Los objetivos del tratamiento de
la insuficiencia cardíaca crónica son aliviar los síntomas, retrasar la
progresión de la enfermedad y reducir la
mortalidad.
CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA
CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA
El éxito del tratamiento
farmacológico está muy relacionado con cambios en el estilo de vida y medidas
para el mantenimiento de la salud. Los pacientes con insuficiencia
cardíaca deben recibir información y
educación sobre: modificaciones dietéticas, dieta hiposodica, e hipocalórica en
caso de sobrepeso; reducir la ingesta hídrica a 1,5–2 l/día, practicar
ejercicio físico aeróbico regularmente y siempre adaptado a la capacidad
física; cese del consumo de tabaco y de alcohol; pesarse a diario, consultando
ante aumentos de peso; cumplimiento estricto del tratamiento prescrito,
evitando la automedicación, en especial el consumo de AINEs; se les debe
recomendar la vacunación antigripal y antineumocócica; la inmunización contra
la hepatitis B sólo está indicada en los candidatos a trasplante cardiaco; en
mujeres en edad fértil con insuficiencia cardíaca avanzada debe desaconsejarse el embarazo; en
pacientes en clase funcional III- IV de la NYHA los viajes largos en avión deben
desaconsejarse debido al riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda.
Hay poca evidencia sobre la
influencia de la actividad sexual en los pacientes con síntomas leves o
moderados, sin embargo, en pacientes en clase funcional III- IV de la NYHA se
ha observado un ligero aumento de riesgo de descompensación. El uso
profiláctico de nitroglicerina sublingual contra la disnea y el dolor torácico
durante la actividad sexual puede ser útil. En pacientes en clase funcional
III- IV de la NYHA los viajes largos en avión deben desaconsejarse debido al
riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Los inhibidores de la enzima
conversora de la angiotensina (IECAs) y los beta-bloqueantes se pueden utilizar
como tratamiento de primera línea. Ambos consiguen resultados similares en
términos de mejora de la supervivencia. No se ha demostrado que iniciar el
tratamiento con uno u otro grupo terapéutico sea mejor, pero en la práctica la
mayoría de los médicos inician el tratamiento con un IECA. El origen de esta
práctica es histórico, ya que los beneficios de los IECAs se demostraron 10
años antes que el de los beta-bloqueantes. Si un paciente no puede tolerar la
dosis de mantenimiento de cualquiera de ellos es preferible administrarlos
conjuntamente a dosis más bajas. Se ha demostrado que dosis inferiores a las de
mantenimiento mantienen el efecto beneficioso sobre la supervivencia, aunque no
sobre la incidencia de hospitalizaciones.
Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECAs)
Los IECAs han demostrado
disminuir la morbilidad y la mortalidad asociadas a la insuficiencia cardíaca, y se deben indicar a todos los pacientes con
disfunción ventricular izquierda, sintomática o no, a menos que exista una
contraindicación o intolerancia previa.
Se recomienda iniciar el
tratamiento a la dosis más baja posible, especialmente en pacientes ancianos y
en general en personas con depleción hidrosalina, controlando la posible
aparición de hipotensión. La dosis se debe aumentar progresivamente cada 2-4
semanas hasta alcanzar la dosis de mantenimiento o en su defecto, la dosis
máxima que tolere el paciente. Se ha demostrado que dosis inferiores a las de
mantenimiento mantienen el efecto beneficioso sobre la supervivencia, aunque no
disminuyan la incidencia de hospitalizaciones.
Los IECAs están contraindicados
cuando existe insuficiencia renal, con Cr sérica >2,5 mg/dl, hiperpotasemia
>5, estenosis bilateral de las arterias renales o en pacientes monorrenos
con estenosis de la arteria renal y deben administrarse con mucha precaución en
pacientes con shock cardiogénico. Debe controlarse la función renal e iones
antes del inicio del tratamiento, 1–2 semanas después de los aumentos de dosis
y cada 3–6 meses, así como al asociar fármacos como ARA-II o antagonistas del
receptor de aldosterona.
Entre los efectos secundarios
destacan el deterioro de la función renal, hiperpotasemia, hipotensión, tos
seca persistente que aparece en un 10-15% de los pacientes, con independencia
de la existencia de patología respiratoria previa y del tipo de IECA utilizado.
