Vitamina D: Controversias en el Cribado y Tratamiento en Atención Primaria
La vitamina D, tradicionalmente
asociada al metabolismo del calcio y la salud ósea, ha adquirido un
protagonismo muy importante en la práctica clínica diaria en los últimos años.
Su deficiencia se ha vinculado no solo a enfermedades musculoesqueléticas como
la osteoporosis y el raquitismo, sino también a trastornos cardiovasculares,
autoinmunes, infecciosos y metabólicos.
En las últimas décadas, el interés por la vitamina D ha experimentado un notable aumento, tanto en la literatura científica como en los medios de comunicación. Este auge se ha traducido en un incremento significativo de las determinaciones séricas de vitamina D y en un mayor consumo de suplementos, a menudo sin una indicación clínica clara. Este fenómeno ha generado debates sobre la medicalización de la salud y la necesidad de establecer criterios más rigurosos para el cribado y tratamiento de la hipovitaminosis D.
Este artículo tiene como objetivo proporcionar una visión actualizada sobre las controversias en torno al cribado y tratamiento de la vitamina D, con un enfoque práctico para el médico de familia, dada su posición estratégica para identificar factores de riesgo y promover intervenciones preventivas.Se abordan aspectos como la fisiología y metabolismo de la vitamina D, la epidemiología de su deficiencia, las recomendaciones actuales para el cribado, la interpretación de niveles séricos, la evidencia sobre suplementación, las estrategias terapéuticas en atención primaria, los riesgos asociados a la hipervitaminosis D y consideraciones prácticas para la toma de decisiones clínicas.
FISIOLOGÍA Y METABOLISMO DE LA VITAMINA D
Fuentes endógenas y exógenas
La vitamina D es una prohormona
liposoluble esencial para la homeostasis del calcio y el fósforo, así como para
diversas funciones inmunomoduladoras. Se presenta en dos formas principales:
- Vitamina D3 (colecalciferol): sintetizada en
la piel a partir del 7-dehidrocolesterol mediante la exposición a la
radiación ultravioleta B (UVB) del sol. Esta es la principal fuente
endógena y representa aproximadamente el 80-90% de la vitamina D total en
individuos con exposición solar adecuada .
- Vitamina D2 (ergocalciferol): obtenida de
fuentes dietéticas, especialmente:
- Alimentos ricos en vitamina D: pescados grasos (salmón, caballa,
sardinas), hígado, yema de huevo y productos lácteos fortificados.
- Suplementos dietéticos:
utilizados para prevenir o tratar deficiencias, especialmente en
poblaciones de riesgo.
Es importante destacar que la
síntesis cutánea puede verse afectada por factores como la latitud, la estación
del año, el uso de protectores solares, la pigmentación de la piel y la edad.
Conversión hepática y renal: 25(OH)D y 1,25(OH)₂D
La vitamina D, ya sea sintetizada
en la piel o ingerida, es biológicamente inactiva y requiere dos
hidroxilaciones para convertirse en su forma activa:
1.
Hidroxilación
hepática: en el hígado, la vitamina D se
convierte en 25-hidroxivitamina D [25(OH)D o calcidiol], el
principal metabolito circulante y el mejor indicador del estado de vitamina D
en el organismo.
2.
Hidroxilación
renal: en los túbulos proximales del
riñón, el 25(OH)D se convierte en 1,25-dihidroxivitamina D [1,25(OH)₂D
o calcitriol], la forma activa que ejerce efectos hormonales en
diversos tejidos.
La producción de 1,25(OH)₂D
está regulada por factores como la hormona paratiroidea (PTH), los niveles de
calcio y fósforo, y el factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF23).
Factores que afectan a la biodisponibilidad
La biodisponibilidad de la vitamina
D puede verse influenciada por diversos factores, entre los que destacan:
- Exposición solar insuficiente: debido a estilos de vida en interiores, uso de ropa que cubre la
mayor parte del cuerpo, aplicación de protectores solares y condiciones
climáticas.
