Anticoagulantes orales directos (ACODs): cómo usarlos y qué hacer en casos especiales

El tratamiento anticoagulante ha sido, durante décadas, el pilar fundamental en la prevención del ictus cardioembólico en la fibrilación auricular no valvular (FANV) y en el abordaje de la enfermedad tromboembólica venosa (ETEV). Tradicionalmente dominado por los antagonistas de la vitamina K (AVK), como el acenocumarol o la warfarina, este enfoque ha requerido un manejo cuidadoso basado en controles frecuentes del INR, control de múltiples interacciones medicamentosas y alimentarias, y una estrecha monitorización clínica.

La irrupción de los nuevos anticoagulantes orales (ACODs) —dabigatrán, rivaroxabán, apixabán y edoxabán— ha modificado sustancialmente este paradigma. Estos fármacos, con mecanismos de acción dirigidos sobre la trombina (IIa) o el factor Xa, presentan perfiles farmacocinéticos más predecibles, menor variabilidad interindividual y un riesgo hemorrágico comparable o inferior al de los AVK en determinados contextos clínicos.

Para el médico de familia, esta evolución terapéutica representa una oportunidad, pero también una responsabilidad. En el escenario actual, donde la prescripción de ACODs ya es habitual en atención primaria, es indispensable conocer no solo las indicaciones aprobadas, sino también las particularidades que condicionan su uso: la función renal y hepática del paciente, su adherencia, las comorbilidades presentes, y la necesidad de suspender temporalmente el tratamiento en procedimientos quirúrgicos o ante eventos adversos.

El presente artículo tiene como objetivo ofrecer una guía práctica y sintética para el uso racional de los ACODs desde la consulta de medicina de familia. A través de perlas clínicas, recomendaciones actualizadas y una revisión del manejo en escenarios especiales, se pretende reforzar el papel del médico de atención primaria como gestor de tratamientos anticoagulantes seguros y eficaces.

¿QUE SON LOS ACODs Y CÓMO FUNCIONAN?

Los anticoagulantes orales de acción directa (ACODs) son un conjunto de fármacos que actúan de forma específica sobre componentes clave de la cascada de la coagulación. A diferencia de los AVK, que interfieren de forma indirecta en la síntesis hepática de varios factores dependientes de vitamina K (II, VII, IX y X), los ACODs ejercen su efecto de manera puntual sobre un único factor de coagulación, lo que confiere mayor selectividad y previsibilidad farmacológica. Actualmente, se dividen en dos subgrupos principales según su diana terapéutica:

  • Inhibidores directos de la trombina (factor IIa):
    • Dabigatrán es el único representante. Es un profármaco que se convierte en su forma activa tras su absorción intestinal, ejerciendo una inhibición directa, reversible y competitiva sobre la trombina, lo que impide la conversión del fibrinógeno en fibrina, paso final clave en la formación del coágulo.
  • Inhibidores directos del factor Xa:
    • Rivaroxabán, apixabán y edoxabán bloquean de forma directa el factor Xa libre y unido al complejo protrombinasa, previniendo así la generación de trombina. Esta inhibición ocurre de forma rápida, predecible y con una vida media intermedia, lo que facilita su administración en dosis fijas.

Nuevos anticoagulantes orales.

Figura 1.- Nuevos anticoagulantes orales. 

Entre sus ventajas frente a los AVK destacan:
  • Inicio de acción rápido (2–4 h).
  • Vida media corta (10–14 h), lo que permite una suspensión más segura antes de procedimientos invasivos.
  • Menor necesidad de monitorización, gracias a una farmacocinética estable.
  • Menor incidencia de hemorragias intracraneales.
  • Menos interacciones farmacológicas y alimentarias.
No obstante, la ausencia de necesidad de monitorización sistemática no implica falta de seguimiento clínico. Factores como la función renal, el peso extremo del paciente, la edad avanzada o la presencia de comorbilidades hepáticas siguen requiriendo valoración periódica para garantizar un uso seguro.