Raramente, edema angioneurótico.
Su administración en pacientes
con tensión arterial (TA) reducida debe acompañarse de un seguimiento más
estrecho. Durante el tratamiento se
pueden aceptar cifras de TA sistólica en torno a 85-90 mmHg, siempre que el
paciente se encuentre asintomático. En su valoración, debe tenerse en cuenta la
utilización de otros fármacos hipotensores como por ejem. vasodilatadores,
diuréticos, etc., que puedan estar influyendo.
También es necesario vigilar
periódicamente la función renal y los iones. Si se produce empeoramiento de la
función renal y/ o hiperpotasemia, se debe disminuir la dosis del IECA a la
mitad y revisar el tratamiento seguido
por el paciente, por si algún fármaco
pudiera estar implicado en el deterioro y fuera posible suspenderlo. Por ejem.:
espironolactona, AINES, etc.
Beta-bloqueantes
Los beta-bloqueantes (carvedilol,
bisoprolol, metoprolol y nebivolol) también han demostrado disminuir la
morbilidad y la mortalidad asociada a la insuficiencia cardíaca. El tratamiento debe iniciarse en pacientes preferentemente
estabilizados y a la dosis más baja posible, aunque no están contraindicados en
pacientes inestables, vigilando la frecuencia cardiaca y la TA. La dosis de
inicio se doblará cada 2-4 semanas, valorándose sus efectos, hasta llegar a la
dosis de mantenimiento o en su defecto a la dosis máxima tolerada (el beneficio
es dosis-dependiente). No se debe aumentar la dosis si hay empeoramiento de la
insuficiencia cardíaca, hipotensión sintomática o presencia de bradicardia
<50 lpm..
Lo efectos secundarios incluyen
bradicardia, hipotensión, broncoespasmo y
empeoramiento de la insuficiencia cardíaca. Sin embargo, frecuentemente
pueden evitarse mediante una adecuada selección del paciente a tratar, ajustes
de la dosis, reducción de la dosis de otros fármacos asociados, como diuréticos
o vasodilatadores y realizar un seguimiento mas frecuente. Si empeoran los
síntomas de la insuficiencia cardíaca, se aumentará la dosis de diuréticos e
intentar no suspender el β- bloqueante salvo que sea absolutamente
imprescindible, procediéndose a una reducción
temporal de la dosis. Si aparece bradicardia, se debe realizar ECG para descartar bloqueo cardiaco. Si la
bradicardia es sintomática se debe reducir la dosis de β-bloqueante a la mitad
y eliminar otros posibles fármacos causantes de la misma. Si no se observa
mejoría se debe suspender el tratamiento.
La mejoría clínica de la
insuficiencia cardíaca puede tardar en hacerse evidente de 1 a 3 meses. Sin
embargo, el tratamiento a largo plazo con beta-bloqueantes resulta eficaz para
disminuir los síntomas de insuficiencia cardíaca y mejorar el estado clínico.
La hipotensión sintomática suele mejorar con el tiempo. Aunque no se han
demostrado claras diferencias entre los diferentes β- bloqueantes existentes,
los resultados obtenidos con carvedilol apuntan a una ligera superioridad, por lo que seria de elección.
Los beta-bloqueantes están
contraindicados en pacientes con asma
bronquial, hipotensión arterial, (TA sistolica <80-85 mmHg) bradicardia
sinusal (FC <50 lat/min), bloqueo AV de II y III grado, enfermedad del seno,
arteriopatía periférica sintomática en reposo y diabetes mellitus de difícil
control. Sin embargo, pueden utilizarse, realizando revisiones clínicas más
frecuentes, en pacientes con EPOC, enfermedad pulmonar intersticial,
arteriopatía periférica no sintomática en reposo, diabetes mellitus controlada,
disfunción eréctil y personas mayores.
Antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA II)
Los ARA II ya se pueden
considerar una alternativa razonable a los IECAS en todos los pacientes con
insuficiencia cardíaca con fracción de eyección ventricular izquierda
disminuida o preservada que tienen intolerancia a los IECAss debido a tos o
angioedema, o en pacientes con síntomas persistentes a pesar de recibir
tratamiento con un IECA y un β- bloqueante. La experiencia con estos fármacos
en ensayos clínicos controlados es mucho menor que con los IECAs. Sin embargo, losartan, valsartán y
candesartán se han mostrado eficaces en la reducción de las hospitalizaciones y
la mortalidad. Además, otro estudio avala la utilización de candesartan en la
IC con FE conservada. Por otro lado, no se ha demostrado superioridad de los
ARA II en relación a los IECAs ni al revés.
En pacientes con disfunción
ventricular izquierda post-IAM, el valsartán ha demostrado tener un efecto
equivalente a los IECAs sobre la mortalidad, pero es mejor tolerado.
Los ARA II están contraindicados
en las mismas situaciones que los IECAs: Insuficiencia renal con Cr sérica
>2.5 mg/ dl, hiperpotasemia >5, estenosis bilateral de las arterias
renales o en monorrenos con estenosis de la arteria renal. Debe controlarse la
función renal y los iones antes del inicio del tratamiento, 1–2 semanas después
de los aumentos de dosis y cada 3–6 meses, y especialmente al asociarlos con
IECAs o a antagonistas del receptor de aldosterona. Los ARA II comparte los
mismos efectos secundarios que los IECAs; empeoramiento de la función renal,
hiperpotasemia e hipotensión sintomática, pero no producen tos ni angioedema.
En casos puntuales se puede
considerar el tratamiento combinado (IECAs y ARA-II) para reducir la mortalidad
y los ingresos hospitalarios en pacientes con IC y síntomas persistentes pese
al tratamiento con IECAs. La combinación de un IECAs y un ARA-II produce una
reducción mayor del tamaño del ventrículo izquierdo y disminuye la incidencia
de hospitalizaciones que el tratamiento por separado con IECAs o ARA II, aunque
la terapia combinada no reduce la mortalidad.
La administración combinada de un
IECA, un beta-bloqueante, y un ARA II no se puede recomendar en la actualidad,
y de utilizarse debe hacerse con mucha precaución y en el hospital, bajo
control estricto de la TA y la función renal, ya que puede provocar hipotensión
severa e insuficiencia renal aguda. Aunque el estudio CHARM demostró que esta
combinación puede ser eficaz con un riesgo aceptable, se necesitan más
estudios.
Antagonistas de la aldosterona
Los antagonistas de la
aldosterona, espironolactona y eplerenona actúan bloqueando la acción de la
aldosterona a nivel del receptor, aumentando la excreción de sodio y agua en
orina y disminuyendo la de potasio. Los antagonistas de la aldosterona, disminuyen
la morbilidad y la mortalidad asociada a la IC crónica sintomática y se
deben utilizar asociados al tratamiento estándar de la insuficiencia cardíaca,
con IECA y/o ARA y β- bloqueantes, en pacientes con IC en clases III y IV de la
NYHA, y en pacientes con IC estables con disfunción ventricular izquierda (FEVI
≤40%) y signos clínicos de IC después de un infarto de miocardio reciente,
insuficiencia cardíaca sistólica (FE ≤35%) y síntomas leves (Clase II de la
NYHA)
Se deben indicar solo en pacientes
con Cr sérica < 2.5 mg/ dl y nivel de potasio sérico normal. La
espironolactona y la eplerenona pueden causar hiperpotasemia y deterioro de la
función renal, especialmente en pacientes ancianos. Es aconsejable, al inicio
del tratamiento, medir la creatinina y el potasio séricos cada 5-7 días. Si
aumenta el nivel de potasio (> 5.5), reducir la dosis a la mitad, vigilando
estrechamente la analítica. Si el potasio es ≥ 6, debemos interrumpir el
tratamiento. Si la creatinina se eleva >2.5 reducir la dosis a la mitad, si
creatinina ≥3.5, se debe interrumpir el tratamiento. En el ensayo EPHESUS, la
adición de eplerenona al tratamiento estándar de la IC no aumentó el riesgo de hiperpotasemia cuando
el potasio se controló regularmente.
Los antagonistas de la
aldosterona están contraindicados en situaciones de hiperpotasemia >5,
creatinina sérica >2.5 mg/dl, tratamiento concomitante con diuréticos
ahorradores de potasio o suplementos de potasio y en pacientes que reciben
tratamiento combinado de un IECA y ARA II.