- Edad avanzada: la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D disminuye con la
edad.
- Pigmentación de la piel: la melanina reduce la capacidad de la piel para producir vitamina D
a partir de la luz solar.
- Obesidad: la
vitamina D se secuestra en el tejido adiposo, reduciendo su disponibilidad
en la circulación.
- Trastornos de malabsorción: enfermedades como la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria
intestinal y la cirugía bariátrica pueden disminuir la absorción de
vitamina D.
- Uso de ciertos medicamentos: fármacos como anticonvulsivos, glucocorticoides y algunos
antirretrovirales pueden alterar el metabolismo de la vitamina D.
Estos factores deben considerarse
al evaluar el estado de vitamina D y la necesidad de suplementación en
pacientes.
EPIDEMIOLOGÍA DEL DEFICIT DE VITAMINA D
Prevalencia global y en España
A nivel mundial, se estima que
alrededor de mil millones de personas presentan deficiencia o insuficiencia de
vitamina D.
En España, a pesar de la abundante
exposición solar, la prevalencia de hipovitaminosis D es sorprendentemente
alta. Estudios recientes indican que aproximadamente el 75% de la población
española presenta niveles bajos de vitamina D, una cifra que asciende al 80% en
la población joven.
En personas mayores de 65 años, la
deficiencia alcanza cifras alarmantes del 80-100%, tomando como umbral un valor
inferior a 20 ng/mL.
Estos datos evidencian una
paradoja: a pesar de las condiciones climáticas favorables, la deficiencia de
vitamina D es prevalente en la población española.
Grupos de riesgo identificados
Diversos grupos presentan un mayor
riesgo de deficiencia de vitamina D, entre ellos:
- Personas mayores de 65 años: la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D disminuye con la
edad.
- Individuos con exposición solar limitada: ya sea por estilo de vida, uso de protectores solares o vestimenta
que cubre la mayor parte del cuerpo.
- Personas con piel oscura: la mayor cantidad de melanina reduce la capacidad de la piel para
producir vitamina D a partir de la luz solar.
- Individuos con obesidad: la vitamina D se secuestra en el tejido adiposo, reduciendo su
disponibilidad en la circulación.
- Pacientes con trastornos de malabsorción: enfermedades como la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria
intestinal y la cirugía bariátrica pueden disminuir la absorción de
vitamina D.
- Personas que toman ciertos medicamentos: fármacos como anticonvulsivos, glucocorticoides y algunos
antirretrovirales pueden alterar el metabolismo de la vitamina D.
Identificar a estos grupos es
esencial para implementar estrategias de prevención y tratamiento adecuadas.
Impacto estacional y geográfico
La síntesis cutánea de vitamina D
está influenciada por factores estacionales y geográficos. En España, durante
los meses de invierno y primavera, la posibilidad de sintetizar vitamina D es
escasa, especialmente en regiones por encima del paralelo 35°N.
Además, la latitud y la altitud
afectan la cantidad de radiación ultravioleta B (UVB) que llega a la superficie
terrestre, lo que influye en la producción de vitamina D. Por ejemplo, en
La Rioja, un estudio encontró una alta prevalencia de hipovitaminosis D entre
los usuarios de atención primaria, especialmente en los grupos de mayor edad y
durante los meses de invierno.
Estos factores deben considerarse
al evaluar el estado de vitamina D en pacientes y al planificar intervenciones
de salud pública.
CONTROVERSIAS SOBRE EL CRIBADO
¿Cribado universal o selectivo?
La conveniencia del cribado para la
deficiencia de vitamina D universal versus el selectivo ha sido objeto de
discusión en la comunidad médica. Mientras que algunos abogan por un enfoque
amplio para detectar y corregir deficiencias subclínicas, otros señalan la
falta de evidencias sólidas que respalde beneficios clínicos significativos en
la población general.
