RESUMEN
La otitis externa aguda se define como una inflamación de la piel del conducto auditivo externo (CAE), producida en general por gérmenes gram negativos, como Pseudomonas aeruginosa, y gram positivos, como Estafilococo aureus. Su diagnóstico se establece por la presencia de síntomas de instauración rápida, como otalgia, acompañada de prurito, sensación de plenitud y en ocasiones disminución de la audición. En la otoscopia se objetivan signos inflamatorios en el conducto auditivo externo.
EPIDEMIOLOGÍA
La otitis externa aguda es un proceso relativamente frecuente en Atención Primaria, con una
incidencia anual del 0,5-1%, afectando al 10% de la población a lo largo de la
vida. Se presenta en personas de todas las edades, pero es mas frecuente entre los 7 y 12 años y disminuye
en personas mayores de 50 años. Es mas frecuente en
mujeres que en hombres. Su
incidencia aumenta en los meses de verano, asociándose a
temperaturas cálidas, humedad, y a la utilización de piscinas.
ETIOLOGÍA
Frecuentemente su etiología es bacteriana,
a menudo polimicrobiana, pero los patógenos más comunes son Pseudomonas
aeruginosa (20% a 60% de prevalencia) y Staphylococcus aureus (10% a 70% de
prevalencia). Otras posibles etiologías y factores con los que se asocia son: idiopática, traumática (por el
rascado y limpieza agresiva del CAE), irritantes químicos, alergica (es común tras
la aplicación de gotas óticas de antibiótico, como por ejemplo la neomicina),
condiciones de alta humedad, natación y enfermedad de la piel (dermatitis
alérgica, dermatitis atópica, psoriasis).
FISIOPATOLOGÍA
La piel del CAE y la producción
de cerumen ejercen un efecto protector contra las infecciones, como consecuencia
de que el cerumen produce un pH ligeramente acido. Sin embargo, la perdida de
la integridad de la piel, la disminución de la producción de cerumen, o la
obstrucción del CAE con cerumen o un cuerpo extraño, que promueve la retención de
agua, pueden predisponer a la infección. La perdida de la integridad de piel
puede producirse por un traumatismo directo, rascado, limpieza excesiva, la humedad o el agua persistente en el conducto auditivo externo.
CLASIFICACIÓN DE LAS OTITIS EXTERNAS
Hay diversas formas de clasificar
las otitis externas, siendo probablemente la más útil, sobre todo en cuanto a actitudes
terapéuticas se refiere, la que se recoge a continuación:
Otitis externa localizada (furunculosis): Se trata de la infección
de uno de los folículos pilosos del tercio externo del CAE. Es originada
generalmente por un Estafilococo aureus.
Otitis externa difusa: Infección extendida por todo el CAE, concha
o membrana timpánica.
Otitis externa eccematosa: Frecuentemente secundaria a una afección
cutánea generalizada, como dermatitis seborreica, dermatitis alérgica,
dermatitis atópica, psoriasis, procesos hiperqueratosicos, etc. No es una
otitis infecciosa inicialmente pero frecuente se produce colonización y posterior sobreinfección
del CAE.
Video otitis externa seborreica
Otitis externa invasiva (granulomatosa / necrotizante / maligna): Se
trata de un proceso que se presenta preferentemente en personas diabéticas, inmunodeprimidas, mayores, etc., caracterizado por inflamación del CAE que se disemina
hacia el tejido conectivo, cartílago y hueso subyacente. Suele estar provocada por P. aeruginosa
y menos frecuentemente por S. aureus.
Otomicosis: Infección del CAE por hongos. Constituyen un 6-8% de
las otitis externas y pueden ser primarias o secundarias a otitis externas
bacterianas. Es raro que progresen en profundidad. En España, los hongos
causantes más frecuentes son: Candida albicans, Aspergilus niger (puntos
negruzcos), Aspergilus fumigatus y Penicillium.
Otitis externa por virus: Los virus
mas frecuentemente implicado son: ortomixovirus A, B y C, rinovirus, virus
respiratorio sincitial, parainfluenza 1, 2, 3 y 4, adenovirus, herpes simple y zoster.
La forma más característica de presentación es la Miringitis bullosa, que
cursa con otalgia uni o bilateral así
como hipoacusia leve. En la otoscopia se visualizan una o más bullas de
contenido hemorrágico sobre la membrana timpánica y la zona del CAE cercana.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de otitis externa aguda suele ser clínico, basándose en la presencia de síntomas de instauración
rápida, junto con signos inflamatorios del CAE.