La espironolactona produce
ginecomastia dolorosa en el 10% de los pacientes varones, este efecto es mucho
menos frecuente con la eplenerona, por lo que debemos sustituir el tratamiento
por ésta.
Diuréticos
Los diuréticos son beneficiosos
para el control de los síntomas de insuficiencia cardíaca pero no existen
estudios que demuestren su efcaca para disminuir la mortalidad. Están indicados
en pacientes con insuficiencia cardíaca en clase funcional II- IV, combinados
con un IECA y/o un beta-bloqueante,
siempre y cuando existan signos o síntomas clínicos de congestión.
Los diuréticos actúan
disminuyendo la retención de sodio y agua mediante la inhibición de la
reabsorción de sodio en sitios específicos de los túbulos renales. La
furosemida, torasemida y bumetanida (diuréticos de asa) actúan en el asa de
Henle, mientras que las tiazidas (hidroclorotiazida, clortalidona), metolazona
y los diuréticos ahorradores de potasio (espironolactona, esplerenona) actúan
en el túbulo distal.
Los diuréticos de asa son
preferidos por su mayor eficacia en pacientes con agudizaciones y clases
avanzadas de IC, mientras que los diuréticos tiazídicos son preferibles en pacientes en clase
funcional II de la NYHA y pacientes hipertensos. En ambos casos al activar el
sistema renina-angiotensina-aldosterona, es conveniente administrarlos
combinados con un IECA/ARA II.
La torasemida es mejor tolerada
que la furosemida; presenta un efecto antialdosterónico adicional y una acción
más prolongada, no provocando la diuresis intensa y concentrada en pocas horas
que ocasiona la furosemida.
En caso de utilizar diuréticos
tiazídicos, debemos tener en cuenta que no son eficaces si el aclaramiento de
creatinina es <30 ml/min, y que poseen “techo terapéutico” (por encima de
una dosis no son más eficaces).
La dosis de diurético será la
mínima eficaz para conseguir la respuesta clínica. En IC de clases funcionales
avanzadas conviene mantener el tratamiento a la menor dosis posible para evitar
reagudizaciones. Es necesaria la vigilancia de la función renal e iones
(incluido magnesio).
En caso de no obtener la
respuesta deseada, en pacientes con edema resistente, se pueden combinar
diuréticos de distintos grupos, sobre todo diuréticos de asa con diuréticos
tiacídicos, con una vigilancia más estrecha de TA, función renal e iones.
También se pueden prescribir diuréticos ahorradores de potasio en caso de
hipopotasemia o en IC severa (combinación de IECA espironolactona a dosis baja). Los diuréticos
ahorradores de potasio potencian el efecto de los diuréticos de asa y compensan
la pérdida de potasio y magnesio de forma más completa que si añadiéramos
suplementos de potasio.
Si se presenta resistencia al
tratamiento diurético por vía oral, asociado a edema de la pared intestinal que
dificulta su absorción, se debe utilizar temporalmente, diuréticos de asa vía
intravenosa. Este problema es menos frecuente con la torasemida, que tiene
mejor biodisponibilidad oral.
Entre los efectos secundarios de
los diuréticos destacan la hipotensión, insuficiencia renal pre renal,
hiponatremia, hipopotasemia,
hiperpotasemia, hipomagnesemia, hiperuricemia y gota, hipercalcemia,
hipercolesterolemia, hiperglucemia.
Digoxina.
La digoxina puede ser beneficiosa
en pacientes con síntomas presentes o pasados de insuficiencia cardíaca y FE
ventricular izquierda disminuida especialmente en aquellos pacientes con
fibrilación auricular. Cuando se añade a los IECAs/ARA II, beta-bloqueadores y
diuréticos, la digoxina puede reducir los síntomas, prevenir las
hospitalizaciones, controlar la frecuencia cardiaca, y mejorar la tolerancia al
ejercicio, aunque no ha demostrado reducir la mortalidad.
La digoxina no debe utilizarse en
pacientes con FE baja que están en ritmo sinusal y que no tienen antecedentes
de síntomas de IC, ya que, en esta población, el riesgo de efectos secundarios
no se compensa con los beneficios que aporta.