La tendencia actual se inclina
hacia un cribado selectivo, centrado en individuos con factores de riesgo
específicos, en lugar de un cribado sistemático de toda la población.
Recomendaciones de sociedades científicas
US Preventive Services Task Force
(USPSTF): Concluye que la evidencia actual
es insuficiente para evaluar los beneficios y perjuicios del cribado de
deficiencia de vitamina D en adultos asintomáticos, y por lo tanto, no
recomienda el cribado universal en esta población.
Endocrine Society: En su guía de práctica clínica de 2024, desaconseja
las pruebas rutinarias de 25(OH)D en individuos sanos y sugiere una
suplementación empírica en grupos específicos de riesgo, como niños y
adolescentes de 1 a 18 años, adultos mayores de 75 años, embarazadas y personas
con prediabetes de alto riesgo.
Sociedad Española de Endocrinología
y Nutrición (SEEN): Recomienda la determinación de
25(OH)D en pacientes con factores de riesgo para deficiencia de vitamina D,
como enfermedades óseas, malabsorción, insuficiencia renal crónica, obesidad,
entre otros .
Indicaciones actuales para la determinación de 25(OH)D
Las indicaciones para medir los
niveles séricos de 25(OH)D se centran en poblaciones con mayor riesgo de
deficiencia o en presencia de condiciones clínicas específicas (Tabla 1).
Tabla 1. Indicaciones de cribado de
vitamina D en atención primaria
Grupo de riesgo |
Recomendación de cribado |
Personas mayores de 65 años |
Sí |
Pacientes con osteoporosis o fracturas previas |
Sí |
Enfermedades malabsortivas (celiaquía, Crohn,
etc.) |
Sí |
Insuficiencia renal crónica |
Sí |
Obesidad (IMC > 30) |
Sí |
Embarazo y lactancia |
Sí |
Piel oscura o exposición solar limitada |
Considerar |
Población general asintomática |
No |
En estos casos, la medición de
25(OH)D puede guiar decisiones terapéuticas y monitorizar la eficacia de la
suplementación.
Limitaciones de las pruebas de laboratorio y variabilidad interindividual
La determinación de los niveles de
25(OH)D presenta varias limitaciones que deben considerarse en la práctica
clínica:
- Variabilidad interindividual: Factores como
la edad, el índice de masa corporal, la pigmentación de la piel, la
exposición solar y la dieta pueden influir significativamente en los
niveles de vitamina D, lo que complica la interpretación de los resultados.
- Variabilidad estacional: Los niveles de
vitamina D pueden fluctuar según la estación del año, siendo más bajos en
invierno y más altos en verano, especialmente en regiones con variaciones
significativas en la exposición solar.
- Diferencias entre métodos de laboratorio:
Existen múltiples métodos para medir 25(OH)D, y la falta de
estandarización puede llevar a discrepancias en los resultados entre
diferentes laboratorios.
- Interpretación clínica: La correlación entre
los niveles séricos de 25(OH)D y los desenlaces clínicos no siempre es
clara, lo que plantea desafíos en la toma de decisiones basadas únicamente
en estos valores.
Estas limitaciones subrayan la
importancia de contextualizar los resultados de las pruebas de vitamina D
dentro del cuadro clínico completo del paciente y no basar decisiones
terapéuticas únicamente en valores aislados.
INTERPRETACIÓN DE NIVELES SÉRICOS
Rangos de referencia: deficiencia, insuficiencia y suficiencia
La interpretación de los niveles
séricos de 25-hidroxivitamina D [25(OH)D] es esencial para evaluar el estado de
vitamina D en los pacientes. Aunque existe cierta variabilidad entre las guías
clínicas, se pueden establecer los siguientes rangos de referencia:
- Deficiencia: < 20 ng/mL (50 nmol/L)
- Insuficiencia: 20–29 ng/mL (50–75 nmol/L)
- Suficiencia: ≥ 30 ng/mL (≥ 75 nmol/L)
Estos valores se basan en la
relación entre los niveles de 25(OH)D y la salud ósea, así como en la supresión
óptima de la PTH .
