Vitamina D: Controversias en el Cribado y Tratamiento en Atención Primaria

La vitamina D, tradicionalmente asociada al metabolismo del calcio y la salud ósea, ha adquirido un protagonismo muy importante en la práctica clínica diaria en los últimos años. Su deficiencia se ha vinculado no solo a enfermedades musculoesqueléticas como la osteoporosis y el raquitismo, sino también a trastornos cardiovasculares, autoinmunes, infecciosos y metabólicos. 

En las últimas décadas, el interés por la vitamina D ha experimentado un notable aumento, tanto en la literatura científica como en los medios de comunicación. Este auge se ha traducido en un incremento significativo de las determinaciones séricas de  vitamina D y en un mayor consumo de suplementos, a menudo sin una indicación clínica clara. Este fenómeno ha generado debates sobre la medicalización de la salud y la necesidad de establecer criterios más rigurosos para el cribado y tratamiento de la hipovitaminosis D.

Este artículo tiene como objetivo proporcionar una visión actualizada sobre las controversias en torno al cribado y tratamiento de la vitamina D, con un enfoque práctico para el médico de familia, dada su posición estratégica para identificar factores de riesgo y promover intervenciones preventivas.Se abordan aspectos como la fisiología y metabolismo de la vitamina D, la epidemiología de su deficiencia, las recomendaciones actuales para el cribado, la interpretación de niveles séricos, la evidencia sobre suplementación, las estrategias terapéuticas en atención primaria, los riesgos asociados a la hipervitaminosis D y consideraciones prácticas para la toma de decisiones clínicas.

FISIOLOGÍA Y METABOLISMO DE LA VITAMINA D  

Fuentes endógenas y exógenas

La vitamina D es una prohormona liposoluble esencial para la homeostasis del calcio y el fósforo, así como para diversas funciones inmunomoduladoras. Se presenta en dos formas principales:

  • Vitamina D3 (colecalciferol): sintetizada en la piel a partir del 7-dehidrocolesterol mediante la exposición a la radiación ultravioleta B (UVB) del sol. Esta es la principal fuente endógena y representa aproximadamente el 80-90% de la vitamina D total en individuos con exposición solar adecuada .
  • Vitamina D2 (ergocalciferol): obtenida de fuentes dietéticas, especialmente:
    • Alimentos ricos en vitamina D: pescados grasos (salmón, caballa, sardinas), hígado, yema de huevo y productos lácteos fortificados.
    • Suplementos dietéticos: utilizados para prevenir o tratar deficiencias, especialmente en poblaciones de riesgo.

Tiempo de exposicion al sol para tener niveles de vita D suficientes

Figura 1.- Tiempo necesarios de exposicion al sol para tener niveles de Vit, D suficientes

Es importante destacar que la síntesis cutánea puede verse afectada por factores como la latitud, la estación del año, el uso de protectores solares, la pigmentación de la piel y la edad.

Conversión hepática y renal: 25(OH)D y 1,25(OH)D

La vitamina D, ya sea sintetizada en la piel o ingerida, es biológicamente inactiva y requiere dos hidroxilaciones para convertirse en su forma activa:

1.   Hidroxilación hepática: en el hígado, la vitamina D se convierte en 25-hidroxivitamina D [25(OH)D o calcidiol], el principal metabolito circulante y el mejor indicador del estado de vitamina D en el organismo.

2.   Hidroxilación renal: en los túbulos proximales del riñón, el 25(OH)D se convierte en 1,25-dihidroxivitamina D [1,25(OH)D o calcitriol], la forma activa que ejerce efectos hormonales en diversos tejidos.

La producción de 1,25(OH)D está regulada por factores como la hormona paratiroidea (PTH), los niveles de calcio y fósforo, y el factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF23).

Factores que afectan a la biodisponibilidad

La biodisponibilidad de la vitamina D puede verse influenciada por diversos factores, entre los que destacan:

  • Exposición solar insuficiente: debido a estilos de vida en interiores, uso de ropa que cubre la mayor parte del cuerpo, aplicación de protectores solares y condiciones climáticas.
  • Edad avanzada: la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D disminuye con la edad.
  • Pigmentación de la piel: la melanina reduce la capacidad de la piel para producir vitamina D a partir de la luz solar.
  • Obesidad: la vitamina D se secuestra en el tejido adiposo, reduciendo su disponibilidad en la circulación.
  • Trastornos de malabsorción: enfermedades como la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal y la cirugía bariátrica pueden disminuir la absorción de vitamina D.
  • Uso de ciertos medicamentos: fármacos como anticonvulsivos, glucocorticoides y algunos antirretrovirales pueden alterar el metabolismo de la vitamina D.