.
Historia y examen
físico
El síntoma más característico es
la otalgia de instauración brusca, generalmente en menos de 48 horas, acompañada de prurito, sensación de plenitud
y disminución de la audición. El antecedente de una infección respiratoria los
días previos es frecuente en las otitis externas de etiología viral.
En el examen físico puede haber dolor
a la presión en el trago, y a la manipulación del conducto auditivo externo. Habitualmente,
hay disociación clínico otoscópica, puesto que el paciente tiene un dolor muy
superior a los escasos signos inflamatorios que pueden visualizarse en fases
iniciales. Conforme evoluciona, la piel del conducto auditivo externo tiene
grados variables de edema y eritema y no es rara una ligera supuración. A
veces, el CAE está muy hinchado, hasta el punto de impedir el examen de la
membrana timpánica. La fiebre no es común y cuando aparece suele reflejar una
infección mixta por estafilococo y pseudomonas. En ciertos casos, pueden
palparse adenopatías cervicales. La otomicosis suele cursa con prurito y
otorrea caseosa en pacientes con factores predisponentes, (humedad, uso
prolongado de antibióticos o corticoides locales).
La membrana timpánica suele ser normal
o levemente enrojecida. En la otitis externa viral la inflamación del CAE se
acompaña en ocasiones de vesículas hemorrágicas (Miringitis bullosa). En la otitis
externa eccematosa encontramos un CAE seco y descamado, siendo frecuente la existencia
de tapones epidérmicos difíciles de extraer. En la otitis externa circunscrita
la otoscopia es muy dolorosa y se observa una prominencia cubierta por piel
enrojecida y a tensión, y en su vértice un absceso blanquecino centrado en un
pelo del tercio externo del CAE.
La otoscopia neumática es una técnica
diagnóstica rápida y barata que permite al médico evaluar el movimiento de la membrana
timpánica, que será normal en los pacientes con otitis externa aguda y reducida
o ausente en pacientes con otitis media aguda. Del mismo modo la timpanometría en los casos de otitis
externa será normal.
Video de otoscopia normal
Video de otitis externa
Exploraciones
complementarias
Los pacientes con otitis externa aguda que
no responden al tratamiento convencional deben ser reevaluados para asegurar
que siguen correctamente el tratamiento y descartar otros procesos como otitis
externa fúngica, otitis externa maligna, etc.
En la visita inicial el cultivo
del exudado del oído es generalmente innecesario, pero se debe realizar en pacientes
que no mejoran con el tratamiento. Los organismos más comúnmente aislados
son especies de Pseudomonas y Staphylococcus. Los cultivos negativos a veces se
obtienen en pacientes que están en tratamiento con antibióticos, ya sea tópico
o sistémico. En la otitis externa fúngica la microscopía de exudado o restos
del CAE puede revelar la existencia hifas filamentosas blancas o esporas de
Aspergillus niger y el cultivo ser positivo para hongos.
Video de otomicosis
Un TAC del oído y hueso temporal
con y sin contraste, para descartar otitis externa maligna, se debe realizar a
los pacientes que presentan otalgia severa, a pesar del tratamiento, o ante la
presencia de tejido de granulación en el CAE. En situaciones similares, y en
los casos en que la TAC muestra destrucción ósea, una RMN se debe solicitar para
delimitar mejor el alcance de la infección. Los pacientes con diabetes mellitus
u otras inmunodeficiencias son particularmente susceptibles de presentar otitis
externa maligna y requieren una evaluación radiológica si hay alguna sospecha
de que pueden tener la enfermedad.
Diagnostico
diferencial
El diagnóstico diferencial debe
realizarse fundamentalmente con la otitis media aguda, otitis externa crónica
externa, colesteatoma y cáncer del conducto auditivo externo.
Otitis media aguda: La otoscopia neumática muestra la movilidad normal
de la membrana timpánica en la otitis externa aguda y limitada o inexistente en
la otitis media aguda.
Otitis externa crónica: Es la inflamación de la piel del canal
auditivo que dura más de 3 semanas. Es el resultado de otitis externas
recurrentes, infecciones bacterianas o micóticas, enfermedades de la piel
subyacente, u otorrea por infecciones del oído medio. Los pacientes suelen
presentar picor y otorrea escasa, pero no dolor. El examen físico del oído
varía, dependiendo de la severidad de la infección, desde piel seca a presencia
de tejido de granulación.