Tabla 2. Clasificación de los
niveles séricos de 25(OH)D
Nivel de 25(OH)D (ng/mL) |
Interpretación clínica |
< 12 |
Deficiencia severa |
12–20 |
Deficiencia |
21–29 |
Insuficiencia |
30–50 |
Suficiencia (objetivo general) |
50–100 |
Óptimo en ciertas condiciones clínicas |
100 |
Riesgo de toxicidad |
Discrepancias entre guías clínicas
Diversas organizaciones han
propuesto diferentes umbrales para definir la suficiencia de vitamina D, lo que
puede generar confusión en la práctica clínica:
- Instituto de Medicina (IOM): Considera que
niveles de 20 ng/mL son adecuados para la mayoría de la población.
- Endocrine Society: Recomienda niveles ≥ 30
ng/mL para asegurar una salud ósea óptima y prevenir el
hiperparatiroidismo secundario.
- Sociedad Española de Endocrinología y
Nutrición (SEEN): Sugiere mantener niveles entre 30–40 ng/mL para una
salud ósea adecuada .
Estas discrepancias reflejan la
necesidad de individualizar la interpretación de los niveles de vitamina D
según el contexto clínico y los factores de riesgo del paciente.
Relación con PTH y salud ósea
La vitamina D desempeña un papel
crucial en la regulación del metabolismo del calcio y la salud ósea. Niveles
bajos de 25(OH)D pueden conducir a un aumento en la secreción de PTH, lo que a
su vez incrementa la resorción ósea y el riesgo de osteoporosis y fracturas .
Algunos estudios han demostrado que
niveles de 25(OH)D por encima de 30 ng/mL se asocian con una supresión óptima
de la PTH y una mejor salud ósea . Por lo tanto, es fundamental considerar
tanto los niveles de vitamina D como los de PTH al evaluar el riesgo de
enfermedades óseas y decidir sobre la necesidad de suplementación.
EVIDENCIA SOBRE SUPLEMENTACIÓN DE VITAMINA D
Beneficios óseos: prevención de fracturas y caídas
La suplementación con vitamina D ha
sido ampliamente estudiada en relación con la salud ósea, especialmente en
poblaciones de riesgo como adultos mayores. La evidencia sugiere que niveles
adecuados de vitamina D mejoran el metabolismo óseo e incrementan la densidad
mineral ósea, lo que puede reducir el riesgo de fracturas. Además, se ha
observado una mejoría en la función muscular, disminuyendo así el riesgo de
caídas .
Sin embargo, algunos estudios han
mostrado resultados mas limitados. Por ejemplo, un metaanálisis reciente indicó
que la suplementación con vitamina D, especialmente cuando se combina con
calcio, puede reducir el riesgo de fracturas en adultos mayores, aunque la
magnitud del beneficio puede variar según la población estudiada y las dosis
utilizadas .
Evidencia en enfermedades extraóseas: cardiovascular, autoinmunes, infecciosas
La vitamina D también ha sido
investigada por sus posibles efectos en enfermedades no óseas:
- Enfermedades cardiovasculares: Aunque algunos estudios observacionales han sugerido una
asociación entre niveles bajos de vitamina D y mayor riesgo
cardiovascular, los ensayos clínicos no han demostrado beneficios
significativos de la suplementación de vitamina D en la prevención de
eventos cardiovasculares.
- Enfermedades autoinmunes: La vitamina D posee propiedades inmunomoduladoras. Evidencia
epidemiológica sugiere que bajas concentraciones de vitamina D se
relacionan con la severidad de varias enfermedades autoinmunes . Sin
embargo, se necesitan más estudios para establecer una relación
causal y determinar el impacto de la suplementación .