Estos factores deben considerarse al evaluar el estado de vitamina D y la necesidad de suplementación en pacientes.

EPIDEMIOLOGÍA DEL DEFICIT DE VITAMINA D  

Prevalencia global y en España

A nivel mundial, se estima que alrededor de mil millones de personas presentan deficiencia o insuficiencia de vitamina D. 

En España, a pesar de la abundante exposición solar, la prevalencia de hipovitaminosis D es sorprendentemente alta. Estudios recientes indican que aproximadamente el 75% de la población española presenta niveles bajos de vitamina D, una cifra que asciende al 80% en la población joven.

En personas mayores de 65 años, la deficiencia alcanza cifras alarmantes del 80-100%, tomando como umbral un valor inferior a 20 ng/mL. 

Estos datos evidencian una paradoja: a pesar de las condiciones climáticas favorables, la deficiencia de vitamina D es prevalente en la población española.

Grupos de riesgo identificados

Diversos grupos presentan un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D, entre ellos:

  • Personas mayores de 65 años: la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D disminuye con la edad.
  • Individuos con exposición solar limitada: ya sea por estilo de vida, uso de protectores solares o vestimenta que cubre la mayor parte del cuerpo.
  • Personas con piel oscura: la mayor cantidad de melanina reduce la capacidad de la piel para producir vitamina D a partir de la luz solar.
  • Individuos con obesidad: la vitamina D se secuestra en el tejido adiposo, reduciendo su disponibilidad en la circulación.
  • Pacientes con trastornos de malabsorción: enfermedades como la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal y la cirugía bariátrica pueden disminuir la absorción de vitamina D.
  • Personas que toman ciertos medicamentos: fármacos como anticonvulsivos, glucocorticoides y algunos antirretrovirales pueden alterar el metabolismo de la vitamina D.

Identificar a estos grupos es esencial para implementar estrategias de prevención y tratamiento adecuadas.

Impacto estacional y geográfico

La síntesis cutánea de vitamina D está influenciada por factores estacionales y geográficos. En España, durante los meses de invierno y primavera, la posibilidad de sintetizar vitamina D es escasa, especialmente en regiones por encima del paralelo 35°N. 

Además, la latitud y la altitud afectan la cantidad de radiación ultravioleta B (UVB) que llega a la superficie terrestre, lo que influye en la producción de vitamina D. Por ejemplo, en La Rioja, un estudio encontró una alta prevalencia de hipovitaminosis D entre los usuarios de atención primaria, especialmente en los grupos de mayor edad y durante los meses de invierno. 

Estos factores deben considerarse al evaluar el estado de vitamina D en pacientes y al planificar intervenciones de salud pública.

CONTROVERSIAS SOBRE EL CRIBADO   

¿Cribado universal o selectivo?

La conveniencia del cribado para la deficiencia de vitamina D universal versus el selectivo  ha sido objeto de discusión en la comunidad médica. Mientras que algunos abogan por un enfoque amplio para detectar y corregir deficiencias subclínicas, otros señalan la falta de evidencias sólidas que respalde beneficios clínicos significativos en la población general.

La tendencia actual se inclina hacia un cribado selectivo, centrado en individuos con factores de riesgo específicos, en lugar de un cribado sistemático de toda la población.

Recomendaciones de sociedades científicas

US Preventive Services Task Force (USPSTF): Concluye que la evidencia actual es insuficiente para evaluar los beneficios y perjuicios del cribado de deficiencia de vitamina D en adultos asintomáticos, y por lo tanto, no recomienda el cribado universal en esta población. 

Endocrine Society: En su guía de práctica clínica de 2024, desaconseja las pruebas rutinarias de 25(OH)D en individuos sanos y sugiere una suplementación empírica en grupos específicos de riesgo, como niños y adolescentes de 1 a 18 años, adultos mayores de 75 años, embarazadas y personas con prediabetes de alto riesgo. 

Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN): Recomienda la determinación de 25(OH)D en pacientes con factores de riesgo para deficiencia de vitamina D, como enfermedades óseas, malabsorción, insuficiencia renal crónica, obesidad, entre otros .

Indicaciones actuales para la determinación de 25(OH)D

Las indicaciones para medir los niveles séricos de 25(OH)D se centran en poblaciones con mayor riesgo de deficiencia o en presencia de condiciones clínicas específicas (Tabla 1). 

Tabla 1. Indicaciones de cribado de vitamina D en atención primaria

Grupo de riesgo

Recomendación de cribado

Personas mayores de 65 años

Pacientes con osteoporosis o fracturas previas

Enfermedades malabsortivas (celiaquía, Crohn, etc.)

Insuficiencia renal crónica

Obesidad (IMC > 30)

Embarazo y lactancia

Piel oscura o exposición solar limitada

Considerar

Población general asintomática

No

En estos casos, la medición de 25(OH)D puede guiar decisiones terapéuticas y monitorizar la eficacia de la suplementación.

Limitaciones de las pruebas de laboratorio y variabilidad interindividual

La determinación de los niveles de 25(OH)D presenta varias limitaciones que deben considerarse en la práctica clínica:

  • Variabilidad interindividual: Factores como la edad, el índice de masa corporal, la pigmentación de la piel, la exposición solar y la dieta pueden influir significativamente en los niveles de vitamina D, lo que complica la interpretación de los resultados.
  • Variabilidad estacional: Los niveles de vitamina D pueden fluctuar según la estación del año, siendo más bajos en invierno y más altos en verano, especialmente en regiones con variaciones significativas en la exposición solar.
  • Diferencias entre métodos de laboratorio: Existen múltiples métodos para medir 25(OH)D, y la falta de estandarización puede llevar a discrepancias en los resultados entre diferentes laboratorios.
  • Interpretación clínica: La correlación entre los niveles séricos de 25(OH)D y los desenlaces clínicos no siempre es clara, lo que plantea desafíos en la toma de decisiones basadas únicamente en estos valores.

Estas limitaciones subrayan la importancia de contextualizar los resultados de las pruebas de vitamina D dentro del cuadro clínico completo del paciente y no basar decisiones terapéuticas únicamente en valores aislados.

INTERPRETACIÓN DE NIVELES SÉRICOS   

Rangos de referencia: deficiencia, insuficiencia y suficiencia

La interpretación de los niveles séricos de 25-hidroxivitamina D [25(OH)D] es esencial para evaluar el estado de vitamina D en los pacientes. Aunque existe cierta variabilidad entre las guías clínicas, se pueden establecer los siguientes rangos de referencia:

  • Deficiencia: < 20 ng/mL (50 nmol/L)
  • Insuficiencia: 20–29 ng/mL (50–75 nmol/L)
  • Suficiencia: ≥ 30 ng/mL (≥ 75 nmol/L)

Estos valores se basan en la relación entre los niveles de 25(OH)D y la salud ósea, así como en la supresión óptima de la PTH .

Tabla 2. Clasificación de los niveles séricos de 25(OH)D

Nivel de 25(OH)D (ng/mL)

Interpretación clínica

< 12

Deficiencia severa

12–20

Deficiencia

21–29

Insuficiencia

30–50

Suficiencia (objetivo general)

50–100

Óptimo en ciertas condiciones clínicas

100

Riesgo de toxicidad

Discrepancias entre guías clínicas

Diversas organizaciones han propuesto diferentes umbrales para definir la suficiencia de vitamina D, lo que puede generar confusión en la práctica clínica:

  • Instituto de Medicina (IOM): Considera que niveles de 20 ng/mL son adecuados para la mayoría de la población.
  • Endocrine Society: Recomienda niveles ≥ 30 ng/mL para asegurar una salud ósea óptima y prevenir el hiperparatiroidismo secundario.
  • Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN): Sugiere mantener niveles entre 30–40 ng/mL para una salud ósea adecuada .

Estas discrepancias reflejan la necesidad de individualizar la interpretación de los niveles de vitamina D según el contexto clínico y los factores de riesgo del paciente.

Relación con PTH y salud ósea

La vitamina D desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo del calcio y la salud ósea. Niveles bajos de 25(OH)D pueden conducir a un aumento en la secreción de PTH, lo que a su vez incrementa la resorción ósea y el riesgo de osteoporosis y fracturas .