Tabla 1. Comparación general: ACODs vs AVK

Característica

AVK (acenocumarol, warfarina)

ACODs (dabigatrán, rivaroxabán, apixabán, edoxabán)

Mecanismo de acción

Inhiben la síntesis de factores II, VII, IX, X (vitamina K dependientes)

Inhiben de forma directa al factor IIa (trombina) o Xa

Inicio de acción

Lento (48–72 h)

Rápido (2–4 h)

Vida media

Larga y variable

Intermedia (10–14 h aprox.)

Monitoreo de INR

Necesario (rango terapéutico estrecho)

No requiere monitorización sistemática

Interacciones alimentarias

Muchas (vitamina K, vegetales verdes)

Mínimas

Interacciones farmacológicas

Numerosas

Menos frecuentes (aunque existen)

Antídoto disponible

Vitamina K, plasma fresco, complejo protrombínico

Dabigatrán: idarucizumab. Xa: andexanet alfa (uso hospitalario)

Ajuste de dosis

Según INR

Según función renal, edad, peso y otras variables clínicas

Seguimiento clínico

Requiere controles frecuentes

Seguimiento periódico de función renal y adherencia

Sangrado intracraneal

Mayor riesgo

Menor riesgo comparativo


Tabla 2. Comparativa entre los principales ACODs

Fármaco

Dosis habitual en FANV*

Eliminación renal (%)

Frecuencia de administración

Comentarios clínicos clave

Dabigatrán

150 mg c/12 h (o 110 mg c/12 h si ≥80 años o IR leve-moderada)

80 %

2 veces/día

Mayor dependencia renal. Causa dispepsia. Reversible con idarucizumab.

Rivaroxabán

20 mg/día con comida (15 mg si CrCl 15–49 ml/min)

33 %

1 vez/día

Mayor riesgo de sangrado gastrointestinal. Administración con alimentos mejora absorción.

Apixabán

5 mg c/12 h (2,5 mg c/12 h si ≥2 criterios: ≥80 años, ≤60 kg, Cr ≥1,5 mg/dl)

25 %

2 veces/día

Mejor perfil de seguridad. Menor riesgo de sangrado GI.

Edoxabán

60 mg/día (30 mg si CrCl 15–50 ml/min o ≤60 kg)

50 %

1 vez/día

No aprobado universalmente en todas las guías. Requiere precaución en IR leve (CrCl >95 ml/min).

*FANV: Fibrilación auricular no valvular. CrCl: aclaramiento de creatinina estimado (Cockcroft-Gault).

INDICACIONES MAS COMUNES DE LOS ACODs EN ATENCIÓN PRIMARIA

La mayor parte de las prescripciones de anticoagulantes orales en medicina de familia se centran en dos grandes escenarios clínicos: la fibrilación auricular no valvular (FANV) y la enfermedad tromboembólica venosa (ETEV). En ambos casos, los ACODs han demostrado ser una alternativa al menos igual de eficaz que los AVK, con un perfil de seguridad superior en algunos subgrupos y una mayor comodidad en su manejo .

Fibrilación auricular no valvular (FANV)

Es la indicación más frecuente de anticoagulación crónica en el ámbito ambulatorio. Los ACODs están indicados para la prevención del ictus y del embolismo sistémico en pacientes con FANV y riesgo tromboembólico moderado o alto.
  • Valoración del riesgo tromboembólico: se recomienda el uso de la escala CHA₂DS₂-VASc. En general:
  • Hombres con ≥2 puntos o mujeres con ≥3 puntos deben recibir anticoagulación.
  • En puntuaciones intermedias (1 en hombres, 2 en mujeres), la anticoagulación se debe valorar individualmente.
  • Ventajas de los ACODs en FANV:
  • Menor riesgo de hemorragia intracraneal frente a AVK.
  • Mayor eficacia en la reducción del ictus hemorrágico.
  • Mayor adherencia por simplificación del seguimiento.
  • Consideración especial: en pacientes con válvulas mecánicas o estenosis mitral moderada-grave, los ACODs están contraindicados. En estos casos, se debe continuar con AVK.

