Los corticoides tópicos constituyen la primera línea de tratamiento de muchos procesos dermatológicos. Se piensa que el 50% de las prescripciones del dermatólogo corresponden a corticoides tópicos.
Se dispone de diversos preparados de corticoides tópicos con diferentes potencias y vehículos (Tabla I). Los corticoides son altamente eficaces para el control de diferentes procesos dermatológicos inflamatorios y en la psoriasis, sobre todo si se utilizan los de potencia adecuada. Sin embargo, su utilización crónica se asocia a: 1) efectos secundarios tópicos, como por ejemplo atrofia de la piel, hipopigmentación, estrías, telangiectasias, 2) efectos secundarios sistémicos como supresión del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, reducción de la tasa de crecimiento, síndrome de Cushing y reducción de la densidad ósea, 3) taquifilaxia. (El mejor tratamiento de la misma es un período de descanso de al menos 3 a 4 días), 4) rebrote de las lesiones al retirar el tratamiento.
Para evitar estos efectos indeseables se ha de tener en cuenta: 1) la potencia del preparado empleado, 2) la zona de piel a tratar, no debiendo emplearse preparados potentes en la cara, pliegues ni escroto, 3) la cantidad a aplicar según la extensión de la zona, 4) la edad del paciente, no debiendose aplicar preparados potentes en niños, 5) número de aplicaciones; no realizar mas de dos aplicaciones al día, pues el estrato corneo actúa de reservorio.
En general, para el control de una exacerbación aguda en adultos, tendremos que utilizar un corticoide de mediana potencia; rara vez los corticoides menos potentes como la hidrocortisona van a ser suficientes para controlar un brote, siendo preferible un corticoide de mediana potencia durante pocos días que prolongar un tratamiento ineficaz con corticoides menos potentes, y a medida que mejora la lesión se podrá disminuir la potencia del corticoide hasta la suspensión o disminuir la frecuencia de aplicación a una vez al día, dos veces por semana.
En general, para el control de una exacerbación aguda en adultos, tendremos que utilizar un corticoide de mediana potencia; rara vez los corticoides menos potentes como la hidrocortisona van a ser suficientes para controlar un brote, siendo preferible un corticoide de mediana potencia durante pocos días que prolongar un tratamiento ineficaz con corticoides menos potentes, y a medida que mejora la lesión se podrá disminuir la potencia del corticoide hasta la suspensión o disminuir la frecuencia de aplicación a una vez al día, dos veces por semana.
En los niños, debido al mayor riesgo de efectos sistémicos, los corticoides de menor potencia se deben utilizar siempre que sea posible.
Los corticoides tópicos se aplican dos veces al día, siendo preferible que una de las aplicaciones se realice después del baño, que es cuando la piel los absorbe mejor.
La elección del vehículo adecuado también es importante. Para un mismo corticoide el ungüento siempre es más potente que la pomada y ésta mas potente que la crema. Además, se ha comprobado que los ungüentos se distribuyen de forma más uniforme que las cremas y son un excelente emoliente para la piel. Los ungüentos tienen, sin embargo, poca aceptación cosmética, sobre todo en adultos, por lo que suelen reservarse para la aplicación nocturna.
En caso de que los corticoides tópicos fallen, habrá que plantearse si se ha escogido un corticoide de potencia suficiente, si el vehículo escogido es el adecuado o si hay un problema de cumplimiento por parte del paciente. En muchos casos de no respuesta a los corticoides la causa es el incumplimiento del tratamiento. Los pacientes o los padres desarrollan a menudo una verdadera corticofobia; es importante que los padres y pacientes comprendan que hay corticoides de diferente potencia y que en zonas como la cara, cuello, axilas, ingles y zona del pañal nunca deben usarse corticoides potentes.
Si la elección del corticoide y el cumplimiento han sido correctos, pero la respuesta es insuficiente, antes de plantearnos tratamientos sistémicos, puede ser muy útil la aplicación de un corticoide bajo una compresa húmeda. La compresa húmeda hidrata la piel, permite una mayor penetración del corticoide y la sensación de frescor disminuye el prurito. Sin embargo con esta pauta son mas frecuentes los efectos adversos, que puede minimizarse utilizando corticoides tópicos menos potentes y empleando la compresa húmeda sólo unos días. Muchas veces suele bastar con hidrocortisona al 1 %.
Tabla I.- Preparados de corticoides tópicos
Corticoides poco potentes
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Corticoides moderadamente potentes
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Corticoides potentes
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Corticoides muy potentes
No sobrepasar 45 g/semana (esta dosis provoca supresión del eje hipotálamo-hipofisario). No usar más de cuatro semanas seguidas, evitar pliegues, cara y párpados. Es importante recordar que en el tratamiento de la insuficiencia suprarrenal por corticoides tópicos además de tratamiento sustitutivo vía oral siempre hay que dar corticoides tópicos.
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Bibliografía:
Alejandre Lázaro G. Moreno García F. Corticosteroides tópicos. I.T. del Sistema Nacional de Salud. Volumen 34, Nº 3/2010. Disponible en: http://www.msps.es/biblioPublic/publicaciones/recursos_propios/infMedic/docs/vol34n3corticosteroidesTopicos.pdf
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