- Enfermedades infecciosas: La vitamina D puede influir en la respuesta inmune frente a
infecciones. Durante la pandemia de COVID-19, se observó que niveles
adecuados de vitamina D podrían estar asociados con una menor gravedad de
la enfermedad, aunque las evidencias no son concluyentes y se
requieren más investigaciones .
Resultados de ensayos clínicos y metaanálisis recientes
Los ensayos clínicos y metaanálisis
recientes han proporcionado información valiosa sobre la eficacia de la
suplementación con vitamina D:
- Un metaanálisis sugiere que la
suplementación con vitamina D, especialmente cuando se combina con calcio,
puede reducir el riesgo de fracturas en adultos mayores .
- Algunos estudios han mostrado beneficios con
dosis diarias de 800 a 1000 UI de vitamina D, en la prevención de caídas,
mejorando la fuerza muscular y el equilibrio .
- Sin embargo, otros estudios han cuestionado
la eficacia de la suplementación de la vitamina D en la prevención de
caídas y fracturas, especialmente en poblaciones sin deficiencia de
vitamina D .
Dosis efectivas y seguridad
La dosificación adecuada de
vitamina D es crucial para maximizar beneficios y minimizar riesgos:
- Dosis recomendadas: Para adultos con
deficiencia de vitamina D, se recomienda una dosis de carga de 50.000 UI
semanales durante 8 semanas, seguida de una dosis de mantenimiento de
1.500 a 2.000 UI diarias .
- Límites de seguridad: La ingesta máxima
tolerable de vitamina D para adultos se sitúa en 4.000 UI diarias. Dosis
superiores pueden aumentar el riesgo de hipercalcemia y otros efectos
adversos .
- Es importante tener en cuenta la interacción
de la vitamina D con otros nutrientes, como la vitamina K, que juega un
papel en la regulación del calcio y puede influir en la seguridad de la
suplementación .
ESTRATEGIAS TERAPÉUTICAS EN ATENCIÓN PRIMARIA
Indicaciones para iniciar tratamiento sin determinación previa de vitamina D
En atención primaria, existen
situaciones clínicas en las que se justifica iniciar la suplementación con
vitamina D sin necesidad de medir previamente los niveles séricos de 25(OH)D.
Esto se aplica especialmente a grupos de alto riesgo de deficiencia, donde la
probabilidad de hipovitaminosis D es elevada y la determinación analítica puede
no ser coste-efectiva. Los grupos en los que se puede iniciar tratamiento sin
determinación previa son :
- Personas mayores institucionalizadas o con
movilidad reducida.
- Pacientes con osteoporosis diagnosticada o
fracturas por fragilidad.
- Individuos con enfermedades que afectan la
absorción intestinal (enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria
intestinal, cirugía bariátrica).
- Pacientes en tratamiento crónico con
fármacos que interfieren con el metabolismo de la vitamina D
(anticonvulsivos, glucocorticoides).
- Personas con exposición solar limitada o con
hábitos culturales que implican cubrir la mayor parte del cuerpo.
En estos casos, se recomienda una
suplementación de mantenimiento con 800 a 1.000 UI diarias de vitamina D, sin
necesidad de una analítica inicial.
Elección del preparado: colecalciferol vs. calcifediol
La elección entre colecalciferol
(vitamina D3) y calcifediol (25-hidroxivitamina D3) depende de las
características clínicas del paciente y de consideraciones farmacocinéticas.
Tabla 3. Comparación entre
colecalciferol (Deltius®) y calcifediol (Hidroferol®)
Característica |
Colecalciferol (D3) |
Calcifediol (25(OH)D) |
Forma activa |
No |
Sí |
Inicio de acción |
Lento |
Rápido |
Vida media |
Larga |
Corta |
Uso en insuficiencia hepática |
Menos eficaz |
Más eficaz |
Disponibilidad en España |
Alta |
Alta |
Colecalciferol:
- Es la forma preferida para la mayoría de los
pacientes debido a su eficacia, seguridad y flexibilidad en la
dosificación.
