RESUMEN
La artrosis u osteoartritis (OA) es una enfermedad articular degenerativa de evolución lenta y progresiva, resultado de eventos mecánicos y biológicos que desestabilizan el proceso normal de degradación y síntesis de condrocitos del cartílago articular, matriz extracelular y hueso subcondral. Se caracteriza por una degeneración focal del cartílago y por una neoformación ósea en la base de la lesión cartilaginosa (hueso subcondral) y en los márgenes articulares (osteofitos). Clínicamente se caracteriza por dolor en las articulaciones y rigidez, seguido de deformaciones articulares y afectación de la capacidad funcional, siendo una causa importante de discapacidad. Es la artropatía más frecuente y uno de los principales problemas de salud en los países desarrollados.
EPIDEMIOLOGÍA
Las alteraciones anatomopatológicas
características de la OA están presentes en casi el 100% de las personas
mayores de 65 años, siendo la prevalencia, cuando se utilizan criterios radiológicos, del 33% en adultos
norteamericanos. Las principales articulaciones afectadas son las manos, pies, rodillas
y caderas. Entre los factores que afectan a la prevalencia se encuentran la edad,
pasando del 27% en personas menores de 60 años al 44% en los mayores de 70 años.
También la prevalencia de OA está influenciada por el sexo, siendo más frecuente
en mujeres. La OA de rodillas y la de manos predominan en las mujeres. La
relación mujer:hombre es de 1,5
a 4 : 1, aumentando marcadamente en la sexta
década. La OA de cadera es menos frecuente, distribuyéndose por igual en ambos
sexos o con leve predominancia masculina.
En España la prevalencia estimada
es de un 10,2% para OA de rodilla y de 14% para OA de manos.
La OA es responsable de un gran
gasto de los Servicios de Salud de todo el mundo; la OA es la enfermedad más
frecuente tanto en número de episodio de incapacidad temporal como en número de
días de pérdida laboral que ocasiona. En EEUU el 50% de las prótesis de cadera
y el 60% de las prótesis de rodilla se hacen por OA.
ETIOLOGÍA
La etiología de la OA es
desconocida, habiéndose identificado una serie de factores biológicos y
mecánicos que se asocian a un mayor riesgo de su desarrollo, siendo los más
importantes:
A) Edad: Es el factor de riesgo
más relacionado con la presencia de OA, con un incremento sensible en mujeres
después de los 40 años y en los hombres despues de los 50 años.
B) Factores genéticos, que
determinan una mayor predisposición hereditaria.
C) Sexo femenino. La relación
mujer : hombre es de 1.5 a
4 : 1.
D) La obesidad, sobre todo de OA
de rodilla, acelerando la progresión de la enfermedad, con afectación
tibiofemoral y patelofemoral. La mayoría presentan deformidad de la rodilla en
varo, y los cambios degenerativos son más comunes en el compartimento medial;
también puede incrementar el riesgo de OA de cadera y de mano.
E) Otros: Trastornos del
desarrollo o enfermedades congénitas (diferente tamaño de las piernas, varo o
valgo exagerado, síndrome de hipermovilidad, escoliosis, displasias óseas), alteraciones
de la alineación con aumento de la carga
en la articulación, por ejemplo, en la OA de rodilla el genu varo (piernas
arqueadas) y el genu valgo (rodillas juntas) se asocian con mayor riesgo de
deterioro estructural de la articulación, los antecedentes de traumatismos
articulares, artritis previas (sépticas, sobre todo), la osteoporosis, la
menopausia, la inmovilización, la presencia de neuropatía periférica, las
artritis por cristales, enfermedades metabólicas (hemocromatosis, ocronosis,
enfermedad de Gaucher, hemoglobinopatía, Ehlers-Danlos), enfermedades endocrinas
(diabetes mellitus, acromegalia, hipotiroidismo, hiperparatiroidismo), otras
enfermedades óseas y articulares (necrosis avascular, artritis reumatoide,
enfermedad de Paget, osteocondritis) y la utilización repetitiva de
articulaciones por actividad ocupacional o deportiva.
