducidos o abuso de
laxantes, diuréticos o enemas), y tipo compulsivo/purgativo, en el que limitan
las calorías pero de vez en cuando recurre a "atracones" y posteriores "purgas".
Los pacientes pueden presentar astenia, fatigabilidad,, sensación de mareo, palpitaciones, estreñimiento, pérdida de cabello, etc
Se debe indagar sobre la posible presencia de comorbilidad psiquiatrica asociada, como un trastorno obsesivo compulsivo, más frecuente en el subtipo restrictivo, un trastornos por abuso de sustancias (laxantes, diuréticos, enemas, etc., que ocurren con más frecuencia entre os pacientes con anorexia nerviosa compulsiva/purgativa. La depresión y la distímia son también trastornos psiquiátricos frecuentemente presentes.
En los pacientes prepuberales, en
los que la anorexia nerviosa hace aparición repentina poco después de una
infección estreptocócica, se debe
indagar sobre otros posibles trastornos autoinmunes neuropsiquiátricos asociados
con la infección por estreptococo.
Exploración física
Al inicio de la enfermedad la
exploración física y las exploraciones complementarias pueden ser normales,
pero más adelantes los signos exploratorios y las alteraciones de las pruebas complementarias
resultan muy importantes para determinar la gravedad y los riesgo del paciente.
Se debe registrar en la primera
visita y semanalmente en las sucesivas el peso, talla, IMC
(un IMC < 17,5-18 ó es altamente
sugerente de anorexia nerviosa), tensión arterial (es frecuente la hipotensión
ortostatica), frecuencia cardiaca (frecuentemente bradicardia), temperatura (hipotermia
en desnutrición grave)
La desnutrición grave puede
afectar a todos los aparatos, debiéndose realizar una exploración sistemática,
en donde pueden apreciarse además de la desnutrición, deshidratación, prominencia
de las estructuras óseas como las escapulas, lanugo, secuelas de fracturas, talla
baja, o escaso desarrollo de caracteres sexuales, alteraciones que indica la interrupción del
crecimiento prepuberal. En el examen de la boca, la erosión del esmalte dental
y la inflamación de las glándulas salivales son signos de vómitos de repetición.
La presencia de edemas indica desnutrición grave.
Exploraciones complementarias
El diagnóstico de la anorexia
nerviosa se realiza clínicamente, aunque el hemograma, la bioquímica (glucosa,
función renal y hepática, iones, colesterol, triglicéridos, proteinograma, prealbumina,
transferrina, amilasa, etc.) pueden
mostrar alteraciones como leucopenia, anemia, linfopenia,
alcalosis metabólica hipoclorémica, hipocalémica, hiponatrémia e hiperamilasemia. La hipoglucemia persistente indica depleción de los depósitos
hepáticos de glucógeno. La desnutrición puede provocar hígado graso, con
aumento de enzimas hepáticas. La prealbúmina y la transferrina son útiles para
detectar el ayuno reciente, ya que su vida media es más corta que la de la
albúmina. El análisis de orina puede revelar cetonuria.
Estas pruebas deben ser repetidas
periódicamente en los pacientes hospitalizados y en tratamiento ambulatorio para
controlar el progreso y la gravedad de la enfermedad.
En todas las pacientes que presenta
amenorrea se debe realizar una prueba de embarazo y determinaciones de LH, FSH,
prolactina, estradiol, hormonas tiroideas, GH, cortisol, para descartar otras
causas de la amenorrea. Si la amenorrea dura más de 6 a 12 meses, se recomienda
realizar una densitometría ósea. En los hombres, se deben medir los niveles de
testosterona. Los niveles de triyodotironina (T3), son bajos en estados de
inanición, sin embargo, esto no implica hipotiroidismo, siendo los niveles de
TSH normales.
El ECG puede poner de manifiesto,
bradicardia, alteraciones secundarias a trastornos electrolíticos, prolongación
del intervalo QT, arritmias, etc.