Enfermedad tromboembólica venosa (ETEV)

Incluye dos entidades principales: trombosis venosa profunda (TVP) y embolia pulmonar (EP). En pacientes estables, el tratamiento puede iniciarse y mantenerse en atención primaria, especialmente con apoyo de unidades hospitalarias de diagnóstico rápido o de seguimiento telefónico.
  • Fases del tratamiento anticoagulante en ETEV:
  1. Fase aguda (días 1–7): todos los ACODs son eficaces. Algunos (como dabigatrán y edoxabán) requieren fase previa de heparina.
  2. Fase de mantenimiento (3–6 meses): se individualiza según etiología (provocada vs idiopática), riesgo de recidiva y riesgo hemorrágico.
  3. Fase extendida (>6 meses): se recomienda en casos de ETEV no provocada o con factores persistentes de riesgo.
  • Ventajas de los ACODs en ETEV:
    • Permiten tratamiento ambulatorio en muchos casos.
    • Dosis fijas sin necesidad de controles de INR.
    • Mejor perfil de seguridad gastrointestinal (especialmente apixabán).

Otras indicaciones menos frecuentes en AP

Aunque menos comúnmente, los ACODs pueden indicarse en:
  • Prevención de trombosis en cirugía ortopédica mayor (prótesis de cadera o rodilla): habitualmente indicada desde el hospital.
  • Cardioversión eléctrica programada: los ACODs permiten una alternativa segura al AVK en pacientes con FANV reciente.
  • Prevención secundaria tras un primer ictus cardioembólico: habitual en seguimiento conjunto con neurología o cardiología.
Tabla 3. Principales indicaciones de ACODs en atención primaria: duración sugerida y observaciones clínicas

Indicación

Duración habitual del tratamiento

Observaciones clínicas clave

Fibrilación auricular no valvular (FANV)

Crónica (indefinida, salvo contraindicación)

Evaluar riesgo tromboembólico (CHA₂DS₂-VASc) y hemorrágico (HAS-BLED). Requiere revisión periódica.

Trombosis venosa profunda (TVP)

3-6 meses (si provocada) / indefinida (si no provocada o recurrente)

Identificar factor desencadenante. Apixabán o rivaroxabán permiten inicio sin heparina.

Embolia pulmonar (EP)

Igual que TVP

Considerar extensión del tratamiento en ETEV idiopática o cáncer activo.

Prevención tras cirugía ortopédica mayor

10-14 días (rodilla) / 30-35 días (cadera)

Iniciado en hospital. Seguimiento ambulatorio si el alta es precoz.

Cardioversión eléctrica programada

Al menos 3 semanas antes y 4 semanas después

Ideal si el paciente no estaba anticoagulado previamente. No requiere ajuste de INR.

Prevención secundaria de ictus cardioembólico

Crónica

Coordinación con cardiología o neurología. Confirmar origen cardioembólico.


Nota: La duración final del tratamiento debe individualizarse según riesgo de recurrencia, perfil hemorrágico, edad y preferencias del paciente.

CONSIDERACIONES PRÁCTICAS EN LA ELECCIÓN DEL ACOD

Aunque los ACODs comparten indicaciones similares y una eficacia comparable, no todos son intercambiables ni adecuados para todos los perfiles de pacientes. La elección del anticoagulante debe estar guiada por criterios clínicos concretos, con el objetivo de maximizar la eficacia, minimizar el riesgo hemorrágico y favorecer la adherencia terapéutica.