- Permite esquemas de dosificación diaria,
semanal o mensual, facilitando la adherencia al tratamiento.
Calcifediol:
- Indicado en situaciones específicas, como en
pacientes con insuficiencia hepática, donde la conversión de
colecalciferol a calcifediol está comprometida.
- Tiene una absorción más rápida y predecible,
lo que puede ser beneficioso en casos de deficiencia severa que requieren
una rápida corrección.
En general, el colecalciferol es
adecuado para la mayoría de los pacientes en atención primaria, reservando el
calcifediol para casos particulares.
Esquemas de dosificación: diaria, semanal, mensual
La elección del esquema de
dosificación debe individualizarse según las necesidades del paciente, la
gravedad de la deficiencia y la probabilidad de adherencia al tratamiento.
Tabla 4. Esquemas de dosificación
de vitamina D
Esquema |
Dosis (UI) |
Frecuencia |
Comentarios |
Diario |
800–1,000 |
Diaria |
Mejora la adherencia en algunos pacientes |
Semanal |
5,600–7,000 |
Semanal |
Equivalente a dosis diaria |
Mensual |
24,000–30,000 |
Mensual |
Útil en pacientes con baja adherencia |
Dosis de carga |
50,000 |
Semanal (por 6–8 semanas) |
Para deficiencia severa |
Esquemas recomendados:
- Deficiencia severa (<20 ng/mL):
- 50.000 UI de colecalciferol
semanal durante 8 semanas.
- Alternativamente, 7.000 UI
diarias durante 8 semanas.
- Mantenimiento:
- 1.500 a 2.000 UI diarias.
- 25.000 UI cada 15 días o
50.000 UI mensuales.
La elección entre dosificación
diaria, semanal o mensual debe basarse en la preferencia del paciente y la
posibilidad de garantizar una buena adherencia al tratamiento.
Monitorización y seguimiento: ¿cuándo repetir niveles?
La monitorización de los niveles
séricos de 25(OH)D no es necesaria en todos los pacientes, especialmente cuando
se trata de suplementación en grupos de riesgo sin determinación previa. Sin
embargo, en pacientes con deficiencia documentada o en aquellos con condiciones
que afectan el metabolismo de la vitamina D, se recomienda repetir la medición
de 25(OH)D:
- Después de 3 a 6 meses de iniciar la
suplementación, para evaluar la respuesta al tratamiento.
- Anualmente, en pacientes con condiciones
crónicas que afectan el metabolismo de la vitamina D o en aquellos en
tratamiento prolongado.
Es importante considerar que la
variabilidad estacional y otros factores pueden influir en los niveles séricos,
por lo que la interpretación de los resultados debe hacerse en el contexto
clínico del paciente.
RIESGOS Y EFECTOS ADVERSOS
Hipervitaminosis D
La hipervitaminosis D, aunque
infrecuente, representa una condición potencialmente grave, generalmente
resultante de la ingesta excesiva de suplementos de vitamina D. La principal
consecuencia es la hipercalcemia, que puede manifestarse con síntomas como
náuseas, vómitos, debilidad, poliuria, polidipsia, y en casos severos, daño
renal, arritmias cardíacas y calcificaciones en tejidos blandos.
En España, el Sistema Español de
Farmacovigilancia ha publicado un aumento en los casos de sobredosis de
vitamina D, con 190 notificaciones en la última década, de las cuales 100
fueron graves y cerca del 40% requirieron hospitalización.
Errores de prescripción y automedicación
Los errores en la prescripción y la
automedicación son factores significativos en la aparición de hipervitaminosis
D. Entre los errores más comunes se encuentran:
- Prescripción de dosis excesivas:
Administración de dosis superiores a las recomendadas sin una indicación
clara.