Diagnóstico
diferencial
Se debe realizar el diagnóstico diferencial con trastornos
psiquiátricos como ansiedad, fobias hacia alimentos, trastornos paranoides,
dismorfofobia, trastorno digestivo somatomorfo, depresión, trastorno
obsesivo-convulsivo, bulimia nerviosa, etc, y trastornos orgánicos como un tumor
cerebral, enfermedad Crohn, colitis ulcerosa, enfermedad celiaca, acalasia,
hipertiroidismo, diabetes mellitus, neoplasias, infección por HIV, etc.
TRATAMIENTO
Los principales objetivos del
tratamiento serán conseguir un peso saludable, prevenir y tratar las
complicaciones de la enfermedad, ayudar al paciente a analizar los motivos de
su trastorno de la alimentación, psicoeducación, conseguir el apoyo de la
familia, y prevenir una recaída.
Lugar del tratamiento
El médico de familia generalmente
es quien realiza la primera consulta y juega un papel inicial clave en la
detección de la anorexia nerviosa. Una vez realizada la historia clínica y
solicitadas las exploraciones complementarias oportunas, ante la sospecha de
anorexia nerviosa, el paciente puede derivarse al Servicio de Salud Mental, donde
se completará la evaluación psicológica y del entorno familiar, y se
establecerá el tratamiento psicológico y farmacológico. En casos leves el
tratamiento podrá realizarse ambulatoriamente supervisado por el médico de
familia en estrecha coordinación con los Servicios de Salud Mental, sin embargo
en casos más graves el tratamiento y seguimiento deberá ser realizado por otros especialistas y puede requerirse ingreso hospitalario o la atención en
hospital de día, tanto por razones medicas como psicosociales;
el tratamiento de la anorexia nerviosa no corresponde a una única especialidad,
existiendo un amplio consenso en que debe basarse en una adecuada cooperación entre
el médico de familia, psiquiatras, psicólogos, endocrinos, ginecólogos, etc. Las
recomendaciones de ingreso son:
- Pensamientos suicidas y riesgo de suicidio.
- Incapacidad del paciente para comer.
- Comobilidad psiquiátrica grave.
- Falta de apoyo familiar.
- Falta de vivienda.
- Problemas médicos: Frecuencia cardíaca <50 latidos por minuto, presión arterial <80/50 mmHg, ortostatismos, hipoglucemia sintomática, hipopotasemia e hiponatremia significativa, Temperatura < 36° C, arritmias, edemas, infecciones, peso <75% del teorico, y / o pérdida rápida de peso.
- Falta de respuesta al tratamiento ambulatorio
Si el paciente rechaza la hospitalización
pude ser necesario el ingreso involuntario. Algunos pacientes muy graves
requieren tratamiento en la UCI.
Reconocimiento de la
enfermedad
Uno de los primeros objetivos
será lograr el reconocimiento por el paciente del problema y los riesgos que
entraña el bajo peso. Durante las consultas con el paciente y con
la cooperación de amigos y familiares se debe trabajar en recuperar la
confianza del paciente.
Dieta
Inicialmente se debe prescribir
una dieta de 1.000 a 1.500 calorías que será incrementada gradualmente, 200-400
calorías cada 5-7 días, siendo la meta una ingesta de 3.500 kcal al día para las mujeres y 4.000
kcal por día para los hombres. Los pacientes no deben comer solos ni saltarse
ninguna comida, sin dejar de ser presionados. La evaluación de la dieta y la
orientación por un nutricionista es útil para identificar deficiencias
específicas y crear un plan dietético saludable.
La ingesta de líquidos también se debe monitorizar. Inicialmente, se debe recomendar una ingesta de líquidos de aproximadamente 2.000 ml / día y tendrá que controlarse su consumo. Algunos pacientes pueden disminuir también la ingesta de líquidos intencionadamente y otros aumentar su ingesta con el fin de dar la impresión de estar ganando peso. Es frecuente la intolerancia temporal a la lactosa, que se puede recuperar una vez recuperado el peso.