Factores clínicos a considerar

A continuación, se resumen los principales aspectos a valorar antes de iniciar un ACOD (Tabla 4):

Función renal

  • Es uno de los factores determinantes para la elección y ajuste de dosis.
  • Todos los ACODs se eliminan parcialmente por vía renal, pero dabigatrán lo hace en mayor proporción (≈80 %), lo que lo hace menos recomendable en pacientes con insuficiencia renal moderada-severa (CrCl < 30 ml/min).
  • En pacientes añosos o frágiles, se recomienda iniciar con controles de CCr frecuentes (al menos cada 6–12 meses)

Edad avanzada

  • Aunque los ACODs son más seguros que los AVK en población anciana, se deben hacer ajustes de dosis en función de la edad:
    • Apixabán se considera el más seguro en mayores de 80 años, especialmente si existe bajo peso o deterioro renal.
    • Dabigatrán puede inducir dispepsia y tiene mayor riesgo de sangrado gastrointestinal en mayores de 75 años.

Riesgo hemorrágico

  • En pacientes con antecedentes de sangrado digestivo, enfermedad ulcerosa o anemia de origen no filiado, apixabán muestra el perfil más seguro.
  • En presencia de hemorragia reciente, evitar uso de antiagregantes asociados y posibilidad de reducir dosis o reevaluar la indicación.

Adherencia y estilo de vida

  • En pacientes con problemas de adherencia, regímenes de una dosis diaria como rivaroxabán o edoxabán pueden ser preferibles.
  • Si se prevé olvido frecuente de dosis o mala adherencia, evitar fármacos de vida media corta como dabigatrán.

Peso corporal extremo

  • En pacientes con IMC > 40 o peso < 50 kg, se recomienda precaución y, en algunos casos es preferible AVK por falta de evidencia robusta con ACODs sobre su eficacia.
  • Apixabán es el que presenta datos más consistentes en bajo peso (con ajuste de dosis si ≤60 kg).

Interacciones medicamentosas

Aunque los ACODs presentan menos interacciones que los AVK, deben considerarse:
  • Dabigatrán interacciona con inhibidores de la P-gp (verapamilo, amiodarona, quinidina).
  • Rivaroxabán y apixabán pueden verse afectados por inhibidores o inductores potentes del CYP3A4 (antifúngicos azólicos, rifampicina).
Tabla 4. Elección del ACOD según perfil clínico del paciente

Situación clínica / característica

ACOD preferido

Justificación clínica

Edad ≥ 80 años

Apixabán

Menor riesgo de sangrado, ajustes de dosis bien establecidos

Insuficiencia renal moderada-severa

Apixabán (CCr ≥15 ml/min)

Menor dependencia de eliminación renal

Riesgo alto de sangrado digestivo

Apixabán

Perfil más seguro en hemorragias gastrointestinales

Pacientes con dispepsia o ERGE

Evitar dabigatrán

Puede producir dispepsia; cápsula ácida

Necesidad de dosis única diaria

Rivaroxabán / Edoxabán

Mejor adherencia con pauta diaria

Bajo peso corporal (≤60 kg)

Apixabán (ajuste de dosis)

Evidencia de seguridad; posibilidad de reducción de dosis según criterios combinados

Tratamiento concomitante con P-gp o CYP3A4

Apixabán con precaución

Menor interacción clínica significativa, pero revisar ficha técnica

Inicio de tratamiento en ETEV sin heparina previa

Rivaroxabán / Apixabán

No requieren fase inicial con heparina

Posibilidad de reversión rápida

Dabigatrán

Único con antídoto específico disponible (idarucizumab) en entorno extrahospitalario limitado

Nota: CCr: aclaramiento de creatinina estimado por ecuacion de Cockcroft-Gault. Siempre revisar ficha técnica y guías clínicas actualizadas.

PERLAS PARA EL SEGUIMIENTO EN CONSULTA 

Uno de los principales atractivos de los ACODs frente a los AVK es la ausencia de necesidad de controles periódicos del INR. Sin embargo, esto no exime de un seguimiento clínico estructurado, especialmente en poblaciones vulnerables como pacientes ancianos, polimedicados o con función renal comprometida. A continuación, se resumen los aspectos clave que deben tenerse en cuenta en el seguimiento ambulatorio:

¿Qué debemos controlar periódicamente?

Aunque no existe una pauta única universal, las recomendaciones consensuadas proponen monitorizar los parámetros recogidos en la tabla 5.