FISIOPATOLOGÍA
El cartílago articular está
compuesto por condrocitos (1-2 %) dentro de una matriz extracelular (98-99 %)
hiperhidratada, cuyos constituyentes
principales son colágeno tipo II (48-62 %) y proteoglicanos (22-38 %). En la
articulación afectada, se produce un fallo en el mantenimiento del equilibrio
homeostático de la síntesis de la matriz del cartílago y la degradación, como
consecuencia de reducción de la formación o aumento del catabolismo.
El cambio más importante en la OA es la disminución de los niveles de proteoglicanos, hasta un 50 % o menos, debido a la acción de enzimas metaloproteinasas. Las metaloproteinasas de la matriz (es decir, la colagenasa) son enzimas que catalizan la degradación del colágeno y proteoglicanos, que se encuentran en mayores concentraciones en el cartílago de la artrosis. Estas enzimas son producidas por los condrocitos y su síntesis puede ser estimulada por la interleuquina 1 (IL-1), citoquina catabólica que se encuentra aumentada en el suero de pacientes con OA de rodilla. Por el contrario, los niveles de citoquinas anabólicas, como por ejemplo el factor de crecimiento análogo a la insulina (IGF-I), se encuentran reducidas en la OA. Otro factor es el óxido nítrico, que puede activar las metaloproteinasas y desempeñar un papel en la degradación del cartílago. Además de los aspectos biológicos, la carga mecánica puede contribuir al daño del cartílago.
El cambio más importante en la OA es la disminución de los niveles de proteoglicanos, hasta un 50 % o menos, debido a la acción de enzimas metaloproteinasas. Las metaloproteinasas de la matriz (es decir, la colagenasa) son enzimas que catalizan la degradación del colágeno y proteoglicanos, que se encuentran en mayores concentraciones en el cartílago de la artrosis. Estas enzimas son producidas por los condrocitos y su síntesis puede ser estimulada por la interleuquina 1 (IL-1), citoquina catabólica que se encuentra aumentada en el suero de pacientes con OA de rodilla. Por el contrario, los niveles de citoquinas anabólicas, como por ejemplo el factor de crecimiento análogo a la insulina (IGF-I), se encuentran reducidas en la OA. Otro factor es el óxido nítrico, que puede activar las metaloproteinasas y desempeñar un papel en la degradación del cartílago. Además de los aspectos biológicos, la carga mecánica puede contribuir al daño del cartílago.
Al progresar la enfermedad se
observa: A) Desintegración estructural
del cartílago con fibrilación, fisuración, erosiones focales y difusas de la
superficie del cartílago, adelgazamiento y denudación completa. B) Alteraciones
en el hueso subcondral con esclerosis, formación de quistes, engrosamiento óseo
con eburneación y proliferación reactiva (osteofitos). C) Sinovitis, debilidad
muscular y estiramiento capsular periarticular, y la laxitud de los ligamentos.
CLASIFICACIÓN
Existen diversos sistemas de
clasificación de la OA, siendo los más utilizados los basados en la etiología y localización topográfica
Artrosis primaria (idiopática): sin lesión previa de la
articulación. Además se clasifica en OA localizada, que afecta principalmente a
las manos, rodilla, cadera o el pie (sobre todo la primera metatarsofalángica),
OA generalizada, que suele afectar a las manos y otras articulaciones.
Artrosis secundaria: Secundaria a una lesión previa articular, como
una anomalía congénita (por ejemplo, la displasia congénita de cadera), trauma,
artropatías inflamatorias (por ejemplo, artritis reumatoide, la gota crónica), sobrepeso
articular, etc.
TABLA 1. CLASIFICACIÓN DE OSTEOARTRITIS.
Artrosis Primaria o idiopática
Localizada:
Manos
(nódulos de Heberden y Bouchard, OA erosiva)
Pies (hallus valgus, hallus rigidus)
Rodilla
(compartimento medial, lateral o femororrotuliano)
Cadera
Columna
Otras
localizaciones
Generalizada (tres o más grupos
articulares)
Artrosis Secundaria
Post-traumática: aguda, crónica
Congénita o enfermedades del
desarrollo:
Localizada (displasia de cadera)
Generalizada (condrodisplasias)
Enfermedades metabólicas
(ocronosis, hemocromatosis, enfermedad de Wilson, gota)
Enfermedad por depósito cálcico
Otras enfermedades óseas y
articulares (necrosis avascular, artritis infecciosa, artritis reumatoide,
enf. de Paget).