- Duplicidad terapéutica: Uso simultáneo de
múltiples preparados que contienen vitamina D, como suplementos y
medicamentos combinados con calcio.
- Automedicación: Consumo de suplementos sin
supervisión médica, influenciado por información no verificada o
recomendaciones no profesionales.
Estos errores pueden llevar a una
ingesta acumulativa de vitamina D que supera los límites seguros, aumentando el
riesgo de toxicidad.
Recomendaciones para evitar sobredosificación
Para minimizar el riesgo de
hipervitaminosis D en la práctica clínica, se recomienda:
- Evaluación individualizada: Antes de iniciar
la suplementación, considerar factores como edad, comorbilidades,
exposición solar y dieta.
- Adherencia a dosis recomendadas: Seguir las
guías clínicas que sugieren una ingesta máxima de 4.000 UI diarias para
adultos.
- Evitar duplicidades: Revisar todos los
suplementos y medicamentos del paciente para prevenir la ingesta
simultánea de múltiples fuentes de vitamina D.
- Educación al paciente: Informar sobre los
riesgos de la automedicación y la importancia de seguir las indicaciones
médicas.
- Monitorización: En pacientes en riesgo o con
tratamientos prolongados, realizar controles periódicos de los niveles
séricos de 25(OH)D y calcio.
CONSIDERACIONES PRACTICAS PARA EL MÉDICO DE FAMILIA
Algoritmo de decisión clínica
La implementación de un algoritmo
clínico facilita la toma de decisiones en la evaluación y manejo de la
deficiencia de vitamina D en atención primaria. Este algoritmo debe considerar
factores de riesgo, síntomas clínicos y resultados de laboratorio para
determinar la necesidad de suplementación o derivación.
Pasos sugeridos:
1.
Evaluación del riesgo: Identificar
pacientes con factores de riesgo como edad avanzada, exposición solar limitada,
obesidad, enfermedades malabsortivas o uso de medicamentos que afectan el
metabolismo de la vitamina D.
2.
Determinación de niveles séricos:
En pacientes con claros factores de riesgo se puede considerar la
suplementación de vitamina D sin necesidad de determinación previa y en el
resto de personas de riesgo o presencia de síntomas compatibles, medir los niveles
de 25(OH)D para confirmar la deficiencia.
3.
Inicio de suplementación: Si se
confirma la deficiencia, iniciar tratamiento con vitamina D, ajustando la dosis
según la gravedad y características del paciente.
4.
Monitorización: Reevaluar los
niveles de 25(OH)D después de 3 a 6 meses de tratamiento para ajustar la dosis
y asegurar la eficacia.
La utilización de herramientas
digitales integradas en la historia clínica electrónica puede facilitar la
aplicación de este algoritmo y mejorar la adherencia a las recomendaciones
clínicas.
Educación al paciente y prevención
La educación del paciente es
fundamental para prevenir la deficiencia de vitamina D y promover hábitos
saludables. El médico de familia debe proporcionar información clara y
accesible sobre:
- Fuentes de vitamina D: Explicar la
importancia de la exposición solar moderada y la inclusión de alimentos
ricos en vitamina D en la dieta, como pescados grasos, huevos y productos
fortificados.
- Suplementación: Indicar cuándo es necesario
tomar suplementos de vitamina D, la dosis adecuada y la importancia de
seguir las indicaciones médicas.
- Prevención de sobredosificación: Advertir
sobre los riesgos de la automedicación y la importancia de no exceder las
dosis recomendadas sin supervisión médica.
El uso de materiales educativos,
como folletos o recursos digitales, puede reforzar la información proporcionada
durante la consulta y mejorar la comprensión del paciente.
Integración en la historia clínica electrónica
La integración de la información
relacionada con la vitamina D en la historia clínica electrónica (HCE) permite
un seguimiento más eficiente y una mejor coordinación del cuidado del paciente.