Algunos estudios han demostrado que niveles de 25(OH)D por encima de 30 ng/mL se asocian con una supresión óptima de la PTH y una mejor salud ósea . Por lo tanto, es fundamental considerar tanto los niveles de vitamina D como los de PTH al evaluar el riesgo de enfermedades óseas y decidir sobre la necesidad de suplementación.

EVIDENCIA SOBRE SUPLEMENTACIÓN DE VITAMINA D   

Beneficios óseos: prevención de fracturas y caídas

La suplementación con vitamina D ha sido ampliamente estudiada en relación con la salud ósea, especialmente en poblaciones de riesgo como adultos mayores. La evidencia sugiere que niveles adecuados de vitamina D mejoran el metabolismo óseo e incrementan la densidad mineral ósea, lo que puede reducir el riesgo de fracturas. Además, se ha observado una mejoría en la función muscular, disminuyendo así el riesgo de caídas .

Sin embargo, algunos estudios han mostrado resultados mas limitados. Por ejemplo, un metaanálisis reciente indicó que la suplementación con vitamina D, especialmente cuando se combina con calcio, puede reducir el riesgo de fracturas en adultos mayores, aunque la magnitud del beneficio puede variar según la población estudiada y las dosis utilizadas .

Evidencia en enfermedades extraóseas: cardiovascular, autoinmunes, infecciosas

La vitamina D también ha sido investigada por sus posibles efectos en enfermedades no óseas:

  • Enfermedades cardiovasculares: Aunque algunos estudios observacionales han sugerido una asociación entre niveles bajos de vitamina D y mayor riesgo cardiovascular, los ensayos clínicos no han demostrado beneficios significativos de la suplementación de vitamina D en la prevención de eventos cardiovasculares.
  • Enfermedades autoinmunes: La vitamina D posee propiedades inmunomoduladoras. Evidencia epidemiológica sugiere que bajas concentraciones de vitamina D se relacionan con la severidad de varias enfermedades autoinmunes . Sin embargo, se necesitan más estudios para establecer una relación causal y determinar el impacto de la suplementación .
  • Enfermedades infecciosas: La vitamina D puede influir en la respuesta inmune frente a infecciones. Durante la pandemia de COVID-19, se observó que niveles adecuados de vitamina D podrían estar asociados con una menor gravedad de la enfermedad, aunque las evidencias no son concluyentes y se requieren más investigaciones .

Resultados de ensayos clínicos y metaanálisis recientes

Los ensayos clínicos y metaanálisis recientes han proporcionado información valiosa sobre la eficacia de la suplementación con vitamina D:

  • Un metaanálisis sugiere que la suplementación con vitamina D, especialmente cuando se combina con calcio, puede reducir el riesgo de fracturas en adultos mayores .
  • Algunos estudios han mostrado beneficios con dosis diarias de 800 a 1000 UI de vitamina D, en la prevención de caídas, mejorando la fuerza muscular y el equilibrio .
  • Sin embargo, otros estudios han cuestionado la eficacia de la suplementación de la vitamina D en la prevención de caídas y fracturas, especialmente en poblaciones sin deficiencia de vitamina D .

Dosis efectivas y seguridad

La dosificación adecuada de vitamina D es crucial para maximizar beneficios y minimizar riesgos:

  • Dosis recomendadas: Para adultos con deficiencia de vitamina D, se recomienda una dosis de carga de 50.000 UI semanales durante 8 semanas, seguida de una dosis de mantenimiento de 1.500 a 2.000 UI diarias .
  • Límites de seguridad: La ingesta máxima tolerable de vitamina D para adultos se sitúa en 4.000 UI diarias. Dosis superiores pueden aumentar el riesgo de hipercalcemia y otros efectos adversos .
  • Es importante tener en cuenta la interacción de la vitamina D con otros nutrientes, como la vitamina K, que juega un papel en la regulación del calcio y puede influir en la seguridad de la suplementación .