Tabla 5. Parámetros a controlar periódicamente

Parámetro

Frecuencia recomendada

Notas clínicas

Función renal (CCr)

Al inicio, a los 6 meses y luego anualmente (o antes si >75 años o IR)

Indispensable para ajustar dosis y detectar deterioro progresivo

Función hepática

Al inicio y si existe hepatopatía conocida o sospechada

Especialmente relevante si hay antecedentes de enfermedad hepática crónica

Hemograma

Al menos anual

Detección precoz de anemia o trombocitopenia

Revisión de medicación

Cada 6-12 meses o al iniciar tratamientos nuevos

Valorar interacciones (antiinflamatorios, antiagregantes, etc.)


Signos de alarma a detectar en consulta

La educación al paciente sobre signos precoces de sangrado o complicaciones es fundamental. En cada contacto clínico conviene interrogar sobre:
  • Hematuria macroscópica
  • Hematomas extensos o equimosis espontáneas
  • Epistaxis recurrentes sin causa aparente
  • Hemorragia digestiva (melenas, rectorragia, hematemesis)
  • Disminución progresiva de hemoglobina o anemia no explicada
  • Sangrado gingival espontáneo
  • Dispepsia intensa o dolor epigástrico persistente (en pacientes con dabigatrán)
En cualquiera de estos casos, se debe valorar interrumpir temporalmente el tratamiento, buscar la causa del sangrado y/o derivar a atención hospitalaria.

Adherencia terapéutica: el gran olvidado

Dado que los ACODs no exigen visitas periódicas para ajuste, el riesgo de pérdida de adherencia aumenta con el tiempo, sobre todo en pacientes mayores, polimedicados o con deterioro cognitivo leve. Recomendaciones prácticas:
  • Verificar adherencia al menos una vez al año (idealmente cada 6 meses).
  • Incluir en la revisión de medicación preguntas específicas sobre olvidos.
  • Usar sistemas recordatorios (blísters, apps, seguimiento telefónico si está disponible).

Educación al paciente

Una parte esencial del seguimiento es la educación sanitaria continua, que incluya:
  • Importancia de no suspender el fármaco sin indicación médica.
  • Necesidad de informar en urgencias o en intervenciones programadas que toma anticoagulantes.
  • Riesgo de automedicación con AINEs u otros fármacos con potencial hemorrágico.
  • Uso de tarjeta identificativa de anticoagulado (digital o física).

MANEJO EN SITUACIONES ESPECIALES 

Aunque los ACODs han simplificado el tratamiento anticoagulante, existen contextos clínicos en los que su manejo exige una evaluación más cuidadosa y, en ocasiones, la colaboración con atención hospitalaria. Esta sección aborda los principales escenarios en los que el médico de familia debe actuar con precaución y criterio clínico bien fundamentado.

Paciente con insuficiencia renal

La función renal es determinante para la seguridad y eficacia del tratamiento con ACODs. Todos requieren ajuste de dosis en función del aclaramiento de creatinina (CrCl), especialmente:
  • Dabigatrán: contraindicado si CCr <30 ml/min.
  • Rivaroxabán, apixabán y edoxabán: pueden utilizarse con ajustes en IR moderada (CCr 15–49 ml/min), aunque deben evitarse si CCr <15 ml/min.
Recomendaciones:
  • Calcular el CCr con fórmula de Cockcroft-Gault, no con MDRD o CKD-EPI.
  • Reevaluar la función renal al menos cada 6 meses en mayores de 75 años, pluripatológicos o con IR previa.

Procedimientos invasivos o cirugías programadas

Una de las consultas más frecuentes en atención primaria es cómo actuar ante una extracción dental, endoscopia, infiltración o cirugía menor en pacientes anticoagulados.

Suspensión del ACOD (general):

  • Depende del fármaco, función renal y riesgo hemorrágico del procedimiento.