Las funcionalidades clave incluyen:
- Registro de niveles séricos: Documentar los
resultados de las pruebas de 25(OH)D y otros parámetros relevantes para
facilitar el seguimiento y la toma de decisiones clínicas.
- Alertas y recordatorios: Configurar alertas
para recordar la necesidad de repetir las pruebas de laboratorio o ajustar
la dosis de suplementación según los resultados y la evolución del
paciente.
- Protocolos integrados: Incorporar guías
clínicas y algoritmos de decisión en la HCE para apoyar al médico en la
elección de la mejor estrategia terapéutica.
La utilización efectiva de la HCE
contribuye a una atención más segura, eficiente y centrada en el paciente,
facilitando la implementación de las recomendaciones clínicas en la práctica
diaria.
CONCLUSIONES
Puntos clave
- La vitamina D desempeña un papel esencial en la salud ósea y muscular,
y su deficiencia se asocia con un aumento del riesgo de fracturas y
caídas, especialmente en poblaciones vulnerables como los adultos mayores.
Sin embargo, la evidencia sobre los beneficios de la suplementación en
enfermedades extraóseas, como las cardiovasculares o autoinmunes, sigue
siendo limitada y en ocasiones contradictoria.
- La prevalencia de hipovitaminosis D es elevada en España,
particularmente en grupos de riesgo como personas institucionalizadas, con
exposición solar limitada o con enfermedades que afectan la absorción de
nutrientes. A pesar de ello, no existe un consenso claro sobre los niveles
óptimos de 25(OH)D, lo que complica la toma de decisiones clínicas.
- Las guías clínicas actuales coinciden en que no se recomienda el
cribado universal de vitamina D en la población general, pero sí en grupos
específicos de riesgo. La suplementación con colecalciferol es la opción
preferida en la mayoría de los casos, con esquemas de dosificación que
deben adaptarse a las necesidades individuales del paciente.
Áreas de consenso y desacuerdo
Consensos:
- La determinación de 25(OH)D está indicada en
pacientes con factores de riesgo o síntomas compatibles con deficiencia de
vitamina D.
- La suplementación con vitamina D es
beneficiosa en la prevención de fracturas y caídas en adultos mayores con
deficiencia documentada.
- El colecalciferol es la forma preferida para
la suplementación debido a su eficacia y perfil de seguridad.
Desacuerdos:
- No existe un consenso claro sobre los
niveles óptimos de 25(OH)D; diferentes guías proponen distintos puntos de
corte para definir la deficiencia y la suficiencia.
- La evidencia sobre los beneficios de la
suplementación en enfermedades extraóseas es limitada y en ocasiones
contradictoria, lo que genera incertidumbre sobre su utilidad en estos
contextos.
- Las recomendaciones sobre la frecuencia y
necesidad de monitorización de los niveles de vitamina D varían entre las
distintas guías y expertos.
Implicaciones para la práctica clínica
En atención primaria, es
fundamental identificar a los pacientes con riesgo de deficiencia de vitamina D
y considerar la suplementación sin necesidad de determinación previa en casos
justificados.
- La elección del preparado y el esquema de
dosificación deben individualizarse según las características del
paciente, su adherencia al tratamiento y las posibles interacciones con
otros medicamentos.
- Es esencial educar al paciente sobre la
importancia de la vitamina D, las fuentes naturales, la exposición solar
adecuada y los riesgos asociados a la automedicación y la
sobredosificación.
- La integración de protocolos y alertas en la
historia clínica electrónica puede facilitar la identificación de
pacientes en riesgo y mejorar la adherencia a las recomendaciones
clínicas.
En resumen, el manejo adecuado de
la vitamina D en atención primaria requiere un equilibrio entre la evidencia
científica disponible, las características individuales de cada paciente y las
recomendaciones de las guías clínicas, siempre con un enfoque centrado en la
prevención y la educación para la salud.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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