ESTRATEGIAS TERAPÉUTICAS EN ATENCIÓN PRIMARIA   

Indicaciones para iniciar tratamiento sin determinación previa de vitamina D

En atención primaria, existen situaciones clínicas en las que se justifica iniciar la suplementación con vitamina D sin necesidad de medir previamente los niveles séricos de 25(OH)D. Esto se aplica especialmente a grupos de alto riesgo de deficiencia, donde la probabilidad de hipovitaminosis D es elevada y la determinación analítica puede no ser coste-efectiva. Los grupos en los que se puede iniciar tratamiento sin determinación previa son :

  • Personas mayores institucionalizadas o con movilidad reducida.
  • Pacientes con osteoporosis diagnosticada o fracturas por fragilidad.
  • Individuos con enfermedades que afectan la absorción intestinal (enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, cirugía bariátrica).
  • Pacientes en tratamiento crónico con fármacos que interfieren con el metabolismo de la vitamina D (anticonvulsivos, glucocorticoides).
  • Personas con exposición solar limitada o con hábitos culturales que implican cubrir la mayor parte del cuerpo.

En estos casos, se recomienda una suplementación de mantenimiento con 800 a 1.000 UI diarias de vitamina D, sin necesidad de una analítica inicial.

Elección del preparado: colecalciferol vs. calcifediol

La elección entre colecalciferol (vitamina D3) y calcifediol (25-hidroxivitamina D3) depende de las características clínicas del paciente y de consideraciones farmacocinéticas.

Tabla 3. Comparación entre colecalciferol (Deltius®) y calcifediol (Hidroferol®)

Característica

Colecalciferol (D3)

Calcifediol (25(OH)D)

Forma activa

No

Inicio de acción

Lento

Rápido

Vida media

Larga

Corta

Uso en insuficiencia hepática

Menos eficaz

Más eficaz

Disponibilidad en España

Alta

Alta

Colecalciferol:

  • Es la forma preferida para la mayoría de los pacientes debido a su eficacia, seguridad y flexibilidad en la dosificación.
  • Permite esquemas de dosificación diaria, semanal o mensual, facilitando la adherencia al tratamiento.

Calcifediol:

  • Indicado en situaciones específicas, como en pacientes con insuficiencia hepática, donde la conversión de colecalciferol a calcifediol está comprometida.
  • Tiene una absorción más rápida y predecible, lo que puede ser beneficioso en casos de deficiencia severa que requieren una rápida corrección.

En general, el colecalciferol es adecuado para la mayoría de los pacientes en atención primaria, reservando el calcifediol para casos particulares.

Esquemas de dosificación: diaria, semanal, mensual

La elección del esquema de dosificación debe individualizarse según las necesidades del paciente, la gravedad de la deficiencia y la probabilidad de adherencia al tratamiento.

Tabla 4. Esquemas de dosificación de vitamina D

Esquema

Dosis (UI)

Frecuencia

Comentarios

Diario

800–1,000

Diaria

Mejora la adherencia en algunos pacientes

Semanal

5,600–7,000

Semanal

Equivalente a dosis diaria

Mensual

24,000–30,000

Mensual

Útil en pacientes con baja adherencia

Dosis de carga

50,000

Semanal (por 6–8 semanas)

Para deficiencia severa

Esquemas recomendados:

  • Deficiencia severa (<20 ng/mL):
    • 50.000 UI de colecalciferol semanal durante 8 semanas.
    • Alternativamente, 7.000 UI diarias durante 8 semanas.
  • Mantenimiento:
    • 1.500 a 2.000 UI diarias.
    • 25.000 UI cada 15 días o 50.000 UI mensuales.

La elección entre dosificación diaria, semanal o mensual debe basarse en la preferencia del paciente y la posibilidad de garantizar una buena adherencia al tratamiento.

Monitorización y seguimiento: ¿cuándo repetir niveles?

La monitorización de los niveles séricos de 25(OH)D no es necesaria en todos los pacientes, especialmente cuando se trata de suplementación en grupos de riesgo sin determinación previa. Sin embargo, en pacientes con deficiencia documentada o en aquellos con condiciones que afectan el metabolismo de la vitamina D, se recomienda repetir la medición de 25(OH)D:

  • Después de 3 a 6 meses de iniciar la suplementación, para evaluar la respuesta al tratamiento.
  • Anualmente, en pacientes con condiciones crónicas que afectan el metabolismo de la vitamina D o en aquellos en tratamiento prolongado.

Es importante considerar que la variabilidad estacional y otros factores pueden influir en los niveles séricos, por lo que la interpretación de los resultados debe hacerse en el contexto clínico del paciente.