La dosis diaria, en pacientes con
función renal normal, es 0,125–0,25 mg (individualizar en función de edad, peso
y función renal). Debe tomarse todos los días de la semana para evitar «días
valle». Son frecuentes las interacciones medicamentosas; aumentan sus niveles
la eritromicina, tetraciclina, quinidina, flecainida y amiodarona. La
intoxicación digitálica es un problema frecuente debido al estrecho margen
terapéutico; aumenta su incidencia en insuficiencia renal, ancianos,
alteraciones hidroelectrolíticas (alcalosis, hipopotasemia, hipomagnesemia),
hipoxemia y mixedema.
Vasodilatadores
La adición al tratamiento de la
insuficiencia cardíaca de una combinación de hidralazina y dinitrato de
isosorbide está justificada en pacientes con IC sintomática con disfunción
ventricular (FE ≤40%), como tratamiento alternativo si hay intolerancia a IECA
y ARA II o como tratamiento adicional a los IECA, si no se toleran los ARA II o
los antagonistas de la aldosterona, o cuando el resultado con los IECAs no es
suficiente. Diferentes estudios han
demostrado la eficacia de esta asociación para
mejorar de la FE, la tolerancia al ejercicio, incrementar la
supervivencia y para reducir los ingresos hospitalarios por empeoramiento de la
insuficiencia cardíaca.
El tratamiento con
vasodilatadores debe iniciarse a la dosis más baja posible, vigilando regularmente la TA; la dosis se
incrementara cada 2-4 semanas, valorando clínicamente al paciente después de
cada incremento de la dosis, hasta llegar a la dosis de mantenimiento o en su
defecto a la dosis máxima tolerada. No debe aumentarse la dosis si hay
hipotensión sintomática.
Los posibles efectos adversos
incluyen: hipotensión, que mejora con el tiempo y síndrome de lupus like inducido.
Los antagonistas del calcio no se
recomiendan en el tratamiento de la disfunción sistólica del VI. Únicamente
felodipino y amlodipino, con un efecto neutro sobre la mortalidad, podrían
emplearse para el control de la TA o de la angina que no responde a nitratos y
betabloqueantes.
En la tabla I se muestra un
esquema del manejo de la insuficiencia cardíaca según la clase funcional.
Tabla I.- Tratamiento de la insuficiencia cardíaca crónica según clase funcional de la NYHA.
Clase funcional
|
Tratamiento
| |
NYHA I
|
IECAS o ARA-II (si intolerancia a IECA), o betabloqueante.
IECAS o ARA-II (si intolerancia a IECA), y betabloqueante
| |
NYHA II
|
IECA o ARA-II (en caso de intolerancia) y betabloqueante
Tratamiento combinado IECAS o ARA-II (si intolerancia a IECA), betabloqueante y antagonista de aldosterona si es postIAM. |
+/- diurético en función de retención hídrica
Digital si fibrilación auricular
|
NYHA III
|
IECA o ARA-II, y
Betabloqueante y antagonista de la aldosterona |
+ diuréticos + digital si persiste la sintomatología+ vasodilatadores
|
NYHA IV
|
Continuar IECA o ARA-II
y betabloqueante y antagonista de la aldosterona |
+ diuréticos + digital + vasodilatadores+ considerar soporte inotrópico temporal
|
Agentes inotrópicos positivos: En la actualidad, aparte de la digoxina, se dispone de varios fármacos (amrinona, milrinona, vesnarinona, dobutamina) que tienen la capacidad de aumentar la fuerza de la contracción del miocardio, por lo que podrían ser de utilidad para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca refractaria por disfunción sistólica. Sin embargo, los efectos secundarios potencialmente graves obligan a restringir su uso a situaciones límites. Los inotrópicos intravenosos se usan frecuentemente en pacientes con congestión pulmonar e hipoperfusión periférica, aunque su impacto sobre le pronóstico no está claro.
Anticoagulantes: Los pacientes con insuficiencia cardíaca crónica tienen un alto riesgo de trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar. En los pacientes con insuficiencia cardíaca y FA (paroxística o crónica) esta indicada la anticoagulación oral con dicumarínicos indefinidamante para mantener un INR 2-3. También está indicada en pacientes con trombo intracavitario o con evidencia de embolismo sistémico, en aquellos pacientes que presenten grandes dilataciones o aneurismas ventriculares, o FE <20%, aunque estén en ritmo sinusal, siempre que no exista contraindicación.
