Dermatitis perioral: diagnóstico diferencial y tratamiento
La dermatitis perioral (DPO) es una dermatosis inflamatoria de la cara de curso crónico-recidivante, que afecta principalmente a mujeres jóvenes, aunque también puede presentarse en niños y adultos de cualquier sexo. Su localización característica en la región perioral, perinasal y a veces periocular, así como su evolución persistente y su asociación frecuente con el uso de corticosteroides tópicos, la convierten en una entidad clínica relevante para los médicos de atención primaria.
A pesar de su presentación típica, la DPO puede
confundirse con otras dermatosis faciales frecuentes, como el acné, la rosácea
o la dermatitis seborreica, lo que puede llevar a errores diagnósticos y a
tratamientos inadecuados que perpetúan el cuadro. De hecho, el uso
indiscriminado de corticoides tópicos —frecuente en la práctica diaria— suele
ser un factor agravante, generando un círculo vicioso difícil de romper sin un
enfoque adecuado.
En la consulta de atención primaria, donde las
dermatosis representan una proporción significativa de las consultas
ambulatorias, la correcta identificación de la dermatitis perioral es esencial
para evitar tratamientos contraproducentes, disminuir la frustración del
paciente y optimizar el pronóstico. Afortunadamente, su abordaje clínico no
requiere recursos complejos y puede manejarse en la mayoría de los casos sin
derivación, siempre que se reconozca oportunamente.
Objetivos del
artículo:
- Reconocer los signos clínicos clave de la dermatitis perioral.
- Diferenciarla de otras dermatosis faciales comunes en atención
primaria.
- Brindar un esquema terapéutico práctico y actualizado para su manejo.
- Identificar cuándo es necesario derivar al especialista.
Etiopatogenia
La etiología de la dermatitis perioral no es
completamente conocida, pero se considera multifactorial. Existen varios
factores desencadenantes y perpetuadores, entre los cuales destacan el uso de
corticoides tópicos, productos cosméticos irritantes, y en menor medida,
factores hormonales, microbiológicos y ambientales.
Corticoides tópicos: el principal responsable
El antecedente más frecuentemente asociado al
desarrollo de DPO es el uso prolongado de corticoides tópicos, incluso
aquellos de baja potencia. Paradójicamente, aunque pueden ofrecer una mejoría
transitoria inicial, su uso prolongado provoca una exacerbación del cuadro al
suspenderlos, generando un fenómeno de rebote inflamatorio. Este ciclo de
aplicación y empeoramiento perpetúa la enfermedad, lo que ha llevado a algunos
autores a referirse a la DPO como una “rosácea inducida por esteroides”.
Disfunción de la barrera cutánea
La alteración de la función barrera del estrato córneo, por el uso de jabones agresivos, cosméticos irritantes o tratamientos tópicos inapropiados, puede favorecer la inflamación local y la colonización por bacterias o hongos. Se ha planteado que una alteración en la microbiota cutánea —incluyendo la proliferación de Candida spp., Fusobacterium o Demodex folliculorum— podría jugar un papel coadyuvante, aunque su relevancia clínica aún es incierta.
Factores hormonales y ambientales
Las fluctuaciones hormonales en la mujer (uso de
anticonceptivos orales, menstruación) podrían influir en la aparición o
persistencia del cuadro. Asimismo, la exposición a radiación ultravioleta,
calor, viento o humedad intensa puede actuar como factor irritante externo.
Rol de pastas dentales y cosméticos
Se ha descrito la relación entre DPO y el uso de
pastas dentales con flúor, o cosméticos oclusivos, especialmente cremas
hidratantes densas o bases de maquillaje, que pueden generar una respuesta
inflamatoria tipo irritativa o de hipersensibilidad retardada.
Clínica
La dermatitis perioral suele presentarse con
lesiones papulosas inflamatorias alrededor de la boca, aunque en algunos casos
puede extenderse a las regiones nasolabial y periocular. Las lesiones son
típicamente pápulas eritematosas, a veces vesiculopapulosas, que pueden
confluir en placas mal definidas con descamación fina. La zona inmediatamente
adyacente al borde vermellón de los labios suele estar respetada, lo cual es un
signo útil en el diagnóstico clínico.
Figura 1 y 2.- Dermatitis perioral que típicamente respetan borde del bermellón.