Enfermedades endocrinas
(acromegalia, hiperparatiroidismo, diabetes, obesidad...)
Artropatía neuropática de Charcot
Miscelánea (hemartros secundario a discrasias
sanguineas...)
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DIAGNÓSTICO
Anamnesis
Deberá indagarse por los antecedentes
familiares de OA y los antecedentes personales de
factores de riesgo y enfermedades asociadas a OA.
El síntoma más característico es
el dolor de comienzo insidioso, de intensidad ligera a moderada en fases
tempranas de la enfermedad, y que se agrava por el uso de la articulación
implicada y mejora con el reposo. Este ritmo mecánico es diferente del ritmo
del dolor inflamatorio, que empeora con el reposo, y mejora con el movimiento.
Al progresar la enfermedad el dolor se hará presente con el uso articular
normal e incluso con el reposo o durante la noche. Puede ser localizado en la articulación
o irradiado a otra localización. Raramente es muy severo, pero suele ser
continuo, aumentando y disminuyendo en intensidad según el tiempo y el
ejercicio realizado. Es frecuente la rigidez matutina, que raramente excede los
30 minutos, o rigidez tras la inactividad, también conocido como fenómeno gel,
apareciendo exclusivamente en las articulaciones afectadas. Si la rigidez
persiste más tiempo otros diagnósticos deben ser considerados, como por ejemplo
la artritis reumatoide.
La distribución de la afectación
articular es importante. La OA afecta más comúnmente a articulaciones de mano
(interfalangicas proximales (IFP) y distales (IFD)), rodillas, caderas, columna vertebral (en especial las regiones
lumbar y cervical), y primera articulación metatarsofalángica. En otras
articulaciones, por ejemplo el tobillo y la muñeca, la OA es rara y suele haber
una causa subyacente, como por ejemplo artropatía por cristales, traumática,
etc. La O, en general, no afecta a las articulaciones MCF ni MTF, y si estas
articulaciones se ven afectadas debe realizarse el diagnóstico diferencial con otras
entidades como la artritis reumatoide.
Exploración física
Se debe realizar una exploración general,
siendo importante determinar el peso y el IMC. Se puede observar hinchazón y
deformidad en articulaciones superficiales como interfalángicas de los dedos o
rodilla. La pérdida de función varía en función de de la articulación afectada y
el grado de limitación articular indica que el proceso está avanzado. Los
pacientes suelen presentar clínica en una o dos articulaciones, pero en
ocasiones el examen físico detectará otras articulaciones afectadas.
Los hallazgos físicos en las
articulaciones afectadas son aumento de la sensibilidad dolorosa en la
palpación de la línea articular, dolor a la movilización pasiva, aumento del
tamaño de la articulación con prominencias óseas. Los crujidos y crepitaciones articulares son comunes y
probablemente son debidos a irregularidades de las superficies articulares.
Existe un déficit de amplitud del movimiento de la articulación. En fases
avanzadas, la progresiva destrucción del cartílago, derrame articular y colapso
de hueso subcondral, contribuyen a una deformidad irreversible y subluxaciones,
pudiendo favorecer que se produzca inestabilidad articular, que empeora el
pronóstico. Los signos inflamatorios pueden aparecer cuando la destrucción articular
está muy evolucionada y en brotes inflamatorios de la enfermedad.
Manos: Más frecuente en
articulaciones IFD (nódulos de Heberden), IFP (nódulos de Bouchard) y primera
carpometacarpiana (rizartrosis), pudiendo haber subluxación de la base del
primer metacarpiano. En la OA erosiva hay afectación interfalángica (proximal y
distal), a menudo con componente inflamatorio, erosiones subcondrales, y tendencia
a la anquilosis.
Rodilla: Predisponen las
anormalidades mecánicas: varo, valgo, displasias, meniscectomías y la obesidad.