Antiagregantes plaquetarios: No existen pruebas de que el tratamiento con aspirina tenga efectos beneficiosos en la IC, por lo que sólo debe utilizarse como prevención secundaria en aquellos pacientes con insuficiencia cardíaca de etiología isquémica.
Estatinas: Están indicadas en pacientes con insuficiencia cardíaca crónica sintomática y disfunción sistólica causada por cardiopatía isquémica.
Antiarrítmicos: En general, no están indicados en la insuficiencia cardíaca (excepto los betabloqueantes), aunque existen grupos de pacientes que se benefician de ellos. Los antiarritmicos de clase III, como la amiodarona se muestra eficaz en la mayoría de arritmias (ventriculares y supraventriculares), siendo relativamente segura en pacientes con IC por su ausencia de efecto sobre el inotropismo. Es el tratamiento de elección para recuperar y/o mantener el ritmo sinusal en pacientes en fibrilación auricular, incluso con aurícula izquierda dilatada y mejorar los resultados de la cardioversión eléctrica. No obstante, no está indicada de rutina en pacientes con IC. Los antiarrítmicos de clase I están contraindicados en la insuficiencia cardíaca . Los de clase II (betabloqueantes) reducen la muerte súbita en la insuficiencia cardíaca y están indicados solos o combinados con amiodarona o tratamientos no farmacológicos en el caso de pacientes con taquiarritmias ventriculares.
Trasplante de corazón y dispositivos médicos
El trasplante cardíaco es actualmente el único tratamiento quirúrgico disponible. Las indicaciones actuales para el trasplante cardiaco son: deterioro grave funcional, dependencia de agentes inotrópicos IV, arritmias ventriculares recurrentes que amenazan la vida, o angina refractaria a los tratamientos actualmente disponibles.
Marcapasos biventricular. En pacientes con insuficiencia cardíaca, la implantación de un marcapasos en ventrículo derecho induce asincronía ventricular y puede aumentar los síntomas. En cambio, en los últimos años, la terapia de resincronización cardíaca con marcapasos bicameral (electrodo estimulador de VI) se ha revelado útil en pacientes con fracción de eyección reducida (< 35%), disincronía ventricular (QRS ≥ 120 mseg) que siguen sintomáticos (clase III-IV de la NYHA) a pesar de tratamiento médico óptimo, habiendo demostrado mejorar los síntomas, reducir los ingresos y disminuir la mortalidad.
Desfibrilador automático implantable (DAI). Se puede considerar el implante de un DAI en combinación con un marcapasos biventricular cuando esté indicado este último. Además, un amplio grupo de pacientes con disfunción sistólica de VI son subsidiarios de recibir un DAI para aumentar su supervivencia (pacientes recuperados de PCR, personas que presentan TVMS en el contexto de disfunción severa de VI o aquellos pacientes con FEVI < 30-35% postIAM).
Fármacos en la insuficiencia cardíaca
La taba II recoge los fármacos mas frecuentemente empleados en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca crónica
.
Tabla II.- Fármacos más empleados en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca
Tabla II.- Fármacos más empleados en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca
Grupo terapéutico
|
Fármaco
|
Dosis inicio
|
Dosis de mantenimiento
|
Nombre comercial
|
IECAs
|
Captopril
|
6,25 mg/8 h
|
25-50 mg/8h
|
Alopresín, Capotén, Captopril, Cesplón Dilabar, Tensoprel
comp 12,5, 25, 50 y 100 mg |
Enalapril
|
2,5 mg/24 h
|
10-20 mg/12 h
|
Acetensil, Controlvas, Enalapril, Renitec
comp 5 y 20 mg | |
Lisinopril
|
2,5 mg/24 h
|
20 mg/24 h
|
Prinivil, Zestril
comp 5 mg | |
5 mg/24 h
|
20-40 mg/24 h
|
Fosinopril,
Fositens, Hiperlex, Tenso-Stop 20 mg
Fosinil, Tensocardil 10 mg
| ||
Perindopril
|
2 mg/24h
|
4 mg/24h
|
Perindopril 2, 4 y 8mg
Coversyl 4 mg
| |
Quinapril
|
5 mg/24h
|
20-40 mg/día en 1 o 2 tomas.