Colesteatoma: El colesteatoma se caracteriza por crecimiento, en el
oído medio, de tejido epitelial con todas sus capas. Este tejido va creciendo y
acumulándose progresivamente, a medida que va destruyendo el hueso circundante.
Aunque su crecimiento es lento, si no se trata a tiempo puede destruir
completamente las estructuras del oído medio y el oído interno. Debe tenerse en
cuenta en cuenta sobre todo en casos refractarios que no responden al
tratamiento médico. La otoscopia muestra típicamente la corteza de queratina en
el ático (parte superior del oído medio), la pars flácida, o la pars tensa, con
o sin perforación de la membrana timpánica. La TAC puede ayudar a confirmar el
diagnóstico y conocer la extensión de la enfermedad.
Cáncer del conducto auditivo externo. Debe sospecharse ante otitis
medias refractarias al tratamiento
medico habitual con tejido de granulación. Se confirmara con la biopsia del material
del CAE.
PREVENCIÓN
La prevención primaria de la otitis
externa aguda está dirigida a evitar factores de riesgo y se centra
principalmente en preservar los mecanismo de defensa natural del CAE. No
existen ensayos aleatorios disponibles que evalúen la eficacia de las medidas
preventivas pero los expertos recomiendan: eliminación de cerumen, (a los
pacientes que acumulan cera en el CAE o que tienen un CAE estrecho se les debe
realizar limpieza del CAE cada 6-12 meses), eliminación del agua del CAE y la administración
de gotas de ácido acético después de nadar (Composición de la fórmula
magistral: Acido acético 2 ml, Propilenglicol (agua destilada o suero
fisiológico) csp. ... 100 ml, o también
se puede preparar domésticamente (vinagre común de cocina diluido al 50% en
agua), prevención de traumatismos en el CAE con bastoncillos de algodón y otros
objetos.
Otras medidas propuestas incluyen
el tratamiento de las enfermedades de la piel subyacente, como la dermatitis
seborreica, etc, el control de la diabetes, y evitar el contacto con ciertos
productos (gotas de neomicina gotas, algunos tipos de moldes para el oído) en
pacientes con alergias conocidas.
TRATAMIENTO
Los principales objetivos del
tratamiento son controlar el dolor, curar la infección y prevenir la
recurrencia.
Analgésicos
El dolor leve a moderado se
controla normalmente con paracetamol solo o en combinación con un opioide, como
por ejemplo, paracetamol con codeína, o ibuprofeno junto con codeína. La
aplicación de calor local también resulta de utilidad pata el alivio del dolor.
Antibióticos
El tratamiento antibiótico se dirige
inicialmente a cubrir una potencial infección bacteriana, siendo la vía tópica
la de primera elección. Si hay mucho material orgánico y exudados en el CAE se
debe proceder primero a la limpieza y
aspiración del CAE, y una vez que este está permeable se administra el antibiótico
localmente.
Clásicamente, se han venido
utilizando preparados tópicos con aminoglucósidos (neomicina, polimixina o
colistina), asociados con dexametasona para acelerar el alivio de los síntomas,
a razón de 2 gotas, 4 veces al día durante 7 días. Estos preparados resultan
eficaces y baratos, sin embargo, para su uso hay que tener la absoluta certeza
de que la membrana timpánica no está perforada, lo que puede ser difícil de
asegurar si hay secreciones o tapones en el CAE, puesto que se ha descrito, aunque
en raras ocasiones, ototoxicidad. Además, estos preparados llevan
propilenglicol y ácido acético, siendo irritantes y en ocasiones molestos, y por
otra parte, se han descrito reacciones de sensibilización a los aminoglucósidos
tópicos.
En la actualidad las quinolonas tópicas
(ciprofloxacino,
ofloxacino, ciprofloxacino+
corticoide) se han convertido en los antibióticos de primera elección,
siendo eficaces frente a los patógenos gram negativos y positivos que mas
frecuentemente causan la otitis externa. En una revisión sistemática se
encontró que una combinación de ciprofloxacino/dexametasona es segura y
efectiva en pacientes con otitis externa aguda. Por otra parte, la
hipersensibilidad a las gotas de quinolonas no es muy común, y pueden ser
utilizadas en pacientes con perforaciones de la membrana timpánica. La dosis
habitual es de dos veces al día, en comparación con las 4 veces al día que
requieren los preparados anteriores, lo que podría tener un efecto favorable
sobre el cumplimiento del tratamiento.