Riesgo del procedimiento

Tiempo de suspensión previo (CrCl ≥50 ml/min)

Bajo (p. ej., extracción simple, artrocentesis)

24 h (1 dosis omitida)


Moderado-alto (p. ej., cirugía mayor, anestesia neuroaxial)


48–72 h


Importante:

  • No reiniciar hasta al menos 24 h tras procedimiento si hay riesgo de sangrado.
  • Evitar la terapia puente con heparina salvo en indicaciones específicas (p. ej., válvulas mecánicas, que no son candidatas a ACOD).

Hemorragia activa

El sangrado mayor bajo ACODs requiere una actuación urgente, pero en atención primaria el margen de maniobra es limitado:
  • Derivación inmediata si hay inestabilidad hemodinámica, sangrado digestivo evidente o hematuria franca.
  • Medidas iniciales de soporte:
    • Retirada del fármaco.
    • Fluidoterapia si hay signos de hipovolemia.
    • En casos leves-moderados, vigilancia y monitorización clínica si el sangrado cede.
  • Antídotos disponibles:
    • Dabigatrán: idarucizumab (uso hospitalario, disponible en la mayoría de hospitales).
    • Rivaroxabán/apixabán: andexanet alfa (alta disponibilidad hospitalaria, coste elevado).
    • Si no hay antídoto disponible, considerar uso de carbón activado (si la ingesta ha sido reciente) y/o complejos protrombínicos en hospital.

Mujeres en edad fértil, embarazo y lactancia

Los ACODs están contraindicados durante el embarazo y la lactancia, ya que atraviesan la barrera placentaria y su seguridad fetal no ha sido establecida.

Recomendaciones en AP:

  • En mujeres en edad fértil, documentar método anticonceptivo seguro al iniciar ACOD.
  • Si hay deseo gestacional, suspender ACODs y derivar para transición a heparina de bajo peso molecular (HBPM).
  • Durante la lactancia, evitar ACODs y valorar alternativas (HBPM o AVK si está bien controlado).

ERRORES COMUNES Y CÓMO EVITARLOS 

A pesar de su perfil de seguridad y facilidad de uso, el manejo de los ACODs no está exento de riesgos, especialmente cuando se subestiman ciertos factores clínicos o se omiten pasos clave en el seguimiento. Identificar y prevenir estos errores es fundamental para garantizar un uso racional y seguro en la práctica diaria.

Dosis inadecuadas por cálculo incorrecto del filtrado glomerular

Error: Usar fórmulas automatizadas (MDRD o CKD-EPI) para estimar el aclaramiento de creatinina y ajustar la dosis de ACOD.

Cómo evitarlo:

  • Utilizar la fórmula de Cockcroft-Gault, que es la recomendada por la ficha técnica de todos los ACODs.
  • Tener en cuenta el peso real del paciente (no el ideal).
  • Recalcular periódicamente, sobre todo en pacientes ancianos o con IR progresiva.

Suspensión innecesaria del ACOD por miedo al sangrado

Error: Interrumpir el tratamiento de forma preventiva en procedimientos de bajo riesgo sin que sea necesario.

Cómo evitarlo:

  • Conocer la clasificación del riesgo hemorrágico del procedimiento.
  • No suspender el ACOD para extracciones dentales simples, infiltraciones, citologías, o pequeñas cirugías dermatológicas (en la mayoría de los casos).
  • Coordinarse con el especialista (odontólogo, cirujano, etc.) para decidir conjuntamente.

Prescripción duplicada o combinaciones inadecuadas

Error: Mantener tratamiento con ACOD junto con antiagregantes sin indicación clara, aumentando innecesariamente el riesgo de sangrado.

Cómo evitarlo:

  • Revisar la indicación de cada fármaco anticoagulante y antiagregante.
  • En prevención secundaria tras SCA, limitar la combinación a corto plazo y bajo indicación de cardiología.
  • Evitar combinaciones con AINEs crónicos.

Olvidar evaluar la adherencia terapéutica

Error: Asumir que el paciente está cumpliendo sin confirmarlo.