|
Quinapril, Acuprel, Ectren,
Lidaltrin 5, 20 y 40 mg
| |
Ramipril
|
1,25 mg/12 h
|
2,5-5 mg/12 h
|
Acovil, Carasel
comp 1,25, 2 y 5 mg | |
Trandolapril
|
1 mg/24 h
|
4 mg/24 h
|
Gopten, Odrik, 0,5 y 2 mg
| |
Beta-bloqueantes
|
Carvedilol
|
3,125 mg/12 h
|
25 mg/12 horas
|
Coroprés®
comp 6,25 y 25 mg |
Metoprolol
|
5 mg/12 h
|
150 mg/24 h
|
Lopresor, Seloken
comp 100 mg | |
Bisoprolol
|
1,25 mg/24 h
|
10 mg/24 h
|
Emconcor
comp 5 y 10 mg Euradal comp 10 mg | |
Nebivolol
|
2,5 mg/día
|
5 mg/24h
|
Nebine, Lobivon, Nebilet, Nebilox, Silostar 5 mg
| |
ARA II
|
Candesartán
|
4 mg/24 h
|
32 mg/24 h
|
Atacand, Parapres,
comp 4, 8 y 16 mg |
Losartán
|
12,5 mg/24 h
|
50 mg/24 h
|
Cozaar
comp 12,5 y 50 mg | |
Valsartán
|
40 mg/12 h
|
80-330 mg/24h
|
Vals, Diovan, Miten, Kalpress
comp 80 y 160 mg | |
Antagonistas de la aldosterona
|
Espironolactona
|
12,5 mg/24 h
|
25 mg/24 h
|
Aldactone
comp 25 y 100 mg |
Esplerenona
|
25 mg/día
|
50 mg/24 h
|
Elecor, Inspra 25 y 50 mg
| |
Diuréticos
|
Furosemida
|
20-40 mg/24 h
|
250-500 mg/24 h
|
Seguril
amp 20 mg comp 40 mg |
Torasemida
|
5-10 mg/24 h
|
100-200 mg/24 h
|
Dilutol, Isodiur, Sutril
amp 10-20 mg comp 2,5, 5 10 mg | |
Clortalidona
|
25-50 mg/24 h
|
100-200 mg/24 h
|
Higrotona
comp 50mg | |
Hidroclorotiazida
|
25 mg/24 h
|
100-200 mg/24h
|
Hidrosaluretil
comp 50 mg | |
Indapamide
|
2,5 mg/24
|
5 mg/24 h
|
Tertensif 2,5 mg, Tertensif Retard 1,5 mg
| |
Xipamida
|
2,5mg/24 h
|
20mg/24 h
|
Diurex 20 mg
| |
Amilorida + Hidroclorotiazida
|
5 mg/24 h
|
20 mg/24 h
|
Ameride
| |
Triamtereno + furosemia
|
25 mg/24
|
50 mg/24 h
|
Salidur
| |
Inotropos y antiarritmicos
|
Digoxina
|
Digitalización rápida: 0,50 mg en bolo iv, y 0,25mg/
4- 6 horas (hasta 1-1,5 mg). |
0,125-0,25 mg/día v.o. en función de la edad y de la función renal.
|
Digoxina
comp 0,25 mg amp 0,25 mg Lanacordín® comp 0,25 mg Lanacordín pediátrico, 5ml = 0,25mg |
Vasodilatadores
|
Hidralazina
|
12,5-25 mg/12h
|
50 mg/12h. Dosis máxima 200 mg/24 h
|
Hydrapres 25 y 50 mg
|
Dinitrato de isosorbide
|
20 mg/12h
|
40-60 mg/8-12h.
|
Iso-Lacer Retard 20 y 60 mg
|
Insuficiencia cardíaca: Epidemiología, etiología y diagnóstico.
Bibliografía recomendada
- ACC/AHA 2005: Guideline Update of the Diagnosis and Management of Chronic Heart Failure in the Adult. J Am Coll Cardiol 2005;46:1-82.
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