Es importante vigilar las alteraciones de los iones (sodio, potasio, calcio, fosforo, magnesio), secundarios a los vómitos auto provocados, empleo de laxantes, diuréticos, a la propia gravedad de la enfermedad. Junto a la dieta se puede pautar vitaminas y minerales en forma de suplementos. Si el paciente se niega a comer, la alimentación por sonda nasogástrica es la vía de elección. En casos extremos se ha utilizado la alimentación parenteral total.
Control del peso
Los pacientes tratados ambulatoriamente
deben ser pesados semanalmente y los pacientes
ingresados cada día. Es frecuente que el paciente trate de manipular el peso,
siendo aconsejable que este se realice desnudo o en ropa interior. Es esperable
un aumento de 0,5 a 1,5 kg a la semana para los pacientes hospitalizados y de
0,3 a 0,5 kg por semana en pacientes tratados ambulatoriamente. Síntomas como
la amenorrea, ansiedad, depresión, e incluso ideas de suicidio a menudo se
resuelven al alcanzar un peso superior al 85% del peso teórico para la edad y
talla de la persona.
Ejercicio físico
Aunque el ejercicio puede ser muy
útil para la recuperación de algunos pacientes, el ejercicio puede convertirse
en un problema, debiendo restringirse inicialmente e introducirlo gradualmente,
especialmente en pacientes con anorexia compulsiva/purgativa y en paciente
trastorno obsesivo convulsivo asociado.
Psicoterapia
Tiene como objetivos: Desarrollar
actitudes/creencias realistas acerca de la imagen corporal y el peso, establecer
un patrón normal de peso, reducir el descontrol en la ingesta y el control de vómitos y abusos de laxantes, y mejorar el
funcionamiento personal general, como la autoaceptación, afrontamiento de la
ansiedad y el funcionamiento social.
Se usan la terapia
cognitiva-conductual, la psicoanalítica, la interpersonal y la de grupo, que
puede usarse en combinación con otras como la terapia de familia. Los estudios
comparativos existentes no encontraron diferencias significativas entre los
distintos tipos de psicoterapia en adultos. En general la psicoterapia resulta más eficaz
después de la recuperación del peso teórico, debido a la mejora en el funcionamiento
cognitivo y el estado de ánimo que se produce.
Para los niños y adolescentes, el
tratamiento de la familia es la intervención más eficaz, siendo el método de "Maudsley",
que orienta a los padres sobre cómo ayudar mejor a sus hijos, poniéndolos a
cargo de su rehabilitación nutricional parece ser el enfoque más útil.
Existen también asociaciones de
familiares donde intercambiar experiencias, conocer mejor la enfermedad, etc.,
y que constituyen una gran ayuda
Tratamiento farmacológico
Hay pocos ensayos controlados
aleatorios que evalúen la eficacia de los tratamientos farmacológicos en la
anorexia nerviosa. Los tratamientos farmacológicos con benzodiacepinas, neurolépticos
y especialmente los antidepresivos (Fluoxetina y Amitriptilina, etc), no han
demostrado ser útiles para aliviar los síntomas ni prevenir las recaídas de los
pacientes y los efectos adversos pueden ser importantes, en especial de los fármacos
que prolongan el intervalo QT.
Para el tratamiento sintomático
se utilizan distintos fármacos, como Domperidona, a una dosis de 5 a 10 mg,
administrada 20 minutos antes de la ingesta, alivia la sensación de plenitud gástrica.
Para el estreñimiento e puede utilizar lactulosa. El tratamiento de la osteopenia
es difícil, ya que requiere una ganancia de peso sostenida. Se deben indicar
polivitamínicos y calcio. El uso de hormonas de reemplazo (anticonceptivos) es
controvertido, ya que sólo ayudaría cuando hay ganancia de peso concomitante. La
única evidencia de efectividad, deteniendo la pérdida ósea acelerada, ocurre en
pacientes con peso por debajo del 75% del peso teórico. Se están estudiando la
calcitonina intranasal, el alendronato vía oral y la dehidroepiandrosterona.