RIESGOS Y EFECTOS ADVERSOS   

Hipervitaminosis D

La hipervitaminosis D, aunque infrecuente, representa una condición potencialmente grave, generalmente resultante de la ingesta excesiva de suplementos de vitamina D. La principal consecuencia es la hipercalcemia, que puede manifestarse con síntomas como náuseas, vómitos, debilidad, poliuria, polidipsia, y en casos severos, daño renal, arritmias cardíacas y calcificaciones en tejidos blandos. 

En España, el Sistema Español de Farmacovigilancia ha publicado un aumento en los casos de sobredosis de vitamina D, con 190 notificaciones en la última década, de las cuales 100 fueron graves y cerca del 40% requirieron hospitalización. 

Errores de prescripción y automedicación

Los errores en la prescripción y la automedicación son factores significativos en la aparición de hipervitaminosis D. Entre los errores más comunes se encuentran:

  • Prescripción de dosis excesivas: Administración de dosis superiores a las recomendadas sin una indicación clara.
  • Duplicidad terapéutica: Uso simultáneo de múltiples preparados que contienen vitamina D, como suplementos y medicamentos combinados con calcio.
  • Automedicación: Consumo de suplementos sin supervisión médica, influenciado por información no verificada o recomendaciones no profesionales. 

Estos errores pueden llevar a una ingesta acumulativa de vitamina D que supera los límites seguros, aumentando el riesgo de toxicidad.

Recomendaciones para evitar sobredosificación

Para minimizar el riesgo de hipervitaminosis D en la práctica clínica, se recomienda:

  • Evaluación individualizada: Antes de iniciar la suplementación, considerar factores como edad, comorbilidades, exposición solar y dieta.
  • Adherencia a dosis recomendadas: Seguir las guías clínicas que sugieren una ingesta máxima de 4.000 UI diarias para adultos. 
  • Evitar duplicidades: Revisar todos los suplementos y medicamentos del paciente para prevenir la ingesta simultánea de múltiples fuentes de vitamina D.
  • Educación al paciente: Informar sobre los riesgos de la automedicación y la importancia de seguir las indicaciones médicas.
  • Monitorización: En pacientes en riesgo o con tratamientos prolongados, realizar controles periódicos de los niveles séricos de 25(OH)D y calcio.

CONSIDERACIONES PRACTICAS PARA EL MÉDICO DE FAMILIA   

Algoritmo de decisión clínica

La implementación de un algoritmo clínico facilita la toma de decisiones en la evaluación y manejo de la deficiencia de vitamina D en atención primaria. Este algoritmo debe considerar factores de riesgo, síntomas clínicos y resultados de laboratorio para determinar la necesidad de suplementación o derivación.

Pasos sugeridos:

1.   Evaluación del riesgo: Identificar pacientes con factores de riesgo como edad avanzada, exposición solar limitada, obesidad, enfermedades malabsortivas o uso de medicamentos que afectan el metabolismo de la vitamina D.

2.   Determinación de niveles séricos: En pacientes con claros factores de riesgo se puede considerar la suplementación de vitamina D sin necesidad de determinación previa y en el resto de personas de riesgo o presencia de síntomas compatibles, medir los niveles de 25(OH)D para confirmar la deficiencia.

3.   Inicio de suplementación: Si se confirma la deficiencia, iniciar tratamiento con vitamina D, ajustando la dosis según la gravedad y características del paciente.

4.   Monitorización: Reevaluar los niveles de 25(OH)D después de 3 a 6 meses de tratamiento para ajustar la dosis y asegurar la eficacia.

La utilización de herramientas digitales integradas en la historia clínica electrónica puede facilitar la aplicación de este algoritmo y mejorar la adherencia a las recomendaciones clínicas.

Educación al paciente y prevención

La educación del paciente es fundamental para prevenir la deficiencia de vitamina D y promover hábitos saludables. El médico de familia debe proporcionar información clara y accesible sobre:

  • Fuentes de vitamina D: Explicar la importancia de la exposición solar moderada y la inclusión de alimentos ricos en vitamina D en la dieta, como pescados grasos, huevos y productos fortificados.
  • Suplementación: Indicar cuándo es necesario tomar suplementos de vitamina D, la dosis adecuada y la importancia de seguir las indicaciones médicas.
  • Prevención de sobredosificación: Advertir sobre los riesgos de la automedicación y la importancia de no exceder las dosis recomendadas sin supervisión médica.