"El borde del bermellón marca la transición entre la piel facial y la mucosa labial. En la DPO, suele estar libre de lesiones, generando un espacio visible entre las pápulas inflamatorias y el labio."
Los pacientes refieren prurito leve, sensación de
ardor o tirantez, aunque en algunos casos la afectación es asintomática y el
motivo de consulta se limita al aspecto estético.
A continuación se presenta en la tabla 1 un resumen con
las características clínicas más comunes:
Tabla 1.- Distribución |
morfología de la dermatitis periroral |
Perioral |
Pápulas eritematosas, a veces vesiculopapulosas |
Perinasal |
Eritema difuso, escamas finas |
Periorbitaria |
Lesiones más sutiles; aspecto en empedrado, leve descamación |
General |
Eritema, descamación periférica, agrupación simétrica |
Recomendación clínica
Ante la sospecha de DPO, es útil recordar la "tríada diagnóstica" clasica:- Pápulas inflamatorias periféricas al área perioral.
- Respeto del borde vermellón.
- Historia de uso reciente o prolongado de corticosteroides tópicos.
Diagnóstico diferencial
La dermatitis perioral puede confundirse con diversas dermatosis faciales de presentación similar. Un diagnóstico preciso es fundamental para instaurar el tratamiento adecuado y evitar terapias que perpetúen el cuadro, como el uso prolongado de corticosteroides. A continuación, se describen las entidades más relevantes a considerar en el diagnóstico diferencial:
Rosácea periorificial
- Similitudes: Eritema,
pápulas, sensación de quemazón.
- Diferencias clave: La
rosácea suele acompañarse de telangiectasias, flushing, y afecta
predominantemente las mejillas, nariz y frente. No respeta el borde
vermellón como en la DPO.
Acné vulgar leve
- Similitudes: Pápulas
y pústulas en la zona perioral.
- Diferencias clave:
Presencia de comedones abiertos o cerrados, que no se observan en la DPO.
Suele comenzar en la adolescencia.
Dermatitis seborreica
- Similitudes: Eritema
y descamación facial.
- Diferencias clave:
Predominio en áreas ricas en sebo (surcos nasogenianos, cejas, cuero
cabelludo); descamación más grasa; menor número de pápulas inflamatorias.
Dermatitis alérgica o irritativa de contacto
- Similitudes: Eritema,
descamación, ardor.
- Diferencias clave: Distribución
relacionada con el agente causal (por ejemplo, dentífricos o cosméticos);
resolución rápida al eliminar el contacto.
Impétigo perioral
- Similitudes: Lesiones
alrededor de la boca, a veces costrosas.
- Diferencias clave:
Presencia de costras melicéricas, inicio agudo, especialmente en niños.
Confirmación con cultivo si hay dudas.
Herpes simple (infección primaria o recurrente)
- Similitudes: Lesiones
periorales, a veces agrupadas.
- Diferencias clave: Aparición súbita de vesículas dolorosas agrupadas sobre base eritematosa, evolución hacia costras. Diagnóstico clínico o por PCR si es necesario.
Diagnóstico clínico y complementario
El diagnóstico de la dermatitis perioral es
principalmente clínico. En la mayoría de los casos, la historia detallada y el
examen físico son suficientes para establecer la sospecha diagnóstica y
orientar el tratamiento, sin necesidad de estudios complementarios.
Anamnesis dirigida
La entrevista debe enfocarse en los siguientes
aspectos:
- Inicio y evolución del cuadro (subagudo o crónico).
- Uso de corticosteroides tópicos (a menudo indicado para “irritación
facial” o acné).
- Aplicación reciente de cosméticos, productos de cuidado facial o
dentífricos nuevos.
- Presencia de síntomas como ardor, prurito o sensibilidad.
- Antecedentes personales de dermatitis atópica o sensibilidad cutánea.
Examen físico
Se deben identificar:
- Pápulas y vesiculopápulas eritematosas
agrupadas.
- Distribución perioral, perinasal y, en
ocasiones, periocular.
- Respeto característico del borde vermellón
de los labios.
- Ausencia de comedones (clave para
diferenciar de acné).
- Leve escamación periférica y eritema difuso.
Estudios
complementarios (indicaciones limitadas)
En la mayoría de los pacientes, no son
necesarios. Sin embargo, se consideran en casos atípicos o refractarios:
- Cultivo bacteriano: si hay
sobreinfección o secreción purulenta.