El tratamiento de la depresión y del
trastorno obsesivo compulsivo, las comorbilidades más frecuentes en los
pacientes con anorexia nerviosa, debe
realizarse con psicoterapia conductal y farmacoterapia. Los ISRS son el tratamiento
farmacológico de primera elección para el tratamiento de la depresión: Fluoxetina
20 mg por vía oral una vez al día, Sertralina 100 mg por vía oral una vez al
día, o Citalopram 20 mg por vía oral una vez al día. Para el tratamiento del trastorno
obsesivo compulsivo se emplean los mismos ISRS pero generalmente a dosis más
altas. Es importante señalar que los ISRS no parecen ser eficaces en pacientes
que no tienen un suficiente aporte calórico (no consumen los niveles adecuados
de triptófano, aminoácido precursor de
la serotonina) y como consecuencia de ello puede ser insuficiente el nivel de serotonina en el cerebro para que los ISRS tengan un efecto terapéutico. Una
vez que los pacientes normalizan la dieta los ISRS pueden ser eficaces.
Los antipsicóticos atípicos se
han utilizado en el tratamiento de la anorexia nerviosa. Un estudio doble ciego
controlado con placebo ha demostrado que los pacientes adultos que recibieron Olanzapina
alcanzaron su peso ideal un poco más rápidamente que aquellos que recibieron
placebo, junto con una reducción ligera de los síntomas obsesivo-compulsivos en
el grupo tratado con Olanzapina. Hay muy pocos estudios sobre el uso de Olanzapina
en adolescentes por lo que su recomendación en este grupo de edad resulta
controvertida. Los antipsicóticos atípicos pueden asociarse con prolongación
del intervalo QT, por lo tanto, antes del uso de la Olanzapina, se debe
realizar un ECG y repetirse periódicamente durante el tratamiento,
suspendiéndose el tratamiento cuando el paciente está cerca de su peso ideal.
PRONÓSTICO
La anorexia nerviosa es una
enfermedad difícil de tratar. En general menos de la mitad de las personas que
han seguido tratamiento logra recuperarse totalmente, un tercio mejora y un 20%
se mantiene crónicamente enfermas. Entre los factores de buen pronóstico se
encuentran el diagnóstico y tratamiento precoz, el reconocimiento de la existencia
de la enfermedad por el paciente, el incremento de peso al inicio del
tratamiento, el apoyo de la familia, y la
ausencia de antecedentes familiares de problemas de salud mental; el 70% de los
pacientes con estos criterios tienen una recuperación completa y duradera en 3
- 5 años.
La anorexia nerviosa tiene una de
las tasas de mortalidad más altas entre los desórdenes psiquiátricos, de aproximadamente
un 10-12%. La tasa de suicidio en personas con anorexia es también mayor que en
la población general y en algunos estudios es la principal causa de muerte de
los pacientes diagnosticados de anorexia nerviosa. Otras causas de muerte son las
infecciones, las complicaciones gastrointestinales, y la desnutrición extrema.
PREVENCIÓN
La prevención primaria consiste
en combatir los factores culturales que favorecen la enfermedad, y en la educación
sobre actitudes saludables hacia la comida, imagen corporal, la autoestima y el
manejo del estrés.
La intervención en momentos precoces
de la enfermedad puede mejorar le pronostico y en consecuencia la prevención
secundaria implica la identificación precoz de la enfermedad, cuando aún no se cumplen
todos los criterios diagnósticos. Aspectos como antecedentes familiares y personales
de la paciente, hábitos alimentarios, rasgos de la personalidad, percepción de la
imagen corporal, bajo peso, etc., deben
alertar al médico de familia cuando el paciente consulta por cualquier otro
problema de salud. Para los pacientes sospechosos, el uso de un cuestionario
breve como el SCOFF puede ser útil; consta de 5 preguntas que se contestan como
sí o no, siendo positivo cuando la persona contesta afirmativamente a 2 o más
preguntas.
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