El uso de materiales educativos, como folletos o recursos digitales, puede reforzar la información proporcionada durante la consulta y mejorar la comprensión del paciente.

Integración en la historia clínica electrónica

La integración de la información relacionada con la vitamina D en la historia clínica electrónica (HCE) permite un seguimiento más eficiente y una mejor coordinación del cuidado del paciente. Las funcionalidades clave incluyen:

  • Registro de niveles séricos: Documentar los resultados de las pruebas de 25(OH)D y otros parámetros relevantes para facilitar el seguimiento y la toma de decisiones clínicas.
  • Alertas y recordatorios: Configurar alertas para recordar la necesidad de repetir las pruebas de laboratorio o ajustar la dosis de suplementación según los resultados y la evolución del paciente.
  • Protocolos integrados: Incorporar guías clínicas y algoritmos de decisión en la HCE para apoyar al médico en la elección de la mejor estrategia terapéutica.

La utilización efectiva de la HCE contribuye a una atención más segura, eficiente y centrada en el paciente, facilitando la implementación de las recomendaciones clínicas en la práctica diaria.

CONCLUSIONES   

Puntos clave

  • La vitamina D desempeña un papel esencial en la salud ósea y muscular, y su deficiencia se asocia con un aumento del riesgo de fracturas y caídas, especialmente en poblaciones vulnerables como los adultos mayores. Sin embargo, la evidencia sobre los beneficios de la suplementación en enfermedades extraóseas, como las cardiovasculares o autoinmunes, sigue siendo limitada y en ocasiones contradictoria.
  • La prevalencia de hipovitaminosis D es elevada en España, particularmente en grupos de riesgo como personas institucionalizadas, con exposición solar limitada o con enfermedades que afectan la absorción de nutrientes. A pesar de ello, no existe un consenso claro sobre los niveles óptimos de 25(OH)D, lo que complica la toma de decisiones clínicas.
  • Las guías clínicas actuales coinciden en que no se recomienda el cribado universal de vitamina D en la población general, pero sí en grupos específicos de riesgo. La suplementación con colecalciferol es la opción preferida en la mayoría de los casos, con esquemas de dosificación que deben adaptarse a las necesidades individuales del paciente.

Áreas de consenso y desacuerdo

Consensos:

  • La determinación de 25(OH)D está indicada en pacientes con factores de riesgo o síntomas compatibles con deficiencia de vitamina D.
  • La suplementación con vitamina D es beneficiosa en la prevención de fracturas y caídas en adultos mayores con deficiencia documentada.
  • El colecalciferol es la forma preferida para la suplementación debido a su eficacia y perfil de seguridad.

Desacuerdos:

  • No existe un consenso claro sobre los niveles óptimos de 25(OH)D; diferentes guías proponen distintos puntos de corte para definir la deficiencia y la suficiencia.
  • La evidencia sobre los beneficios de la suplementación en enfermedades extraóseas es limitada y en ocasiones contradictoria, lo que genera incertidumbre sobre su utilidad en estos contextos.
  • Las recomendaciones sobre la frecuencia y necesidad de monitorización de los niveles de vitamina D varían entre las distintas guías y expertos.

Implicaciones para la práctica clínica

En atención primaria, es fundamental identificar a los pacientes con riesgo de deficiencia de vitamina D y considerar la suplementación sin necesidad de determinación previa en casos justificados.

  • La elección del preparado y el esquema de dosificación deben individualizarse según las características del paciente, su adherencia al tratamiento y las posibles interacciones con otros medicamentos.
  • Es esencial educar al paciente sobre la importancia de la vitamina D, las fuentes naturales, la exposición solar adecuada y los riesgos asociados a la automedicación y la sobredosificación.
  • La integración de protocolos y alertas en la historia clínica electrónica puede facilitar la identificación de pacientes en riesgo y mejorar la adherencia a las recomendaciones clínicas.

En resumen, el manejo adecuado de la vitamina D en atención primaria requiere un equilibrio entre la evidencia científica disponible, las características individuales de cada paciente y las recomendaciones de las guías clínicas, siempre con un enfoque centrado en la prevención y la educación para la salud.

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