Las molestias suelen aparecer al arrodillarse, subir y bajar escaleras o
comenzar a caminar tras reposo. Puede existir bloqueo, por cuerpos libres
intraarticulares, e inestabilidad articular.
Columna vertebral: Se pueden
afectar las articulaciones apofisarias (uncartrosis), o las intervertebrales
por degeneración del disco (espondilosis). Las zonas de mayor movilidad son las
más frecuentemente afectadas (C4-C7 y L3-S1). Puede existir signos locales de
dolor y rigidez, síntomas radiculares, por compresión de raíces nerviosas, y
síntomas de insuficiencia vertebrobasilar, por compromiso de arterias
vertebrales. Los espolones anteriores a veces ocasionan disfagia, ronquera o
tos.
Cadera: Suele ser unilateral,
aunque un 10-20 % en un período aproximado de 8 años, desarrollará OA en la
contralateral. Es secundaria en un 40
a 90 % de los casos a defecto previo en la cadera (displasia acetabular, etc.). Los síntomas
característicos son dolor, que se suele localizar en ingle y región interna de
muslo hasta rodilla siguiendo el trayecto del obturador, y cojera, con una
marcha antiálgica en Trendelemburg. Es la localización más incapacitante, pues
dificulta la acción de levantarse y sentarse. El signo más precoz es la
limitación dolorosa de la rotación interna. Progresivamente aparece pérdida de
la rotación, así como de la extensión, abducción y flexión. La cadera queda
acortada y en flexión, con atrofia de
cuádriceps. Puede observarse lordosis compensadora.
Exploraciones complementarias
El diagnóstico de OA es esencialmente clínico, basándose en la
anamnesis y exploración física.
Hemograma y bioquímica:
son normales.
Marcadores inflamatorios: (PCR, VSG) deberán realizarse en una
evaluación inicial si la clínica no es típica y obliga a un diagnóstico
diferencial con artritis inflamatorias, como por ejemplo la artritis
reumatoide. Estas pruebas son normales en la OA. El factor reumatoide y
anticuerpos anti-péptido cíclico citrulinado (anti-CCP) podría ser útil para
diferenciar la artritis reumatoide de la OA, o en los casos en que se sospecha
que el paciente puede tener ambas cosas.
Radiografías simples de las articulaciones afectadas: se deben
realizar en la evaluación inicial para ayudar a confirmar el diagnóstico de OA
moderada-avanzada, pero son poco sensibles en la detección temprana de la
enfermedad, y además existe poca correlación
clínico radiológica; con frecuencia puede encontrarse alteraciones radiologicas
en pacientes asintomáticos, o existir clínica de artrosis con radiografías
normales, debiendo además evitarse atribuir a los hallazgos radiológicos de OA
la causa de dolores osteoarticulares no típicos de ésta.. También las radiografías
simples pueden ayudar a determinar el grado de afectación y a realizar el diagnóstico
diferencial con otras causas que se sospechen, como por ejemplo tumor óseo, sinovitis
villonodular pigmentada, o necrosis avascular.
Los criterios radiológicos de
diagnóstico de OA son:
- Formación de osteofitos en los márgenes articulares y/o en las zonas de inserción ligamentosa, aunque la presencia aislada de osteofitos, sin otras manifestaciones radiológicas, puede ser signo de envejecimiento más que de una artrosis.
- Osificaciones periarticulares, sobre todo en articulaciones IFD e IFP, y aparición de cuerpos libres intraarticulares.
- Estrechamiento asimétrico del espacio articular, por degeneración y desaparición del cartílago, asociado a esclerosis subcondral secundaria a la formación de hueso nuevo.
- Quistes óseos subcondrales.
- Subluxaciones y deformaciones.
En rodilla se realizan
proyecciones posteroanteriores y laterales en carga, para valorar los grados de
deformidad en varo y valgo, y el estrechamiento del espacio articular
tibiofemoral, definido como menor de 3 mm, que no indica por sí solo el estado del
cartílago. La proyección axial permite la valoración de la articulación
femororotuliana.
En las radiografías de columna
vertebral pueden observarse alteraciones degenerativas acentuadas, con escasos
síntomas. Las proyecciones habituales son la posteroanterior y lateral , y si existen síntomas
radiculares se solicitarán oblicuas.