La correcta aplicación de las
gotas requerirá que el paciente se recueste con el oído enfermo hacia arriba y
que espere unos instantes para que la solución penetre bien en el conducto;
además, se puede presionar el trago varias veces para facilitar el proceso. Si
el CAE está parcialmente obstruido por edema puede ser necesario aplicar un
molde de celulosa (Merocel) o gasa de borde que sirva de mecha para la
aplicación del antibiótico, la cual será retirada en 2-3 días y se continuará
el tratamiento durante una semana hasta completar el ciclo.
Es importante saber que los
antimicrobianos óticos contienen sustancias acidificantes que pueden causar
quemazón a la hora de su aplicación, razón por la que si resultan molestos para
el paciente podrán ser sustituidos por preparados tópicos oculares.
El tratamiento vía oral está
indicado en casos de celulitis, adenopatía cervical, fiebre alta u otitis media
aguda asociada. El tratamiento de elección vía oral es el ciprofloxacino,
750 mg/12 horas, 7 días, y en caso de otitis externas circunscritas cloxacilina.
0,5-1 g/6 horas, vía oral, 10 días o amoxicilina-clavulánico. 500/125 mg/8 horas,
vía oral, 10 días.
Antifúngicos
El tratamiento de la otomicosis comprende la limpieza minuciosa del
conducto auditivo externo por microaspiración, la eliminación del agente etiológico
con antifungicos, la reducción de la inflamación, edema, dolor y prurito, y la
eliminación o control de los factores predisponentes.
El tratamiento antifungico de elección
siegue siendo controvertido. El uso acido acético 3-6 gotas cada 2-3 horas, durante 7-10 días es
eficaz en muchos casos. (Composición de la fórmula magistral: Acido acético 2
ml, Propilenglicol (agua destilada o suero fisiológico) csp. ... 100 ml), pero las infecciones más graves
requerirán la aplicación tópica de antifúngicos. Es muy importante el empleo de
una mecha o tira de gasa de algodón impregnada con el antifúngico tópico, por
ejemplo clotrimazol
1%, o sertaconazol,
para asegurar el contacto del fármaco con la piel. En los casos en que se
cultive Candida, el ketoconazol
tópico es el fármaco de elección. En los pacientes con perforación de la
membrana timpánica se debe utilizar para prevenir la ototoxicidad el tolnaftato. La otitis externa secundaria a infecciones
por Aspergillus puede requerir el uso de itraconazol
oral.
Tratamiento de
pacientes con morbilidad asociada
Los pacientes con diabetes o
inmunodeprimidos tienen un mayor riesgo de evolución hacia un cuadro grave o de
desarrollar una otitis externa maligna. El tratamiento en estos pacientes
requiere el uso de antibióticos sistémicos, además de los tratamientos tópicos.
El tratamiento de elección vía oral es el ciprofloxacino, 750 mg/12 horas, 7
días, sin embargo, no puede ser utilizado en niños.
Los pacientes con dermatitis
subyacente u otros trastornos de la piel deben ser tratados con
corticosteroides tópicos cuando sea necesario. También la búsqueda de una posible
alergia a ciertos gotas y / o componentes del audífono debe ser estudiada.
Otitis externa
maligna o necrotizante
El médico de familia debe
permanecer alerta en pacientes diabéticos, inmunocomprometidos y ancianos ante
la posible evolución de una otitis externa a una otitis maligna, derivándose el
paciente al hospital apara realizar el desbridamiento del tejido de
granulación. El tratamiento de elección vía oral es ciprofloxacino, 750 mg/12
horas, 6 a
8 semanas días. Las fluoroquinolonas orales son activos frente a Pseudomonas
aeruginosa, penetran en los huesos, tienen una excelente biodisponibilidad
oral, y un perfil de efectos secundarios menos importantes en comparación con
otras alternativas, sin embargo, no se recomienda utilizarlo en niños. Si los pacientes no responden se debe
comenzar con antibióticos por vía intravenosa basadose en la sensibilidad del cultivo.
La oxigenación hiperbárica puede ser utilizada en casos refractarios o
recurrentes, o en pacientes con afectación de la base del cráneo o
intracraneal.
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Enhorabuena un excelente trabajo y bien detallado. Gracias
ResponderEliminarSe agradece el desarrollo de esta afección con tanta profundidad y comprensibidad.
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