Cómo evitarlo:

  • Preguntar activamente en cada revisión (“¿cuántas veces a la semana cree que se le olvida?”).
  • Favorecer pautas de una vez al día en pacientes con dificultades de memoria.
  • Promover herramientas de apoyo (pastilleros, apps, recordatorios familiares).

Uso de ACOD en pacientes no candidatos

Error: Iniciar ACOD en pacientes con prótesis valvulares mecánicas o estenosis mitral reumática moderada-grave.

Cómo evitarlo:

  • Confirmar siempre si el paciente tiene válvulas mecánicas (revisión de informes quirúrgicos si es necesario).
  • En estas situaciones, el tratamiento correcto sigue siendo AVK con control estricto del INR

HERRAMINETAS ÚTILES EN LA CONSULTA

El manejo adecuado de los ACODs en atención primaria requiere decisiones informadas, ajustadas al perfil clínico del paciente y a las recomendaciones actualizadas. Afortunadamente, disponemos de herramientas clínicas y tecnológicas que facilitan este proceso y optimizan la toma de decisiones. A continuación, se recopilan las más relevantes y fiables para su uso en consulta:

Calculadoras clínicas recomendadas

HerramientaFunciónEnlace directo
CHA₂DS₂-VAScEstimar riesgo tromboembólico en FANVVer en MDCalc
HAS-BLEDEvaluar riesgo de sangrado mayorVer en MDCalc
Cockcroft-GaultCalcular aclaramiento de creatinina (CrCl)Ver en Nephron

Guías y recursos online

DocumentoFuenteEnlace
Guía ESC 2021 sobre fibrilación auricularEuropean Society of CardiologyVer PDF
Guía práctica de anticoagulación oral – SEMFYCSEMFYCAcceso para socios
Fisterra – Manejo práctico ACODsFisterraAcceso institucional

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

  1. Hindricks G, Potpara T, Dagres N, Arbelo E, Bax JJ, Blomström-Lundqvist C, et al. 2020 ESC Guidelines for the diagnosis and management of atrial fibrillation developed in collaboration with the European Association of Cardio-Thoracic Surgery (EACTS). Eur Heart J. 2021;42(5):373–498.
  2. January CT, Wann LS, Calkins H, Chen LY, Cigarroa JE, Cleveland JC Jr, et al. 2019 AHA/ACC/HRS Focused Update on Atrial Fibrillation: Executive Summary. Circulation. 2019;140(2):e125–e151.
  3. Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Guía práctica de anticoagulación oral en atención primaria. 2.ª ed. Barcelona: semFYC Ediciones; 2022.
  4. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Documento de consenso para el uso de anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) en FANV y ETV. Madrid: SNS; 2020.
  5. Lip GYH, Banerjee A, Boriani G, Chiang CE, Fargo R, Freedman B, et al. Antithrombotic Therapy for Atrial Fibrillation: CHEST Guideline and Expert Panel Report. Chest. 2018;154(5):1121–1201.
  6. Gómez-Outes A, Terleira-Fernández AI, Lecumberri R, Suárez-Gea ML, Vargas-Castrillón E. Direct oral anticoagulants in the treatment of acute venous thromboembolism: a systematic review and meta-analysis. Thromb Res. 2014;134(4):774–82.
  7. García R, Barquilla Á, Blasco J, Carrasco A, González-Tello A, Lorenzo R, et al. Documento de posicionamiento sobre el uso de anticoagulantes orales en atención primaria. Aten Primaria. 2021;53(7):102085.
  8. Heidbuchel H, Verhamme P, Alings M, Antz M, Diener HC, Hacke W, et al. Updated European Heart Rhythm Association Practical Guide on the use of non–vitamin K antagonist oral anticoagulants in patients with atrial fibrillation. Europace. 2021;23(10):1612–76.

 Te puede interesar:

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pitiriasis Rosada de Gibert

Micosis superficiales: Candidiasis

Endometriosis: reconocimiento temprano y manejo inicial en atención primaria