Otras exploraciones complementarias
TAC o RMN según la disponibilidad: Son más sensible que la
radiografía simple en la detección de cambios de OA. Se utilizan,
preferentemente la RMN, después de las
radiografías simples para descartar otras etiologías de dolor en la cadera o la
rodilla, como por ejemplo necrosis avascular. Tambien debe utilizarse en la en
la OA de columna vertebral con déficit neurológico, para identificar y evaluar
la extensión y severidad de la estenosis espinal o compresión de una raíz
nerviosa.
Ecografía: La ecografía es útil en alteraciones periarticulares,
como los quistes de Baker.
Gammagrafía ósea: La gammagrafía ósea es normal, aunque puede
existir una hipercaptación isotópica si hay un componente inflamatorio. Puede
ser útil para realizar el diagnostico diferencial con otros procesos.
Liquido sinovial: El líquido sinovial en la OA es
característicamente no inflamatorio, con menos de 2.000 leucocitos/mm3 y
viscosidad normal.
Criterios para el diagnostico y clasificación de la osteoartritis de la
rodilla del American College of Rheumatology
Criterios clínicos y de laboratorio:
Dolor en la rodilla y por lo
menos 5 de los 9 criterios siguientes: edad> 50 años, rigidez <30
minutos, crepitación, dolor óseo, crecimiento del hueso, no calor a la
palpacion, VSG <40 mm
/ hora; FR <1,40; signos líquido sinovial de la OA .
Criterios clínico radiológicos:
Dolor de rodilla más osteofitos,
además de al menos 1 de los 3 criterios siguientes: edad> 50 años, rigidez
<30 minutos, crepitación.
Criterios para el diagnostico y clasificación de la artrosis de
cadera del American College of
Rheumatology
Criterios clínicos y de laboratorio:
El diagnóstico de OA de cadera se
establece si: 1) Dolor a la rotación interna de la cadera ≥ 15 °, rigidez
matutina de la cadera ≤ 60 minutos, y edad>
50 años, o 2) Dolor rotación interna de la cadera <15 °, VSG ≤ 45 mm / hora. Si no se realizo
VSG, se sustituye por dolor a la flexión de la cadera ≤ 115 º (sensibilidad
86%, especificidad 75%).
Criterios clínico radiológicos:
Los pacientes también pueden ser diagnosticados
de OA de cadera si tienen dolor, más 2 de los tres criterios radiológicos siguientes:
osteofitos (femoral o acetabular), estrechamiento del espacio articular
(superior, axial y / o medial), VSG <20 mm / hora (sensibilidad 89%, especificidad
91%).
Criterios para el diagnóstico y clasificación de la osteoartritis
de la mano del American College of
Rheumatology
El diagnóstico de OA de las manos
se establece si el paciente presenta dolor o rigidez de manos más al menos tres
de los siguientes criterios:
- Crecimiento de tejido óseo de 2
o más de 10 articulaciones seleccionadas de las manos
- Menos de 3 articulaciones MCF
con edema o hinchadas
- Crecimiento de tejido óseo que
compromete 2 o más IFD
- Deformación de 1 o más de las
10 articulaciones seleccionadas de las manos
Articulaciones seleccionadas: 2ª
y 3ª IFD, 2ª y 3ª IFP, 1ª primera articulación carpometacarpiana (CMC) en ambas
manos
DIAGNÓSTICO
DIFERENCIAL
La artrosis es una de las muchas
causas de dolor musculoesquelético en personas mayores. Su
diagnóstico se basa en la correlación de datos clínicos, de laboratorio, radiológicos, y en descartar otras patologías que suelen ser menos benignas.
Puede haber datos clínicos que obligan a plantear un diagnóstico diferencial mas amplio:
- El dolor periarticular que no se reproduce por el movimiento pasivo o la palpación directa articular, sugiere una etiología como bursitis, tendinitis o periostitis.
- La distribución de las articulaciones dolorosas es también útil para distinguir la OA de otros tipos de artritis: las articulaciones MCF, muñeca, codo, tobillo, y hombro son localizaciones improbables de OA, excepto las secundarias a traumatismos.