- Biopsia cutánea: en
lesiones persistentes que no responden al tratamiento habitual.
- Pruebas epicutáneas: si se sospecha dermatitis de contacto alérgica concomitante.
Algoritmo clínico práctico para el diagnóstico en atención primaria
- Paciente con lesiones inflamatorias
periorales →
- ¿Usa corticosteroides tópicos o cosméticos
nuevos?
→ Sí → sospecha de DPO
→ No → evaluar otros diagnósticos - ¿Respeta el borde vermellón?
→ Sí → refuerza diagnóstico de DPO
→ No → considerar rosácea o acné - ¿Hay comedones o telangiectasias?
→ Sí → más probable acné o rosácea
→ No → DPO probable - ¿Lesiones costrosas o vesículas agrupadas?
→ Sí → descartar impétigo o herpes
→ No → confirmar sospecha clínica de DPO
Tratamiento
El tratamiento de la dermatitis perioral debe
enfocarse en romper el ciclo de agravación causado por corticosteroides
tópicos y en controlar la inflamación con agentes seguros y eficaces. La
mayoría de los casos pueden manejarse con medidas tópicas en atención primaria,
reservando el tratamiento sistémico para formas moderadas a severas.
Suspensión de corticoides tópicos
Este es el paso más importante y, a menudo, el
más difícil debido a la dependencia o efecto rebote. Se recomienda:
- Suspender de forma inmediata en casos leves, o
- Retirar progresivamente en uso prolongado,
combinando con antiinflamatorios tópicos para minimizar el rebote.
Consejo práctico: informar al
paciente sobre el empeoramiento transitorio durante los primeros 5–10 días
posteriores a la retirada. Este fenómeno no indica falla terapéutica.
Tratamiento tópico
Primera línea de tratamiento en la mayoría de los casos:
- Metronidazol 0.75–1% crema o gel, 2 veces
al día.
- Clindamicina 1% gel o eritromicina
2%, 2 veces al día.
- Pimecrolimus 1% crema:
alternativa en pacientes que no toleran antibióticos tópicos.
Duración recomendada: 6–8 semanas.
Tratamiento sistémico (si necesario)
Indicado en casos extensos, refractarios o con
impacto emocional significativo:
- Doxiciclina 100 mg/día o minociclina
50–100 mg/día durante 4–8 semanas.
- Alternativas: azitromicina, eritromicina o metronidazol
oral (menos habitual).
Evitar en menores de 8 años y embarazadas: usar
macrólidos como eritromicina.
Cuidado de la piel y medidas generales
- Usar limpiadores suaves sin jabón.
- Evitar cosméticos oclusivos o con fragancia.
- Suspender dentífricos con flúor si se
sospecha relación.
- No aplicar cremas hidratantes densas en la zona afectada durante el brote.
Paso | Intervención recomendada | Duración |
1. Retirar corticosteroides | Suspensión inmediata o progresiva según tolerancia | Individualizado |
2. Tratamiento tópico | Metronidazol, clindamicina, pimecrolimus | 6–8 semanas |
3. Antibióticos orales | Doxiciclina, minociclina, eritromicina (casos moderados/severos) | 4–8 semanas |
4. Cuidado de la piel | Limpiadores suaves, evitar cosméticos irritantes | Continuo |
5. Educación al paciente | Explicar rebote, evitar cosméticos y seguimiento | Desde primera visita |
Errores frecuentes en el manejo
Detectar y evitar errores comunes en el abordaje
de la dermatitis perioral es clave para lograr una resolución eficaz y prevenir
recurrencias. A continuación se detallan los fallos más frecuentes observados
en la práctica clínica:
1. Uso
prolongado o reiterado de corticosteroides tópicos
- Muchos pacientes refieren mejoría transitoria con corticoides, lo que
lleva a un uso crónico y dependencia.
- Este patrón empeora el cuadro a largo plazo, perpetuando la
inflamación y dificultando el tratamiento.
2. Diagnóstico
erróneo (confusión con acné o rosácea)
- Aplicar tratamientos dirigidos a acné (por ejemplo, retinoides) o
rosácea (brimonidina) puede ser ineficaz o irritante en la DPO.
3. Uso de
cosméticos o cremas no indicadas
- Bases de maquillaje o cremas “calmantes” con
ingredientes oclusivos suelen empeorar la clínica.
- Tampoco se recomiendan los corticoides
combinados con antifúngicos u otros preparados múltiples de venta libre.