- La rigidez matutina prolongada, más de una hora, debe hacer sospechar la existencia de una causa inflamatoria, como la artritis reumatoide.
- La inflamación intensa o derrame articular importante sugiere un proceso infeccioso o una artritis microcristalina, estando indicsada la realización de una artrocentesis diagnóstica.
- La pérdida de peso, debilidad, fiebre, son indicios de enfermedad sistémica, como por ejemplo la polimialgia reumática, artritis reumatoide, lupus o sepsis.
COMPLICACIONES
Herniación capsular
El ensanchamiento de la cápsula
articular por un derrame, puede producir un abultamiento fluctuante sobre la
articulación afectada; la localización más frecuente es la fosa poplítea
(quiste de Baker).
Cuerpos libres
Pueden existir fragmentos de
cartílago y de hueso como cuerpos libres intraarticulares, que ocasionalmente
originan bloqueos en la articulación.
Disfunción del manguito de los rotadores
Los osteofitos de la superficie
articular acromioclavicular pueden afectar a los tendones subyacentes,
originando tendinitis o desgarro del manguito de los rotadores.
Estenosis espinal
La causa más común son los
osteofitos hipertróficos de las articulaciones apofisarias lumbares. El grado
de invasión del foramen intervertebral y el canal espinal se objetiva por TAC.
Espondilolistesis
En mayores de 60 años se asocia
frecuentemente con osteocondritis destructiva de las articulaciones apofisarias
lumbares. El segmento L4-L5 es el más
afectado, y a veces produce un desplazamiento que puede ocasionar clínica
neurológica.
CRITERIOS DE
DERIVACIÓN
Reumatología: Se debe derivar al reumatólogo si hay dudas
diagnósticas o dificultades en la atención y tratamiento.
Traumatología: Se olicitar valoración de cirugía cuando existen síntomas severos que no responden a tratamiento médico con limitación de la actividad de la vida diaria.
Rehabilitación: Para adoptar las
medidas rehabilitadoras y ortopédicas necesarias para la mejoría sintomática y
funcional del paciente, en prevención de las limitaciones e incapacidades que
puedan aparecer.
TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS
TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS
Bibliografía recomendada
- Arthritis Care. OA nation: the most comprehensive UK report of people with osteoarthritis. Disponible en: http://www.arthritiscare.org.uk/
- Bedson J, Kelvin J, Croft P. The prevalence and history of knee osteoarthritis in general practice: a case–control study. Fam Pract. 2005;22:103-108.
- Chang A, Hayes K, Dunlop D, et al. Thrust during ambulation and progression of knee osteoarthritis. Arthritis Rheum. 2004;50:3897-3903.
- Felson DT, Naimark A, Anderson J, et al. The prevalence of knee osteoarthritis in the elderly: the Framingham Osteoarthritis Study. Arthritis Rheum. 1987;30:914-918.
- Felson DT, Zhang Y, Hannan MT, et al. The incidence and natural history of knee osteoarthritis in the elderly. The Framingham Osteoarthritis Study. Arthritis Rheum. 1995;38:1500-1505.
- Felson DT. Clinical practice. Osteoarthritis of the knee. N Eng J Med. 2006;354:841-848.
- Hart DJ, Mootoosamy I, Doyle DV, et al. The relationship between osteoarthritis and osteoporosis in the general population: the Chingford Study. Ann Rheum Dis. 1994;53:158-162.
- Hunter DJ, Felson DT. Osteoarthritis. BMJ. 2006;332:639-642.
- Petersson IF. Occurrence of osteoarthritis of the peripheral joints in European populations. Ann Rheum Dis. 1996;55:659-661.
- Sharma L, Kapoor D, Issa S. Epidemiology of osteoarthritis: an update. Curr Opin Rheumatol. 2006;18:147-156.
Buena revisión, enhorabuena!
ResponderEliminarEl próximo mes de Enero se celebra en Madrid un congreso internacional sobre Reumatología, presentando los últimos avances disponibles: http://www.excellence-in-rheumatology.org/
Gran y completa revisión
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