4. Falta de
información al paciente
- No explicar el fenómeno de rebote al retirar
esteroides puede generar desconfianza y abandono del tratamiento.
- Es crucial educar sobre la naturaleza
benigna del cuadro, el tiempo estimado de mejoría y la importancia del
seguimiento.
5. No tratar
adecuadamente formas moderadas o extensas
- Retrasar el uso de antibióticos sistémicos
en casos refractarios puede prolongar innecesariamente el malestar del
paciente.
Pronóstico y evolución
La dermatitis perioral es una afección benigna,
pero su evolución puede ser frustrante tanto para el paciente como para el
profesional si no se aborda de manera adecuada desde el inicio.
Pronóstico general
- Con un tratamiento correcto, la mayoría de
los pacientes presenta mejoría evidente en 2 a 4 semanas.
- La resolución completa suele lograrse entre
las 6 y 12 semanas, dependiendo de la severidad inicial y la adherencia al
tratamiento.
- La interrupción total del uso de
corticosteroides y el control de factores irritantes son determinantes
para evitar recurrencias.
Factores asociados a evolución prolongada
- Uso reiterado de corticosteroides antes del
diagnóstico.
- Aplicación continua de cosméticos o
dentífricos desencadenantes.
- Falta de cumplimiento del tratamiento tópico
u oral.
- Diagnóstico erróneo y tratamientos
inadecuados previos.
Recurrencias
- Son posibles, especialmente si el paciente
retoma el uso de corticosteroides tópicos o no modifica hábitos
cosméticos.
- En pacientes con recurrencias frecuentes, se
recomienda:
- Reevaluar diagnóstico.
- Considerar pruebas
epicutáneas.
- Indicar tratamientos de
mantenimiento suaves (como metronidazol 2–3 veces por semana).
Seguimiento
- Revisión a las 2–3 semanas de iniciar tratamiento para evaluar
respuesta.
- Ajustar terapia en función de evolución clínica.
- En casos refractarios o extensos: considerar derivación al
dermatólogo.
Conclusiones
La dermatitis perioral es una entidad frecuente
en la consulta de atención primaria, cuyo reconocimiento temprano evita
tratamientos innecesarios o incluso perjudiciales. A pesar de su apariencia
semejante a otras dermatosis faciales, su presentación clínica es distintiva, y
su manejo, accesible y eficaz si se actúa con conocimiento del cuadro.
Para el médico de familia, es fundamental:
- Sospechar DPO ante lesiones periorales
inflamatorias en mujeres jóvenes, especialmente si hay antecedentes de uso
de corticosteroides tópicos.
- Reconocer el patrón clínico típico,
incluyendo el respeto del borde del bermellón y la extensión perinasal o
periocular.
- Suspender los esteroides tópicos de manera
controlada y optar por tratamientos antiinflamatorios
seguros, tanto tópicos como orales.
- Educar al paciente sobre la
evolución natural del cuadro y el fenómeno de rebote, anticipando la
necesidad de seguimiento.
Con estas claves, la mayoría de los casos puede
resolverse sin complicaciones y sin necesidad de derivación, mejorando la
calidad de vida del paciente y fortaleciendo el rol del médico de familia en el
manejo dermatológico ambulatorio.
Bibliografia recomendada
- James WD, Elston DM,
Treat JR, Rosenbach MA, Neuhaus IM. Dermatology: A Visual Recognition and Case-Based Approach. 5th ed.
McGraw-Hill Education; 2020. Excelente para el reconocimiento clínico diferencial en atención
primaria.
- Lio PA, Kundu RV. Perioral dermatitis: an update. Cutis.
2013;91(3):125–128. Revisión práctica sobre diagnóstico y tratamiento, orientada a médicos
generales.
- Cohen DE, Heidary N. Treatment of perioral dermatitis: a
literature review. J Clin Aesthet Dermatol.
2016;9(9):49–54. Análisis actualizado de tratamientos tópicos y sistémicos con evidencia.
- American Academy of Dermatology (AAD).
Clinical guidelines and resources. Sitio fiable para protocolos y actualizaciones clínicas en dermatología. - DermNet (Nueva Zelanda).
Perioral dermatitis overview: https://dermnetnz.org/topics/periorificial-dermatitis. Recurso visual e interactivo ideal para consulta rápida y educación al paciente.
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